"MATAN PARA SOBREVIVIR, PARA PROTEGER SU TERRITORIO, SU FAMILIA. EL HOMBRE MATA POR MENOS"
¿De qué va?
Un terrible crimen aparentemente cometido por un animal, es investigado a un policía que contará con la ayuda de un forense, pero no todo será lo que parece...
Reparto
Albert Finney es Dewey Wilson
Diane Venora es Rebecca Neff
Edward James Olmos es Eddie Holt
Gregory Hines es Whittington
Dirección
Michael Wadleigh (Woodstock)
Impresiones
Otra de las grandes joyas de los 80, aquella época dorada del cine en la que sólo se hacía magia y hasta las películas malas eran buenas solo por ese sentido de la maravilla que desprendían. En esta ocasión, el director Michael Wadleigh nos regala una maravilla licantrópica que podría estar en el podio junto a la imprescindible Aullidos de Joe Dante.
Lobos humanos da un nuevo giro al convencional hombre lobo y nos cuenta la historia de un policía de Nueva York interpretado de forma brillante por Albert Finney, a quien se le asigna la investigación del asesinato de un poderoso empresario de la construcción junto a su mujer. Como ya he dicho, en esta cinta se da un enfoque completamente nuevo, traducido en el planteamiento urbano de la historia, siendo este agresivo entorno algo totalmente novedoso en un producto de esta temática. Y, siendo sinceros, la verdad es que no he visto muchas películas más, al margen de la magistral Aullidos, que la hayan conseguido superar a esta en cuanto a creatividad.

Sin un buen guión no vamos a ninguna parte y creo que Lobos humanos llega a muy buen puerto en ese aspecto. El libreto no ofrece fisuras argumentales ni lagunas ni nada por el estilo. Es más, resulta tan sumamente sólido que hace que te preguntes si realmente es tan complicado pararse a pensar un momento y planificar correctamente el trabajo a la hora de realizar una película.
Lobos humanos no destaca por unos abundantes FX, sino todo lo contrario. Las apariciones de los lobos son escasas y se concentran mayoritariamente en el último tercio de película aunque no son necesarias, ya que el espectador nota esa omnipresencia agobiante desde prácticamente los primeros minutos, dejando todo a su imaginación. No hace falta ver a la bestia para saber que esta a nuestro acecho. He de decir que al mal ambiente contribuye una soberbia banda sonora de James Horner, que se plagiaria posteriomente a si mismo en el trabajo que hizo para el Aliens, de James Cameron.
Generosas dosis de gore, buenos momentos de terror, Edward James Olmos, tensión durante toda la película y unas secuencias de cacería de infarto (ver como se mueve la cámara es verlo para creerlo) son los alicientes de una película imprescindible, no solo del subgénero licantrópico, sino del cine de terror de los ochenta en general. Cuando uno ve esta película solamente se tiene que parar a pensar en las joyas que nos dejo aquella década. Ahí lo dejo. ★★★★★
Por Pablo Rodríguez
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.