SYRUPTITIOUS
Mientras que en el departamento de Russ no llegan ni para comprar agua, en las oficinas de Milt no paran de entrar obras de arte de decoración. Un nuevo caso surge y la jefa le dice a Russ que vaya con Milt, pero éste decide hacerlo con su socio, Font. Al llegar al lugar, encuentran a un hombre desnudo y fallecido en mitad del bosque y a plena lluvia. Milt aparece por arte de magia y empieza a facilitar datos, como el nombre de la victima, Eddie Floss. Lo curioso lo encuentran después, su boca está llena de una espuma que lo terminó por ahogar. Más tarde se darán cuenta que eso proviene exactamente de una alta dosis de jarabe de arce.
Al buscar testigos y entrevistar a la familia, sale un nombre a relucir, Julio McFarland, un poderoso magnate de la industria del sirope, denominado como una mafia. Con estos datos, Milt se gana al Juez Walters, que se declara fan del agente. Dispuesto a darle lo que pida, le retira la orden judicial cuando le dice que es para atrapar a McFarland. Esto no agrada en absoluto al hombre y se marcha. Deciden por tanto investigar por su cuenta y Russ se adentra en el almacén de McFarland con tan mala pata que dos perros guardianes lo atacan. Su cabeza gira para ofrecer otra idea más práctica, hacerse pasar por proveedores de sirope con tal de dar de forma directa con ellos. Así, en una escena surrealista de humor absurdo, quedan con el dueño de una cafetería para probar el sirope con un crep que lleva guardado a altas horas de la noche en plena calle. Sellan el contrato y justo en el momento en el que bajan los barriles, un enmascarado dispara sin miedo agujereando los bidones. Aunque consigue ver la matrícula y McFarland aparece en la comisaría por sí solo, descubren que su sirope no coincide con el que Eddie tiene en sus pulmones

Russ trata de comprar al matón de McFarland para conseguir información pero ésto llega a oídos del juez Walters, por lo que su jefa se obligada a suspenderlo. Resulta curioso como sus compañeros acuden a protestar en muestras de apoyo aunque quince segundos después piden un ascenso para ocupar su lugar. Holly, por su parte, visita a Russ y le dice que la viuda de Eddie ha acudido en varias ocasiones a ella para pedirle su anillo de boda o el cuerpo para preparar el funeral, pero lo más interesante es que descubrió que bajo su maquillaje había marcas de maltrato, por lo que deduce que todo podría haber sido un acto de venganza. Russ recoge toda la información y se la suelta a Milt, que queda totalmente sorprendido. Como sabe que está suspendido, decide contratarlo como su asesor personal para el FBI por un dólar. Al llegar allí y descubrirla, su padre sale en defensa y ambos se declaran culpables, pero ¿a quién creer? La jefa de Russ lo tiene fácil, se queda con la versión del padre, que prefiere ir a la cárcel para salvar a su hija aunque sea inocente.
Mientras tanto, la otra vertiente cómica viene por parte de Font, quien sufre migraña y para combatirla necesita de marihuana. El problema llega cuando cree que el dueño de la farmacia que visite le vende un sucedáneo, por lo que decide obtener una orden para requisarle la mercancía, pero el dueño es más listo de lo que piensa. Finalmente hace uso de Milt, pero ni con esas. Justo a segundos de salir, Font se da cuenta que hay una película puesta para el público, la pone al principio, justo cuando sale el mensaje del FBI para no ser emitida de forma pública, solo casera.
En resumidas, el segundo episodio deja claro que la mayor baza de Battle Creek es el humor. Una mezcla cómica que a veces roza el absurdo y creo que es una virtud para continuar viéndola. Sin embargo, parece que no está teniendo mucha audiencia, por lo que su continuidad peligra. De momento seguiremos atentos a ella.
Por Dante Martín
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.