(La doble crítica es realizada por dos críticos que no opinan lo mismo sobre una película. Nos estrenamos con la controvertida Noé, que ha sido material de polémica desde su estreno)
"EL TIEMPO DE COMPASIÓN HA PASADO. ES HORA DE NUESTRO CASTIGO"
¿De qué va?
Noé tiene una visión de destrucción por agua, para ello construirá un arca para limpiar de inmundicia todo el mundo. Sin embargo, Tubal Cain, de la estirpe de Caín y autoproclamado como rey buscará su lugar en el arca cuando comience el diluvio.
Reparto
Russell Crowe es Noé
Jennifer Connelly es Naameh
Ray Winstone es Tubal Caín
Anthony Hopkins es Matusalén
Emma Watson es Ila
Logan Lerman es Cam
Dirección
Darren Aronofsky (The Fountain)
Impresiones
Lo tuvo en su mano. Hasta la fecha, no se había realizado ninguna superproducción en pantalla sobre la historia del diluvio por lo que sonaba tentador y mas en manos del cineasta Darren Aronofsky, de quien me declaré fan desde su inicio y me dejó totalmente enamorado con La Fuente de la Vida (The Fountain) para poco después poner la guinda con Cisne Negro. Sin embargo, cual es mi asombro cuando contemplo que Noé, esa película que antes de su estreno ya se había colocado la etiqueta de "polémica", poco tiene que ver con el relato bíblico. Es cierto que la historia del diluvio no ocupa mucho en las Santas Escrituras, pero había información suficiente para mostrar cada detalle en la película y tornarlo en superproducción. El amigo Aronofsky, acostumbrado a ser especial por el misticismo que rodea a su cine, el cual me encanta, ha tratado de integrar esa faceta en ésta historia, de forma que el resultado no es tan solo ficticio sino que se torna en una fantasía más cercana a El Señor de los Anillos que a la Biblia.
Hay que recordar que ésta película fue una historia en forma de espinita que llevaba tiempo clavada el director. Con vistas a la película, plasmó su idea sobre la obra en un cómic que guionizó junto a
Ari Handel y dibujos de
Henrichon. Os puedo decir que es
un cómic espectacular y fantástico, alejado de la esencia bíblica y lleno de acción y gigantescas criaturas. Probablemente incluso sea mejor que la película. No obstante,
Aronofsky ha cogido la esencia de su cómic y del relato bíblico y ha plasmado una amalgama compleja que como resultado se ha quedado en un triste intento por montar una superproducción.
Noé no es una película épica y mucho menos es una superproducción. Pero lo peor de todo, es que lo que ha cogido de esencia bíblica lo ha hecho mal. Por ello voy a pasar a hacer, o intentar, un breve análisis sobre algunas incongruencias que han terminado de hundir, nunca mejor dicho, ésta película. Por lo tanto, ésto conllevará algunos spoilers. Estáis avisados.
En primer lugar, en la película tenemos a "Los vigilantes", unos ángeles caídos que como castigo fueron convertidos en piedras o gólems. En el relato bíblico, esos ángeles caídos eran los llamados Nefilim, quienes bajaron del cielo para transfigurarse en humanos y tener relaciones sexuales con mujeres. Como castigo, fueron condenados a vivir en la tierra, y éstos, hombres de forma gigante, abusaban de los demás, comiendo y violando a su paso. En la película, éstos gólems no solo están arrepentidos, sino que construyen el arca mano a mano con Noé y luchan en una batalla "épica" para finalmente morir y volver al cielo tras haberse arrepentidos al ser "buenos". Ya el simple hecho de ser condenados y luego perdonados, denota una falta de principios básicos con respecto al relato bíblico. Y si ya hablamos de los gólems, apaga y vamonos. Pero aun así, ésto podría resultar hasta representativo por el estilo de Aronofsky, algo visionario, por lo que incluso podríamos saltar ese detalle por alto. Lo que viene a continuación es aun más drástico.
Sus hijos, Sem, Cam y Jafet se muestran como niños cuando realmente tenían cada uno sus esposas al entrar en el arca según el relato bíblico. Aquí, para darle mas emoción, se mezcla el deseo juvenil de Cam, quien no quiere estar solo para repoblar la tierra y como consecuencia se adentra en la malvada población cercana para buscar una esposa a toda costa. Evidentemente, podría citar muchos detalles que son inventados, pero también hay que recordar que no todo puede ir al pie de la letra. No obstante, sigamos repasando errores. El mayor escollo de la película, lo tenemos cuando en la segunda mitad se nos muestra a un Noé totalmente ido de la cabeza, poseído por sí mismo, con la intención de aniquilar cualquier vida y asumiendo que el mensaje de Dios era el de eliminar cualquier resquicio de vida humana cuando realmente era todo lo contrario tal y como les declara el propio Dios al salir del arca en la Biblia. Sobra decir que la entrada de Tubal Caín en el arca es otro despropósito que no hace mas que romper la historia a trocitos, más aun cuando éste nos lleva a otra época de tiempo cuando lo vemos ataviado con espada, armadura e incluso una máscara de soldar muy avanzada a su tiempo.
