Sinopsis: Finales de los 80. Patrick Bateman es un yuppie de la Bolsa de Nueva York que parece tenerlo todo: un buen trabajo, mucho dinero, el cuerpo perfecto... Pero hay algo que nadie sospecha. Patrick es en sus ratos libres un despiadado asesino que mata a quien se le ponga por delante. No le importa que sean vagabundos, prostitutas o animales, él muestra los mismos sentimientos hacia ellos, es decir, ninguno.
Reseña: “Lo que no conté a nadie -no pude- fue que escribir el libro me había resultado una experiencia muy perturbadora. Que incluso aunque había planeado basar a Patrick Bateman en mi padre, alguien o algo tomó el control y convirtió a este nuevo personaje en mi único punto de referencia durante los tres años que tardé en completar la novela. Lo que no conté a nadie fue que escribí el libro sobre todo de noche, cuando solía visitarme el espíritu de ese loco, despertándome a veces de un sueño profundo conciliado mediante Xanax. Cuando comprendí aterrorizado lo que el personaje quería de mí. Traté de resistirme, pero la novela se obligaba a escribirse. A menudo entraba en una especie de oscuro trance durante varias horas seguidas para luego descubrir que había garabateado otras diez páginas. La cuestión es que el libro quería que lo escribiera otra persona. Se escribió solo sin importarle lo que a mí me pareciera. Yo me contemplaba la mano con miedo mientras el bolígrafo resbalaba por los blocs de notas amarillos en los que escribí el primer borrador. Aquella creación me repugnaba y no quería que me reconocieran ningún mérito por ella: el mérito era de Patrick Bateman. En cuanto se publicó el libro fue casi como si él se sintiera aliviado y, sobre todo, satisfecho. Dejó de aparecer pasada la medianoche para regodearse perturbando mis sueños y dejar de prepararme para sus visitas nocturnas. Pero incluso al cabo de varios años, seguí sin poder mirar el libro, no digamos ya tocarlo o releerlo: tenía algo…bueno, algo maligno.”
Así describía el propio Bret Easton Ellis el desafío que le supuso escribir American Psycho. De hecho, el autor no pudo evitar realizar un peculiar tributo a su obra más polémica en Luna Park, en la que un asesino en serie reproducía los crímenes de Patrick Bateman con exquisita fidelidad, ejemplificando la trascendencia del personaje más allá del papel. Y es que, con independencia del rechazo que pueda engendrarnos, nadie puede negar la repercusión de esta obra.
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El Autor |
“¿Qué queda por decir sobre American Psycho que se no haya dicho ya? (…) La novela era pornográfica y extremadamente violenta, tanto que la editorial Simon & Schuster rechazó el libro por decoro (…) Se acusó al libro de presentar al asesino en serie como alguien chic. Tres meses antes de que la novela saliese al mercado el New York Times publicó una reseña con el siguiente titular “No compres este libro”. Norman Mailer le dedicó diez mil palabras en Vanity Fair. “La primera novela en años en abordar temas de hondura y oscuridad dostoievskianas: ¡cómo desea uno que el autor careciera de talento!”. Fui objeto de editoriales desdeñosos y debates en la CNN, la Organización Nacional de la Mujer llamó al boicot feminista y recibí las inevitables amenazas de muerte. PEN y el sindicato de escritores se negaron a defenderme. (…) Las discusiones siguieron sin cesar y ni siquiera la guerra del Golfo de la primavera de 1911 distrajo al público del miedo, la preocupación y la fascinación que despertaba la figura de Patrick Bateman y su vida retorcida.” (Luna Park, 2005)
Considerado el padre literario de la Generación X, Breat Easton Ellis supo describir la pútrida realidad simulada bajo trajes hechos a medida, largas comidas en los restaurantes destacados por la guía Zagat y salidas nocturnas en clubs exclusivos prolongadas gracias a los efectos de la cocaína, el alcohol y el sexo esporádico en los servicios. Todo ello narrado con un estilo no apto para los lectores más aprensivos, y que sus opositores catalogan de superficial y obsceno, y una reflexión crítica acerca de la sociedad, especialmente de las generaciones más jóvenes, aderezada con leves pinceladas de humor negro y un complejo retrato psicológico de sus personajes.
