RABID DOG
Tras el escalofriante episodio anterior dejamos a Jesse impregnando toda la casa de los White con gasolina. Continuamos seguidamente y aparece Walt quien llega a su casa pero se la encuentra vacía. Jesse no está y cree que se ha arrepentido. Comprueba que ha esnifado cocaína recientemente en un cd de su coche, por lo que trata de hacerlo razonar con una llamada de teléfono. Mientras tanto, decide irse unos días a un hotel con su familia, ocultado a Walter Jr. la verdad, como siempre. Pero Skyler es muy lista por lo que acaba sacando toda la verdad. Ahí, tras una discusión, ella deja entrever que si Walter ha llegado hasta ahí, ¿que mas da una vida mas?
Tras ésta historia, volvemos atrás para saber que ha pasado con Jesse y el planteamiento no podría ser peor para Walter cuando es Hank el que nuevamente entra en acción y atrapa a Jesse. Lo lleva a su casa y aunque Marie no parece conforme y su marido le ha preparado un viaje, al saber que su función hará daño a Walt, se queda en casa. Lo quieren usar como cebo (curioso lo poco que le importa a Hank que Jesse muera con tal de pillar a su cuñado), primero con una confesión y segundo, con una quedada en una plaza en la que Jesse llevará un micro para cazarlo, sin embargo, el encuentro se fastidia cuando éste cree que ha contratado a un matón para eliminarlo, cosa que no es cierta. Jesse se sale del plan y le hace una llamada a Walt diciendo que va a complicarle la vida, que lo de su casa era un principio y que ahora va a ser mucho peor. Hank se enfada pero Jesse, airado, le confiesa que hay una forma mucho mejor de pillar a Walt. Por su parte, Walter hace una llamada a un viejo amigo, Todd, encargándole un trabajito a su tío....
Electrizante episodio que nuevamente supone una vuelta de tuerca y con algunos momentos de puro nervio como el intento de encuentro en la plaza. Apenas cuatro episodios para terminar y ésto está que arde. La semana que viene más.
Por Dante Martín
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.