"QUIERO MATAR A LAS PALOMAS QUE HAY EN MI TEJADO"
¿De qué va?
Harry Brown vive en un barrio donde impera la violencia. Tras la muerte de su único amigo, acaba viéndose involucrado en la trama, impartiendo justicia a espaldas de la policía.
Reparto
Michael Caine es Harry Brown
Emily Mortimer es Alice Frampton
David Bradley es Leonard
Iain Glenn es Childs
Liam Cunningham es Sid
Sean Harris es Stretch
Dirección
Daniel Barber
Impresiones
Jack Carter ha regresado como lo hicieran otros justicieros al más puro estilo Charles Bronson o el inigualable Clint Eastwood. Es inevitable recordar la faceta mas reciente del hueso duro de Hollywood, Eastwood con películas como Gran Torino, en el que harto de la violencia acosadora hacia sus vecinos y su persona, decide tomarse la justicia por su mano. Su personaje era un veterano soldado y de la misma forma, Harry Brown sigue su estela. Ahora es un jubilado pensionista que vive en solitario con la única compañía de su viejo amigo, Leonard. Tras el brutal asesinato de éste, Harry estallará, aunque no entra en el ajo hasta que sea asaltado por un delincuente.
La película de Barber no ofrece ninguna complejidad argumental. Es una historia sencilla y típica de venganzas con el único aliciente de ver al gran Michael Caine en acción, retomando sus antiguos roles de hombre armado. Pero Harry Brown va un poco más allá cuando refleja un símil triste visto hoy día, la violencia injustificada, el hacer daño por puro placer. Su barrio está plagado por jóvenes desocupados que tienen completamente aterrorizados al vecindario y lo más trágico es que la policía no puede hacer nada contra ellos. Es ahí cuando encuentran un respiro de forma indirecta con la entrada en acción de Brown aunque no esté justificado.
Obtenemos algunas escenas grandiosas pero me gustaría destacar el momento en el que el personaje de Caine entra en contacto con unos drogadictos con la excusa de comprar un arma. Es ahí cuando aparece Sean Harris interpretando a uno de los yonkis más asquerosos y ruines de la historia del cine, causando ardor en el estómago al verlo en un sitio digno del pasaje del terror. Pero no nos dejemos llevar, la historia no tiene nada de interesante y peca en su tramo final, intentando dar una puntilla o una explicación "mafiosa" a toda esa violencia. El personaje de Liam Cunningham está ahí como una excusa innecesaria para toda la trama de la película y es lo que hace fallida la obra, aun resultando entretenida por la magnífica labor de Michael Caine.
La banda sonora incluye temas compuestos por Martin Phipps, Pete Tong e incursiones de Crystal Fighters o Paul Rogers. Acorde al momento y a las escenas, logra su cometido y nos deja un buen sabor en el paladar aunque la película no asombre y sea en todo momento previsible. Pero solo por ver al gran Michael Caine de esa forma ya merece la pena, y la guinda la encontramos justo antes de los créditos, cuando mirando el panorama y la calma tras la matanza anterior, decide entrar por el tétrico y oscuro túnel donde aparentemente, todo vuelve a la normalidad. ★★★★★1/2
Por Dante Martín
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.