TWO SWORDS/DOS ESPADAS
Comenzamos una nueva temporada de Juego de Tronos, la cual esperaban muchos con ansias. Por ello, y para no olvidar lo anterior, se nos recuerda a modo general en forma de avance, todo lo ocurrido anteriormente, incluso detalles que serán relacionados en éste primer capitulo. Así pues, damos comienzo la primera review del capítulo.
La primera imagen nos muestra a la espada de Eddard Stark, Hielo, siendo forjada de nuevo para dar con el fuego valyrio, dos espadas más. Una de ellas es dada a Jaime Stark quien Tywin Lannister le encomienda que viaje a Roca Casterly para dirigirla. Sin embargo Jaime no desea eso pero las cosas han cambiado, tanto que ni siquiera siente el amor de Cersei quien está atrofiada por lo que está por llegar y su próximo lazo matrimonial. Mientras tanto, Tyrion prepara la llegada de los Martell, pero comprueba que Oberyn y su amante están en el prostíbulo de meñique, compartiendo parejas, hasta que éste escucha a dos de la guardia Lannister cantar "las lluvias de Castamere". Estalla una breve pelea en la que Oberyn hiere con templanza a uno de ellos. Tyrion habla con él y le pregunta por qué acude a la boda real. La respuesta es clara, es una venganza por su familia y su hermana ya que los rumores apuntaban a que Clegane la violó. "Los Lannister no son lo únicos que pagan sus deudas" proclama.
Daenerys acaria a su dragón mas grande. Los otros dos dejan caer una oveja y cuando la Khaleesi se acerca, éste le enseña los dientes. "Son dragones, no pueden ser domados" le dice Jorah. Luego camina entre medias de su basto ejercito y se gana el favor de los suyos. Poco despues vemos a Sansa, devastada por la noticia de la muerte de su madre y hermano. Tyrion trata de consolarla pero ella se marcha al bosque de los Dioses. Tyrion le dice que está bien que rece, a lo que ella responde "Ya no rezo. Es el único sitio donde nadie me habla". Sin embargo, nota una presencia tras de ella para finalmente descubrir que se trata de Dontos, a quien salvó la vida de morir por Joffrey y fue convertido como bufón. Como súplica, le pide que acepte un collar de su familia a modo de agradecimiento, pero Sansa no quiere aceptarlo. En ese momento, Jaime y su escolta, Brienne hablan sobre la promesa que le hizo a la madre de los Stark de devolver a las niñas, pero éste declara que Arya no está y que Sansa es ahora una Lannister, por lo que todo es más complicado de lo que parece. Tyrion por su parte, regresa a sus aposentos y allí la espera Shae, quien muerta de celos trata de calmar su ansia sexual con él, pero éste está preocupado por las voces y los ojos de los demás aún. Tanto es así que una espía de Cersei la ve salir de su cuarto y corre a informarle. Siguiendo con los Lannister, resulta curiosa la escena en la que Joffrey observa el libro de los hermanos y ningunea a Jaime, mofándose de él por tener una sola mano y tan solo una hoja escrita en el libro.
Los salvajes de Mance, por su parte, reciben la visita y alianza de los Thenitas, quienes muestran su canibalismo al comer "cuervo" en estado puro, clavando un brazo y echándolo al fuego. Seguidamente, observamos el juicio a Jon Nieve, ya repuesto de sus heridas. Aunque la condena es clara por haberse acostado con el enemigo, éste declara abiertamente los planes y aunque les cuesta creerlo les dice que Mance ha reunido a varios clanes y se propone incendiar el castillo negro con 100.000 hombres, entre los que hay salvajes y gigantes. La siguiente escena nos lleva al mejor momento del capitulo cuando vemos a Arya y al Perro adentrarse en una taberna tras comprobar ella que allí está el asesino de su amigo Lommy, quien también le robó su espada, aguja. Tras una tensa charla, estalla una pelea y Clegane acaba con todos para que finalmente Arya se decida a eliminar a los que quedan rezagados, recuperar su espada y vengar a Lommy, dándole a su asesino la misma muerte con las mismas palabras pronunciadas. En resumidas, un episodio repleto de detalles que no decae por el vaivén de las escenas que rodean a los personajes y que aun nos queda mucho por saber.
Por Dante Martín
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.