Seguimos disfrutando de las aventuras de un primerizo Barry Allen en el inicio de su heroica carrera. Y, como de costumbre, tenemos un capítulo que discurre a toda velocidad, sin dar tregua al espectador y engranando perfectamente escenas de acción y momentos más íntimos que ayudan a dar tridimensionalidad a los personajes principales.
Porque ese es uno de los detalles que hace de esta serie un gran producto de entretenimiento: los personajes crecen, evolucionan, se equivocan, tropiezan y vuelven a levantarse con fuerzas renovadas.
El villano de esta semana es probablemente el más peligroso al que se ha enfrentado Barry hasta el momento. Algo hay que reconocer, y es que el nivel de peligrosidad de los enemigos es cada vez mayor.
En este capítulo se presenta a Kyle Nimbus, alias "La Niebla". Antiguo asesino a sueldo de la mafia, la explosión del acelerador de partículas lo pilló en plena aplicación de la pena de muerte por sus crímenes, lo que provocó que su cuerpo se fusionara con los nocivos vapores de la cámara de gas. De esta forma, adquiere la capacidad de convertir su cuerpo de sólido a gaseoso (a voluntad), provocando la muerte de sus víctimas al inhalar sus vapores venenosos. En este caso, y sobre todo tras la derrota del héroe en el primer encontronazo con su rival, la sensación es que Flash lo va a tener muy difícil para vencer. ¿Cómo se derrota a un enemigo que puede transformarse en gas a voluntad y esquivar tus golpes, por muy veloz que seas? Tras casi perder la vida en su primer encuentro (sin la ayuda de STAR Labs y un buen jeringazo en el pecho Barry ya estaría criando malvas) nuestro héroe deberá darlo todo para proteger a la siguiente víctima del asesino: el detective West. Tanto la sensación de peligro como la vulnerabilidad del héroe están muy bien retratadas. Finalmente, Flash logrará vencer gracias a la ayuda de sus pepitos grillos de STAR Labs, que le dan la idea para que pueda usar sus poderes de forma creativa y derrotar a su duro rival.

Aparte del enfrentamiento contra este nuevo enemigo, siguen avanzando algunos de los subargumentos. En este capítulo, sobre todo empezamos a conocer más cosas sobre Caitlin. La reapertura del acelerador de partículas por parte de STAR para convertirlo en un prisión adaptada a metahumanos (buen concepto, muy bien planteado) servirá como excusa para recordar los últimos momentos del fallecido prometido de la joven científica, capaz de dar su vida heroicamente para que las secuelas del accidente no fueran mucho mayores. La gran revelación viene cuando por fin conozcamos su nombre: Ronnie Raymond, que sonará mucho a los conocedores del
Universo DC, pues es una de las identidades de otro de los héroes clásicos de la editorial. Todo apunta a que esta temporada tendremos a
Firestorm por aquí. La cosa promete.
Por otra parte, siguen las revelaciones con respecto al doctor Wells cuando descubrimos que no sólo sabía que el accidente del acelerador se iba a producir, sino también que sería el causante de que Barry se convirtiera en Flash. Este subargumento va a dar mucho, mucho juego y seguro que más de una sorpresa.
También hemos podido asistir a muy buenos momentos más dramáticos con mayor protagonismo de Henry Allen. Dos conversaciones en la prisión resultarán de lo más emotivas. Por una parte, Joe West le visita para confesarle que por fin está convencido de su inocencia y hará lo posible por sacarlo de la cárcel;
y sobre todo, un relato íntimo sobre la infancia de Barry y la relación con su madre hará que aflore algunas lagrimillas. En estos momentos es cuando más matices aporta el protagonista, muy versátil y capaz de sobresalir tanto en un tono más humorístico y ligero como cuando se muestra vulnerable y cercano. Un gran acierto de casting y, ante todo, la sensación de que esta serie se está cuidando mucho en todos los aspectos. Esperemos que siga mucho tiempo por este camino, sobre todo porque ha sido premiada con una temporada completa, es decir, que en lugar de los 10 capítulos previstos se rodarán finalmente 23. Siempre que el nivel actual se mantenga, será sin duda una gran noticia.
Por Antonio Santos