Podríamos decir que al igual que muchas historias que se basan en libros y luego se quedan en simples "inspiraciones", lo mismo habría ocurrido con Noé, pero no es cierto ya que
Aronofsky ha cogido una historia para retorcerla a su gusto e inventarse casi todo lo ocurrido en ella.
Si ésto hubiese sido "una fábula de Darren Aronofsky", de seguro que habría gustado más, pero la película no guarda siquiera una linea de atención que la haga disfrutable al espectador. Decae en todo momento y tras ocurrir el diluvio, lo demás es una debacle profunda. Desde luego que podría seguir y seguir con detalles, pero el daño está hecho de todos modos, por lo que poco más hay que decir ya que el suspenso no se lo va a quitar nadie. Choca sin embargo contemplar algunos momentos que sí que son brillantes en el film y logran ponernos los vellos de punta, gracias entre otras cosas a los efectos especiales. La entrada de los animales al arca, acompañados por la brillante banda sonora de
Clint Mansell, es una de esas escenas que se graban, como
el sueño que se le repite a Noé en dos ocasiones, muy simbólico, muy Aronofsky. Incluso la escena en la que el protagonista se embriaga de vino y acaba desnudo, es casi fidedigna a las escrituras. Digo casi, porque tras ésto, cae una maldición sobre Cam y aquí en cambio, simplemente decide irse por su cuenta. Tras ver la escena, uno no le ve mucho sentido al momento ya que la película parece inconclusa con respecto a la personalidad de Noé y por ese cierre forzoso al mostrarnos el arco iris, como nuevo pacto de Dios, que solo saben los que han leído el relato.
Resulta gracioso saber que Dios fue quien cerró las puertas del arca y aquí ver como Noé las abre y las cierra a su antojo como el que entra a su casa.
No obstante, como digo, la película tiene algunas pizcas de lucidez que giran en torno al relato original, pero éstas, por desgracia son pocas. Una verdadera lástima.
El potencial que tiene el director podría haber sido gigantesco de haber plasmado con exactitud un relato que daba para una gran película. Probablemente,
causará indignación entre aquellos que hayan leído o conozcan el relato bíblico. Para los que no lo conozcan y no sepan nada de ella, probablemente les guste la película. Personalmente me encuentro entre el primer grupo y por eso encuentro
Noé como un despropósito, cuya etiqueta de "polémica" le ha servido para vender.
La banda sonora es uno de los escasos puntos donde se puede hablar bien de la película. Nuevamente
Clint Mansell realiza una cuidada partitura que nos evoca a su obra maestra,
The Fountain, por el uso de cuerdas y algún que otro acorde similar. De ésta forma, hay algunos fragmentos que me gustaría destacar como el que suena en el momento que los animales entran al arca y la cámara gira en redondo hasta volar. Es el corte
Make thee an Ark. El siguiente track, de corte melancólico, pausado y hermoso, ocurre en el interior de la nave de madera,
Forty days and Forty nights. Y dentro de nuestra selecta selección, destaco las dos piezas finales de tono épico,
And he remembered Noah y
Day and Night Shall not Cease, que sirven como colofón final para la película. Una banda sonora, que sin duda sobrepasa a la labor de
Aronofsky en éste caso, y aunque parezca mentira, me apena decirlo, es un soberano bodrio.
★★★★★
@Cinebsonet
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"NO SE PUEDE IMPEDIR LA TORMENTA PERO SÍ SOBREVIVIR A ELLA"
Cuando uno se enfrenta a una película de
Darren Aronofsky, cuenta de antemano que no sabe con lo que se va a encontrar. Desde la fascinación por el logaritmo neperiano disfrazada con tintes conspiranoicos hasta una historia sobre la inmortalidad del amor camuflada en una experiencia épica a través de las épocas. ¿Qué se espera uno cuando el amigo
Darren traslada al cine la historia de Noé? Por mi parte, cualquier cosa menos una historia bíblica al uso. Y eso es lo que nos encontramos desde el minuto 1. Desde que la voz en off, tras los típicos "El primer día creó el mundo, el segundo la luz, etc." llega a un "Los Vigilantes llegaron al mundo para ayudar a la humanidad".
¿Los Vigilantes? Aquí va a haber tomate...