Si Menos que cero y Las leyes de atracción dejaba al desnudo (literalmente), la decadencia de estos jóvenes acostumbrados a poseerlo todo y, al mismo tiempo, no tener nada. Un argumento similar a La hogueras de las vanidades (Tom Wolf), pero sin obviar los aspectos más escabrosos de este exclusivo estilo de vida. American Psycho representa la evolución lógica en este glamuroso descenso hacia los infiernos. De hecho, adviértase que la primera frase del libro corresponde a La divina comedia de Dante:
“Abandonen toda esperanza aquellos que entren aquí”
Al igual que el resto de sus conocidos, Patrick Bateman experimenta un gran vacío existencial. A pesar de pertenecer a una minoría privilegiada, se siente insignificante. En este aspecto, resulta muy significativa la ausencia cualquier tipo de descripción, salvo para mencionar las diferentes piezas que conforman el vestuario de los diferentes personajes en cada escena. Las personas se reducen a la apariencia, aquello que pueden exhibir en público y presumir ante los demás. Si no fuese por la mención de los nombres, su diferenciación sería imposible. De ahí, la imperiosa necesidad por destacar, aunque sea mediante detalles tan nimios como una tarjeta de visita.
Léase los siguientes fragmentos que ilustran a la perfección este anonimato:
"Existe la idea de que un tal Patrick Bateman es una especie de abstracción. Porque yo no existo de verdad, sino sólo como ente, como algo ilusorio. Y aunque pueda ocultarte mi mirada fría, si me das la mano notarás que mi carne roza la tuya e incluso tal vez intuyas que es probable que tengamos estilos de vida parecidos, pero yo, sencillamente, no estoy."
"Tengo todas las características de un ser humano: carne, sangre, piel, pelo. Pero ninguna emoción clara e identificable, excepto la avaricia y la aversión.”
Es precisamente esta superficialidad la principal responsable del comportamiento narcisista o la promiscuidad exhibida durante toda la trama, así como la incapacidad para empatizar o sentir remordimiento por sus acciones. En consecuencia, la violencia acaba convirtiéndose en una vía de escape tan factible como podría ser el ejercicio o las drogas, que abarca desde el truco del dólar con los mendigos hasta las imaginativas formas de tortura.
Por tanto, Patrick Bateman representa la culminación de una sociedad misógina y egoísta sintetizada en un único individuo y que, en su intento por sobresalir sobre sus congéneres y ser mejor que ellos, lo consigue a través de los actos más crueles e inimaginables. Si bien tiende a ejemplificarse con el asesinato de Paul Owen, primera víctima significativa de la ira e envidia de nuestro protagonista, la auténtica prueba de su indiferencia ante los demás es el “amigable”gesto con una de sus amantes tras su maternidad frustrada.
"Mi necesidad de seguir un comportamiento homicida a escala masiva no puede remediarse, pero no tengo otra forma de realizarme."
Si bien muchos catalogaron American Psycho de superficial, que debía gran parte de su éxito en la recreación del autor en las escenas de sexo y violencia, en realidad posee una gran complejidad. La lectura posee sucesivos niveles que nos sumergen en la realidad creada por Patrick Bateman, hasta el punto de que el lector es incapaz de establecer su establecer su propio juicio acerca de los acontecimientos narrados, al desconocer el grado de veracidad de los mismos. A medida que el relato avanza, todo comienza a adquirir tintes oníricos y surrealistas, los episodios violentos superan los cotidianos y nos convertimos en espectadores de la progresiva desintegración del mundo de Bateman.
“Está ocurriendo algo horrible dentro de mí y no sé por qué. Mis sangrientas lujurias nocturnas están empezando a apoderarse de mí, me siento letal, al borde del frenesí, creo que mi máscara de cordura está a punto de desmoronarse."
En definitiva, American Psycho representa un precedente insuperable dentro de la literatura contemporánea. Un libro que enfrenta a los lectores ante la disyuntiva que la propia historia representa, incluso sin haberlo leído. Amarlo u odiarlo es solo cuestión del precio que estés dispuesto a pagar por satisfacer tu ambición. Al fin y al cabo, como bien se nos advierte:
“Abandonen toda esperanza aquellos que entren aquí”
Lo Mejor: Patrick Bateman. El progresivo descenso hacia la locura del protagonista y la incapacidad del lector para distinguir entre realidad y fantasía.
Lo Peor: Las interminables descripciones de vestuario o la rutina del protagonista. Los tres capítulos dedicados a ídolos musicales que interrumpen el relato original. La precipitada narración del final.
Por MariCarmen Horcas
Título: American Psycho; 576 págs.
Autor: Bret Easton Ellis
Editorial: Punto de lectura, 2001
ISNB: 9788495501479