Tras establecerse las alianzas para navegar a la conquista de Wessex, cada contendiente se prepara para su partida. Por una parte,
Lagertha vuelve a sus nuevos dominios para preparar barcos y tropas. Su pueblo la recibe con algarabía, más aún tras haberse librado de la locura de su anterior gobernante, y celebra la noticia de su participación en el saqueo de ultramar. Aunque no todo el mundo está contento. Pero Lagertha es mucha Lagertha, y acabará poniendo las cosas en su sitio a base de demostrar sobradamente que no le teme a nada y quien quiera pasar por encima de ella lo tendrá muy, pero que muy difícil. Uno de los personajes femeninos más potentes que he visto plasmados en pantalla últimamente, y muy bien interpretado. Con cada gesto y cada mirada desprende una fuerza que le viene de perlas al personaje.
Mientras tanto, la princesa Aslaug tiene al nuevo hijo de Ragnar. Como había profetizado, el pobre niño nace con una malformación en las piernas (el "sin huesos" del título) que le complicará mucho la vida en un pueblo de las características del vikingo. Tanto es así que Siggy intenta convencer a Aslaug de que lo mejor es acabar con su vida, e incluso Ragnar llega a intentar matar a su propio vástago, aunque finalmente no encuentra las fuerzas y le deja vivir, aceptándolo como su hijo.
El tercero en discordia, el rey Horik, ve como su rencor hacia Ragnar va creciendo cada vez más. Las palabras del conde Borg han acabado haciendo mella, y cada vez ve con peores ojos a Ragnar, sobre todo porque cada vez está más harto de sus decisiones impetuosas y sin contar con su aprobación. Así que aprovecha la espera para intentar convencer a Floki de que se una a él como su constructor de barcos, regalándole los oídos e hinchando su ego siempre que puede. De esta forma, poco a poco Floki se va separando de Ragnar.
En la otra orilla, el rey Ecbert recibe la visita de la princesa Kwenthrith, heredera del vecino reino de Mercia, sumido en una guerra de poder y buscando un aliado para hacerse con el trono. Esta princesa demostrará también tener un apetito carnal a prueba de bombas, llegando a tentar incluso a Athelstan, que está bastante recatado desde que ha vuelto a vestir su hábito. Y también mostrará no tener pelos en la lengua. Buenos momentos nos ha dado este personaje
Finalmente, el ejército del norte parte hacia Wessex y acampa en sus costas. Mientras están levantando el campamento, Ragnar envía un mensajero al rey Ecbert para parlamentar, lo que no sienta nada bien a Horik y Lagertha, ya que de nuevo lo ha hecho sin consultar con sus aliados y su actitud de superioridad los está empezando a hastiar, sobre todo a Horik.
Empiezan a chocar las diferentes visiones de Ragnar y su rey: El primero aún cree en una fructífera relación con Ecbert que les dé beneficios sin derramamiento de sangre, mientras el segundo sigue clamando venganza y muerte. El rey Ecbert recibe las noticias de la llegada de los hombres del norte y envía a su hijo para concertar una nueva reunión en su castillo con Ragnar. Su intención es contratarlos como mercenarios para tomar el vecino reino de Mercia y poner en el trono a su nueva aliada, la princesa Kwenthrith. Pero por si las cosas se tuercen se guarda un as en la manga, ya que ha pedido refuerzos a Northumbria. De cualquier forma, se asegurará la victoria, como le hace ver a Athelstan. Veremos qué bando escoge el monje si se ve obligado a elegir.
Ragnar sigue abogando por parlamentar y acuerda ir en son de paz al encuentro con Ecbert. Pero c
uando el destacamento inglés vuelve al castillo cae en una trampa preparada por el hijo del rey Horik. Éste y sus hombres masacran a todos los ingleses excepto al hijo del rey Ecbert, al que permiten huir. La respuesta de Horik hacia la egolatría de Ragnar sin duda va a provocar un baño de sangre, sobre todo teniendo en cuenta la falta de entendimiento en las filas vikingas. Una gran batalla de resultado incierto parece esperarnos en el próximo capítulo.
Por Antonio Santos