Dirigida por Giuseppe Tornatore, y ganadora del Oscar a mejor película de habla no inglesa. No solo obtuvo ese galardón sino que poco después llegarían una cantidad de premios que le fueron otorgados incesantemente. Así que tenemos una buena excusa para disfrutarla si aun no lo hemos hecho ya que sin duda es todo un homenaje al cine y al espectador.
El film nos cuenta la historia de Salvatore, un niño al que cariñosamente llaman Totó, el cual disfruta pasionalmente del cine proyectado en su pueblecito. Se escapa siempre de sus quehaceres para asistir a las proyecciones y mantiene una relación con Alfredo (Philippe Noiret), el proyeccionista que lo acabará enseñando y con el que mantendrá un vinculo de cariño inmenso.
Y es que precisamente si algo tiene ésta película es ternura, cariño y una belleza que conjuga a la perfección con la tristeza justa, donde los más sensibles sacarán sus pañuelos en más de una ocasión.Personalmente me quedo con la parte de Salvatore Cascio, es decir, del pequeño Totó ya que lo vemos en tres etapas de su vida. Su formación es sin duda la parte más tierna de la historia. Al crecer, lógicamente ocurrirá el amor imposible, otras debilidades y temores hasta llegados al punto final donde Salvatore se convertirá en un director de cine afamado, siguiendo los pasos minuciosos del proceso enseñado por su primer y querido maestro.
Y si algo tiene ésta película es el compendio mensajes que deja para nosotros, pero el mayor de todos es el que Alfredo le dice a Totó a modo de recordatorio, que nunca se le ocurra volver ni mirar atrás, que se olvide del recuerdo para seguir avanzando. Una promesa dura que Totó cumplirá hasta el final, donde se descubrirá a sí mismo y comprobará que en treinta años pasados todo seguiría igual
A lo largo de las proyecciones podemos comprobar las distintas personalidades del espectador a la hora de ir al cine. Los deseos y las impresiones de aquellos que probaban la experiencia por primera vez. Los destapes, los besos que siempre eran cortados por el párroco del pueblo y que tras el estreno del Nuevo Cinema Paradiso dejaron de ser prohibidos.
De seguro nos sentiremos identificados en algún momento con parte de lo visto en Cinema Paradiso, nos hemos visto reflejados en el rostro de algunos, que se sabían las películas de memoria prácticamente, que lloraban con escenas que ya incluso habían visto una y otra vez... Era, en resumidas, la magia del cine.
Y sobra decir que la banda sonora es sin duda una de las más bellas del cine con el brochazo del genio Morricone. una obra maestra con un tema principal emocionante que nos dejará los vellos de punta. En resumidas, es una película que sin duda alguna merece alabanzas y quedará en la historia como una de las obras más bonitas del mundo del cine. ★★★★★
Por Dante Martín
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.