Vuelve el velocista escarlata de DC Comics con la difícil misión de mantener el listón tras dos temporadas que han rayado a gran altura. Y lo hace por todo lo grande, atreviéndose a romper con la línea narrativa que llevaba hasta el momento apostando por exprimir las paradojas temporales y el concepto de infinitas realidades que ya se presentó brillantemente en la temporada anterior. Por un lado, queda claro que estamos en un multiverso lleno de posibilidades. Por otro, el efecto acción-reacción provocado por alguien con la capacidad de alterar la corriente temporal puede tener resultados de lo más imprevisibles, como sufrirá el protagonista en sus propias carnes.
Además, para los amantes del cómic de referencia tenemos el guiño de comenzar esta temporada con el nombre de una de las sagas más rompedoras de la historia del personaje.
"Flashpoint" fue un evento ideado por el guionista Geoff Johns cuya premisa es muy similar al punto de partida de esta tercera temporada:
Barry Allen acaba en una realidad alternativa en la que su madre nunca murió, aunque el efecto mariposa es mucho más amplio y afecta a todos los personajes de Universo DC, creando versiones alternativas y tramas inéditas de muchos de ellos. Tanta fuerza tenía esta premisa que la editorial cogió la idea para dar pie a una reconstrucción completa de su multiverso superheroico efectuando un reinicio cuya magnitud no se veía desde la década de los 80 con la clásica macro-saga
"Crisis en Tierras infinitas" (aunque su relevancia y calidad como historia sea mucho menor). De esta forma,
el guiño en el nombre de esta etapa de las aventuras del velocista ya nos anticipa la atractiva premisa de la serie: el gran cambio ocasionado por Barry en la corriente temporal al salvar a su madre de las garras del Flash reverso va a producir un cambio completo en su realidad.
¿Qué cambios encontramos en la vida de Barry en este capítulo? El más evidente, su madre no ha muerto y su padre no ha dado con sus huesos en la cárcel, así que el protagonista ve hecho realidad el sueño de compartir una vida feliz y próspera con sus padres. Sin embargo, toda acción conlleva su reacción, y habrá también consecuencias imprevistas: Joe West se ha dado al alcohol y tiene una relación distante con sus hijos; Star Labs está presidida por un Cisco con un genial y divertido complejo de
"mesías tecnológico" al más puro estilo Steve Jobs; Iris no ha vivido nunca con Barry y ha de ligar con ella al
"viejo estilo";
y lo más importante: Barry conserva sus poderes pero NO es Flash. Hay otro velocista ejerciendo de salvador de Central City enfrentado a una némesis poderosa en una lucha inacabable. Un conflicto en el que Barry se verá obligado a meterse para salvar la vida del nuevo Flash, proporcionando un nuevo guiño a los seguidores del cómic con la puesta de largo oficial (traje clásico incluido) de
Kid Flash aka Wally West.
De esta forma tenemos un episodio sorprendente, divertido y muy atractivo a base de ir descubriendo paso a paso las diferencias y contemplando las vicisitudes de Barry en esta nueva realidad, siendo el único capaz de recordar tanto su vida "pasada" como la actual. O casi el único, ya que guarda a buen recaudo a Eobard Thowne, el Flash reverso, que contempla divertido la lucha denodada (y destinada al fracaso) de Barry por conservar sus recuerdos y mantener su nueva vida ideal.
Destinada al fracaso porque la corriente temporal tiende a poner las cosas en su sitio y cuanto más permanece en esta nueva realidad más recuerdos va perdiendo de su antiguo yo, proceso que se ve acelerado cada vez que usa su velocidad. Resultado: para conservar su esencia y sus recuerdos a Barry no le queda otra que aceptar y permitir la muerte de su madre, volviendo de nuevo a la escena inicial de la serie (en la que cada vez hay más
Flash alternativos interactuando),
con la "ayuda interesada" de ese Hannibal Lecter juguetón y despiadado en quien parece estar convirtiéndose Eobard Thawne. Una gozada.
Pero no se vayan todavía, aún hay más.
El final del episodio deja claro que, pese a recrear la situación inicial con la muerte de Nora Allen, la continuidad parece estar muy lejos de haberse restablecido tal y como Barry la dejó al final de la pasada temporada. Todo parece seguir igual... salvo que Iris no se habla con su padre. ¿Qué demonios habrá ocurrido? ¿Qué "ñapa" se las ha arreglado Eobard para meter en la corriente temporal y seguir así fastidiando la vida de su odiado antagonista? Lo veremos en el siguiente episodio.
Parece que nos espera todo un carrusel de realidades alternativas y, por tanto,altas cotar de diversión e imprevisibilidad.