Estamos ante una historia apocalíptica, posiblemente la primera y mayor historia de catástrofes de la que se tiene conocimiento antes de la llegada de Michael Bay y Roland Emmerich. Y de lo que no se puede acusar al señor Aronofsky es de no construir bien la historia. Partimos de una premisa de lo más atractiva: La rivalidad entre Caín y Abel ha dado lugar a la expansión de la humanidad siguiendo dos líneas de pensamiento diferentes: La rama de Abel, que crece bajo la luz del Creador, educada en el respeto a la naturaleza y viviendo en consonancia con ella; y la rama de Caín, que enraizada en el mal tras ser repudiada por el Creador crece como una mala hierba arrasando con todo a su paso, regida por la ley del más fuerte y alejada de todo concepto de moralidad y compasión.
Con estos mimbres se nos presenta una historia donde se dan la mano la épica y el intimismo; la imaginación desbordada y una seudoreligiosidad con muchas más resonancias al naturalismo y el ecologismo que a cualquier creencia religiosa que se nos venga a la cabeza; la cerrazón cerril de un sistema patriarcal y la silenciosa lógica y sentido común de las mujeres forzadas a ocupar un segundo plano en la historia (y la Historia). La humanidad es un cáncer capaz de acabar célula a célula consigo mismo y con todo lo que toca, así que la única forma de erradicarlo con garantías es la destrucción total. Todo narrado con el sentido del espectáculo de Darren Aronofsky, que nos da sobradas muestras de su exquisito talento visual y de planificación a lo largo del metraje. Como muestra, dos botones:
1. La escena prólogo a la historia, con la infancia de Noé, que en dos brochazos ya nos pone en situación de la línea argumental y de lo que va a acontecer a continuación: La lucha entre el Bien y el Mal, sin que ninguno de ellos sea un concepto absoluto. El Bien está rodeado de sombras, la eterna duda entre la pleitesía a un ser Superior o la justificación de un comportamiento irracional bajo el prisma de un mandato ultraterreno. El Mal, aunque absoluto y evidente como muestran sus actos, se cimienta en preceptos para nada descabellados: La necesidad del libre albedrío, de actuar de forma lógica y consciente, de ser responsable de los actos propios, no que estos estén marcados por creencias o preceptos muchas veces obsoletos.
2. La llegada de Noé al campamento de los desahuciados en busca de esposas para sus hijos. Una maravilla llena de desolación, oscuridad y ruina moral que nos dejará con la boca abierta con lo que (y cómo) se nos muestra. Impresionante. Normal que uno tenga una crisis de fe tras asistir a tamaño espectáculo de sordidez.
Toda la película se sustenta sobre las anchas espaldas de un Russell Crowe portentoso, capaz de mostrarse al mismo tiempo pétreo, melancólico, decidido y dubitativo. Muy buen trabajo el del actor. A la zaga no le anda el antagonista rey Tubalcaín al que da forma y fondo Ray Winstone. Carismático y peligroso, es una víbora capaz de cualquier cosa para sobrevivir, pero a veces está más cargado de razón que el propio Noé. Un contrapunto perfecto. Destacable también el trabajo de una siempre bella Jennifer Connelly, que no deja de ser la conciencia de su esposo y la voz de la razón cuando ésta comienza a desaparecer. Poco que destacar en el resto de interpretaciones. Si acaso a un Anthony Hopkins que hace acto de presencia para poner el cazo y dar algo de carisma a Matusalén, personaje con poca relevancia pero a la postre vital para el desenlace.
Sin embargo, no todo son parabienes. La mitología de los Vigilantes está muy bien llevada, así como su personificación (o petrificación) de los conceptos de redención y perdón (además, es más lógico que unos seres extraordinarios ayudaran a construir el arca que se encargaran sólo Noé y sus hijos, que hubieran tardado varios siglos). Sin embargo, toda la escena del asalto al arca me sobra. Una batallita cortada y copiada de los Ents de El Señor de los Anillos. Y el ritmo se resiente un poco una vez que tiene lugar el diluvio. Sin embargo reconozco que no lo noté en exceso, ya que dado el carácter imprevisible del director, cualquier desenlace podía ser posible.
En resumen, una película que tendrá tantos adeptos como detractores y que no gustará a todo el mundo. Quien entre en este universo libre de ideas preconcebidas y sin buscar una adaptación bíblica tiene altas probabilidades de salir satisfecho. En definitiva, no es lo mejor del director, pero sí un producto personal, cuidado, épico y más que entretenido al que se le pueden buscar múltiples interpretaciones, todas ellas válidas. Sobre todo, no dejará indiferente.★★★★★
Frases
♣ "El fuego lo consume todo. El agua limpia" ♣
♣ "No olvides cuan regalo precioso eres" ♣
♣ "Olvidan que la fuerza proviene del creador" ♣

Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.