Comienza esta nueva serie ambientada en los (futuros) dominios del Caballero Oscuro, y nos deja sensaciones agridulces. Lo que no podemos echarle en cara es que no ponga toda la carne en el asador, ya que desde su minuto 1 es una declaración de intenciones de lo que nos quiere dar: Ambientación oscura, propia de la "ciudad del crimen", tramas policíacas centradas en los casos del GCPD (Gothan City Police Department) y dejar claro al espectador que el marco de referencia es el caldo de cultivo en el que se forjará el futuro Batman, con múltiples referencias a personajes del particular universo del Cruzado de la Capa... tal vez demasiadas.
De esta forma, el comienzo de una serie centrada en casos policiales no puede sino empezar con un crimen a investigar. En este caso, "El Crimen"; y es que si queremos ser fieles a las doctrinas del gran Hitchcock y empezar con un terremoto, el asesinato de la familia Wayne a manos de un misterioso asaltante no puede sino ser un magnífico arranque. Este crimen se convertirá en el primer caso en Gotham de un recién aterrizado Detective James Gordon, que de esta forma se tomará como algo personal encontrar al responsable y prometiéndoselo así al único superviviente de la matanza, el joven Bruce Wayne.
De esta forma se establecerá una especial relación entre el policía y el chico que evolucionará a lo largo del tiempo.
Evidentemente, el asesinato de uno de los prohombres más reconocidos de la ciudad no pasará desapercibido, y su resolución se marcará como prioritaria para todos los estamentos políticos de Gotham. Una presión no muy del gusto del nuevo compañero de Gordon, el detective Bullock, poco dado a las complicaciones en sus labores policiales, aunque con más de un contacto en los bajos fondos de la ciudad;
unos contactos que le brindarán en bandeja a la pareja de policías la localización del presunto culpable del crimen, aunque si se rasca un poco bajo la superficie puede que no todo sea tan brillante como parece...
Lo mejor del capítulo es sin duda la trama policial que se desarrolla y que, como en el buen género negro, se complica cada vez más. Policías corruptos, intachables defensores de la ley, maleantes de baja estofa, políticos capaces de pactar con el diablo para conseguir marcarse un tanto, hampones de la vieja escuela, nuevas generaciones de maleantes deseosos de hacerse con el poder de los bajos fondos... todo se mezcla de forma que la aparente resolución del asesinato se muestra un espejismo diseñado a varias bandas y vuelve a constatar que el interés y el poder crean extraños compañeros de cama. La ambientación oscura y sucia le sienta también como un guante, aunque chirría un poco que se desarrolle en el presente. De igual forma, los personajes de Gordon y Bullock están muy bien retratados y sus intérpretes aprueban el reto con solvencia. Y contaremos en el plantel habitual con los más que agradecidos agentes Reneé Montoya y Crispus Allen, que pueden dar mucho, mucho juego. Entre los malvados, destacan sin lugar a dudas Oswald Cobelpott y Carmine Falcone, muy bien interpretados y tratados argumentalmente.
En la parte no tan positiva, una dirección de juzgado de guardia (un piloto como este merecía a alguien con bastante más personalidad tras la cámara), una banda sonora que no pega ni con cola y un afán por ir metiendo con calzador a mil y un personajes de la mitología de Batman. En apenas cincuenta minutos de episodio podemos ver a Selina Kyle (alias Catwoman), Oswald Cobelpott (alias Pingüino), Edward Nygma (alias Acertijo) y una joven Poison Ivy, en la mayoría de los casos como meros esbozos. Sin duda, una estrategia para captar a los fans de los cómics y películas del
Caballero Oscuro, pero que puede llegar a cansar si la tendencia no se modera un poco.
El comienzo es prometedor, aunque puede dar más de sí. Sin duda, si la serie se centra en los peculiares casos a los que se enfrenta el GCPD, con el hilo conductor del asesinato de los Wayne (que aún puede dar mucho de sí), dosificando las apariciones de los personajes más reconocibles para los conocedores del cómic (y dándoles algo de profundidad y sentido en la trama), podemos estar ante una grata sorpresa para los fans del
noir más atípico. Iremos comentando cómo evoluciona.
Por Antonio Santos