"¿QUIEN SE ASEGURARÁ DE QUE EL DAVID SIGA DE PIE O QUE LA MONA LISA CONSERVE SU SONRISA?"
¿De qué va?
En los últimos coletazos de la II Guerra mundial un grupo de veteranos historiadores y conservadores de arte es enviado en misión suicida para recuperar todos los objetos de valor requisados por los alemanes. Tendrán que luchar en contra del tiempo para evitar que los nazis quemen todas las obras de arte.
George Clooney es Frank Stokes
Matt Damon es James Granger
Bill Murray es Richard Campbell
Cate Blanchett es Claire Simone
John Goodman es Walter Garfield
Jean Dujardin es Jean Claude Clermont
George Clooney (Los Idus de Marzo)
Tras los Idus de Marzo estabamos convencidos de que George Clooney se había afianzado como un director a tener en cuenta, narrando tramas cercanas sin ningún tipo de tapujo y con una facilidad de dirección que fácilmente lograba impregnar de calidad sus obras al mas puro estilo clásico. Empezamos a creer que Clint Eastwood podía tener un heredero, pero la llegada de Monuments Men nos hace ver que estábamos equivocados y que todo ha sido producto de la casualidad, o de la imaginación. Ha llegado el momento en el que se le ha subido a la cabeza y ha decidido realizar una historia sobre la guerra pero desde un punto de vista patrio y a ser posible, con mensaje moralista. Él tiene un rol como historiador en el que nos ofrece un discurso sobre lo que somos como personas, la pérdida y el dolor sufrido. Una narrativa que tiene como función resultar épica pero que acaba siendo aparatosa y muy edulcorada.
El gran error de George Clooney es tratar de engañarnos por volver ésta historia "basada en hechos reales" en una comedia sin gracia. Ni colocando a Bill Murray en primera linea, incluso en el título inicial de crédito, logra sacarnos una sola sonrisa. ¿Donde está el error? No se si la novela de Robert Edsel era así, pero está claro que sí era la intención de Clooney ya que él mismo colabora en la escritura del guión. No es la primera vez que se utiliza a viejas glorias para narrar una historia épica. Ya lo hizo con mayor acierto el mismísimo Clint Eastwood en su aventura espacial con Space Cowboys. Aquella cinta, sin ser la mejor del cineasta, era infinitamente superior a ésta historia donde los nazis, siguen siendo los malos malísimos, y los americanos, los buenos buenísimos. Tan buenos, que ni el personaje de Matt Damon se atreve a tocar a un pivón como Cate Blanchett aun teniendo oportunidad sin que su mujer se entere. Eso es un hombre íntegro y lo demás son tonterías.
De forma indirecta, Clooney trata en su historia una temática que nos vendría muy bien hoy, la lucha por la cultura. Pero claro, el tiempo es muy diferente y la idea principal era la de glorificar a esos "salvadores de monumentos" que daban su vida incluso en las situaciones mas ridículas. Pero fuera de ésto, recordemos que lo ocurrido fue real. Incluso a día de hoy siguen saliendo obras escondidas por los alemanes en plena guerra. Pero no es lo que ocurre sino la forma en la que se cuenta lo que derrumba la película. Diremos, sin embargo, que la cinta cuenta con una buena ambientación y una banda sonora exquisita por parte del fenomenal Alexandre Desplat. Su toque militar acompañado de orquesta la envuelve en un halo clásico que compacta perfectamente con la ambientación y que bien podría ser banda sonora de otras viejas glorias de la cartelera de los cincuenta o sesenta. Lo podemos ver en la animada marcha de sus títulos de crédito que sirve a su vez de presentación de los Monuments Men. Desplat no decepciona en ningún momento y lleva a otro nivel el score, siendo mejor que la película en todo momento. Incluso en el dramatismo triunfa cuando escuchamos cortes como Deauville. Merece la pena su música al completo. Podéis escucharla de forma íntegra justo aquí a través de Spotify.★★★★★1/2
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.