"SOY UN HIJO DE PERRA GUAPO"
¿De qué va?
Domingo Hemingway lleva doce años en prisión. Tras su salida, acudirá a la casa del mafioso al que ayudó para cobrar su parte. Sin embargo, Dom no sabe controlar su ira, en un momento está eufórico y a ratos es capaz de convertirse en el mayor cretino del mundo, de ahí que su hija no quiera saber nada de él.
Jude Law es Dom Hemingway
Richard E. Grant es Dickie
Demian Bichir es Fontaine
Richard Shepard (La sombra del cazador)
Impresiones
Dom Hemingway se define en una historia ruda, llena de colores fuertes y algunas escenas de nervio para crear un estilo personal, muy diferente a lo anterior realizado por Richard Shepard. Su estética que une colores como los verdes pistacho en prisión o los rojos y naranjas en habitaciones y mansiones, trata de ser rompedora. Hasta cierto punto, sus imágenes engatusan rápidamente al espectador desde su inicio, pero lo que más llama la atención es el aspecto que luce Jude Law, quien engordó trece kilos y los empleó en su masa corporal, de ahí que luzca semejante musculatura. A eso se le une el rol de su personaje, un hombre engreído, alocado, con facilidad para insultar a sus jefes, con problemas de ira y adicto al nudismo. Personalmente, Jude Law es un actor que me gusta, que guarda mucha elegancia y que brilla en sus papeles principales y secundarios. Aquí no es para menos. No habíamos visto anteriormente al actor en un papel similar con semejante guisa, y realmente lo borda. Sus estallidos de cólera y sus fiestas están reflejadas a la perfección y lo mejor de todo es que nos gusta verlo.
Sin embargo, la película tiene un problema grave que le pesa. ¿Cual es? No cuenta nada, y lo que cuenta interesa bien poco. La historia familiar y el intento de reencuentro con su hija, en la piel de Emilia Clarke quien nos deleita cantando un tema, incluido en la banda sonora, es tan manido como innecesario. El problema es que Jude Law se mete en el papel con tanta clase y elegancia que nos apena semejante cambio para una película que no interesa lo más mínimo. Estamos de acuerdo que tiene sus momentos y algunas escenas son brillantes como la de la caja fuerte o su ida de olla ante "el jefe", interpretado por Demian Bichir.
La cinta trata de moverse entre una comedia del estilo Snatch y un drama familiar de sobremesa dividido en seis capítulos de títulos simpáticos. Por supuesto, la mezcla es explosiva pero el resultado nada factible. Solo la mantiene la magistral interpretación de Law, al que colocamos en un trono nuevamente y nos quitamos el sombrero. La banda sonora de Rolfe Kent es perfecta en ciertos momentos, incluyendo el tema principal del personaje. Es apoyado por Chad Hobson en las mezclas mas fuertes e incluso Emilia Clarke se atreve a cantarnos con el tema Fisherman´s Blues de The Waterboys. En resumidas, un score interesante con buenos momentos que podéis escuchar un poco mas abajo a través de Spotify. Volviendo al film, cerraremos diciendo que es una cinta que parece más de lo que es. Parece grande y es muy pequeñita, con la excepción del papelón de Law. Únicamente recomendable por la evolución de su personaje, algo fallida en su tramo final pero interesante. ★★★★★
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.