"¡ERROL FLYNN ES UN PENE ANDANTE!"
¿De qué va?
El galán y a la vez pervertido Errol Flynn se encapricha de Beverly Aadland, una niña de quince años con la que entabla un romance "secreto" hasta la muerte del mítico actor en Vancouver.
Reparto
Kevin Kline es Errol Flynn
Dakota Fanning es Beverly Aadland
Susan Sarandon es Florence Aadland
Dirección
Richard Glatzer & Wash Westmoreland (Siempre Alice)
Impresiones
Aunque con una larga lista de productores a sus espaldas,
The last of Robin Hood es una película que no pasa de telefilme al más puro estilo
Mi semana con Marilyn, El discurso del Rey o de forma más reciente,
La teoría del todo. Con respecto a ésta última hay un símil más que notable si hablamos de la idea central de la obra y en lo que finalmente se convierte. En la cinta sobre la vida de Stephen Hawking, todo se alteraba para hablarnos de su relación amorosa y la vida de su esposa como mujer sufrida cuidadora, por lo que el protagonismo de Hawking se desplazaba considerablemente. En
La última aventura de Robin Hood,
el mayor reclamo es su aparente protagonista, Errol Flynn y su última y alocada etapa, sin embargo ésto queda en un segundo plano con la entrada de Beverly Aadland, quien no solo toma protagonismo a pasos agigantados sino que la película va completamente con ella y es la reina absoluta en su tramo final... error absoluto.
No estamos diciendo que los actores estén mal, ya que la mismísima Dakota Fanning interpreta perfectamente a aquella jovencita que enamoró al galán, una chica que quería ascender como actriz pero no tenía un futuro definido tras sus intervenciones en películas cuyo protagonismo era bastante relevante. Fanning está absolutamente hermosa, diría incluso que es hasta la fecha la película donde más bella sale y sin duda ha ganado con el paso de los años y lo que le queda. Luego, por otra parte, está Susan Sarandon en el papel de la conflictiva madre, Florence, una mujer que si bien está correcta en sus formas hasta que conoce las verdaderas intenciones de Flynn, acaba por corromperse y acapararlo todo con tal de ganar fama y aprovechar el momento. Su libro, "The Big Love", que narraba las vivencias de su hija con el actor, estuvo lleno de polémica y el final no fue muy favorable, tanto para ella como para su propio escrito, que no logró ser reeditado tras ser prohibido posteriormente.

Y llega la joya de la corona, Kevin Kline, es decir, Errol Flynn, o viceversa. Sí, Kline es el único actor que podría interpretarlo ya que guarda un parecido físico enorme hasta tal punto que parece Flynn reencarnado. Precisamente por ésto nos duele que la película siga otros derroteros que los que debería. Si bien presumía de narrarnos las últimas vivencias del actor, cuando más sinvergüenza, borracho, adicto a las mujeres y el alma de las fiestas, resulta que nos lo presentan como un hombre caprichoso con tan solo un par de pequeñas escenas sobre algún exceso o excentricidad. Había tanto para contar que es probable que a algunos les llene con lo realizado. A mi personalmente no, y si he de quedarme con algún momento, sería esa escena en la que Flynn visita a Stanley Kubrick para que Beverly sea seleccionada en Lolita y su correspondiente negación.
En resumidas, una cinta que puede contentar a los amantes de Errol Flynn, como es mi caso, pero que no nos llenará. Al menos el respeto de Kline por el clásico es sublime y sus minutos en pantalla son muy buenos, haciéndonos creer que él realmente es Flynn. Queda claro que las actuaciones están a la altura y son lo que mantienen en equilibrio y hacen que en cierto modo no decaiga la cinta, el problema, como ya hemos mencionado, es la historia y un guion que no impregna lo que queríamos ver, el verdadero y loco tramo final de un actor que si bien ha sido uno de los más grandes, también ha sido de los más controvertidos de la historia. ★★★★★
Por Dante Martín
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.