El noveno clásico
Disney era otro de los pertenecientes a los "menores" donde se usaban cortometrajes como relleno. En este caso, dos hacen todo un film y nos vuelven a traer a la pantalla a Mickey Mouse tras
Fantasía. Año 1947.
¿De qué va?
Pepito Grillo regresa para adentrarnos en la historia de Bongo, un oso de circo. En su camino llegará a una casa donde un hombre con sus muñecos le narran una historia a una niña sobre un bello pueblo y unas judías mágicas.
Desde
Saludos Amigos, seis cintas de Disney entraban dentro de un conjunto de cortometrajes que formaban
películas a las que se las conocía como "paquetes".
Fun and Fancy Free es una de ella, aunque en un principio la idea era que cada uno de los cortos fuese una película independiente. Sin embargo,
la guerra paralizó todas las proyecciones y al tener menos presupuesto, decidieron aunar las historias en cortometrajes para abaratarlo. Así pues
la historia de Bongo estaba pensada como una especie de secuela de Dumbo, donde la idea es que algunos personajes volviesen a salir como secundarios y otros nuevos, como un mono compañero que le acompañaría en su viaje. Sin embargo, ésto no ocurrió y acortaron para que Bongo fuese independiente y trabajara para un cortometraje.
Las Aventuras de Bongo nos contaban las peripecias de un osito de circo que sabe hacer de todo y se maneja siempre con su monociclo. Sin embargo, su vida feliz es solo un espejismo ya que siempre es maltratado por sus amos, por lo que un día decide irse de su jaula y llega al bosque donde descubre la paz y la buena vida. Un día conoce a Lulubelle, una osita de la que se enamora, pero llega "malamuerte" y haciendo acto del "amor osezno", el cual Bongo desconoce, se la lleva para sí. Apenado, Bongo se marcha derrotado, hasta que en un baile de osos, comprende que la forma de encariñarse entre ellos es dándose un bofetón, por lo cual el pequeño osito vuelve para rescatar a su amada de las garras del gigante malamuerte.
Antes de éste corto, Pepito Grillo actúa como introducción a la historia aunque no como narrador ya que es
Dinah Shore quien narra a Bongo. Sin embargo, el grillo canta una canción a su mas puro estilo "happy". Precisamente ese tema fue un descarte de la película
Pinocho, que fue recuperado con acierto para éste film. Luego ocurre algo que hace fallar por completo a todo éste conjunto, y ocurre cuando
Pepito Grillo llega a una casa en la que hay un ventrilocuo, el actor Edgar Bergen con sus muñecos, el cual había trabajado en algunas películas de los cuarenta precisamente con sus "míticas marionetas" aunque aquí no lo conozcamos mucho. Esa parte, da un poco de grima, sobre todo sus muñecos que parecen sacados de una película de terror.
Bergen le cuenta una historia a una niña repelente y aparecen en escena para gusto de todos, Mickey Mouse, que no lo veíamos en acción desde Fantasía y junto a él lo acompañan Goofy y Donald, en una historia que ya hizo en un minicorto Disney basándose en el libro de Jack y las habichuelas mágicas. Mickey había interpretado a ese personaje y aquí volvía a una historia que el propio Walt quería que fuese realizada como largo y donde tuvieron que omitir algunas escenas donde salían personajes como Minnie haciendo de reina y que fue quien le dio las habichuelas mágicas a Mickey a cambio de su vaca. Tuvieron que reducir para hacer una duración mas acorde al cortometraje y en conjunto fue un film que funcionó, sobretodo por el trio Donald-Goofy-Mickey.
Sin embargo, pese a todos los premios que consiguieron los films anteriores, incluso actuando como paquetes, con ésta no obtuvo la factoría nominación a ningún premio. Y esto era solo un reflejo de que
la compañía del tío Walt quería hacer largometrajes de mas calidad pero hasta entonces seguía corta de presupuesto. Pese a ésto, un film entretenido, donde pese a que muchos destaquen la historia de Mickey, yo me quedo con la de Bongo, por simpática, divertida y tierna.
★★★★★1/2
Por Dante Martín
El Temazo:
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.