Hablando de Ian y su grupo de fugitivos, tras ser rescatados por Pietre de una muerte segura la realidad vuelve a darles una buena bofetada. Así pues, comprueban que su creencia de haber acabado con La Red y salvado el mundo estaba totalmente equivocada.
Es más, con ayuda de un hacker de lo más particular descubren la oscura trama para lanzar la gripe rusa sobre el mundo y así poder extender el virus Janus como un troyano dentro de la supuesta vacuna. En ese momento, todo se vendrá abajo para los protagonistas. Ya no saben en quién confiar, máxime cuando un Ian desesperado y dolorido al enterarse de la traición de su amada Becky (en la temporada pasada) hace dos descubrimientos: Tampoco puede fiarse de Milner y, más importante,
todo hace pensar que el misterioso vagabundo de lenguaje ininteligible ¡no es otro que Philip Carvel! ¡El creador de Janus vive! Ahora encaja que tuviera tantos conocimientos sobre la enfermedad que afecta a Becky, ya que fue su diseñador... Esto puede hacer que cambie totalmente la relación de Pietre con el grupo de fugitivos. Porque descubrimos que al hijo de Carver no le duelen prendas en seguir asesinando a sangre fría, e incluso sería capaz de vender a sus
"protegidos" a cambio de asegurar su nuevo objetivo: Proteger a su nueva familia de las oscuras garras de la Red. Sin embargo, el que no puede ocultar su fidelidad a sus antiguos compañeros es Wilson Wilson. Obligado a trabajar con el hombre que le arrancó el ojo a golpe de cuchara (y que a su vez recibió su
"pago" en forma de agujero en el pulmón), se demostrará que no está dispuesto a dejar que sus antiguos amigos acaben bajo una lluvia de plomo... aunque por desgracia Lee tiene bastantes menos prejuicios para los asuntos de la muerte y destrucción que él.
Simultáneamente, la trama política en las altas esferas del poder para propagar la presunta gripe rusa y su "vacuna" siguen su curso con especial fiereza al encontrarse en su recta final. Todo está preparado, así que los pobres científicos que descubren pruebas de que la conspiración empiezan a caer como moscas. Además, contra los deseos de Milner, que quiere conservar con vida el último vestigio que le queda de su amado Carver (su hija Jessica), debe rendirse a la evidencia de la urgencia y optar por la solución definitiva. Si la chica no confiesa cuál es la mutación que su padre introdujo en Janus, habrá que buscar la verdad por encima de su cadáver. Literalmente, porque la única forma es estudiando su cerebro mediante una vivisección. Sin embargo, Jessica Hyde es mucha Jessica Hyde. Un simple muelle de bolígrafo puede abrir muchos grilletes, y a partir de ahí la fuga es cuestión de tiempo. De tiempo de cosecha de la muerte.
La familia Carver al completo está libre, aunque ninguno de ellos conoce el paradero de los otros, ni siquiera si siguen vivos. ¿Cómo encajarán las piezas cuando la verdad se empiece a revelar?
Por Antonio Santos