BURIDAN'S ASS
Otro capítulo cuyo título referencia a un concepto filosófico. En este caso, la paradoja del asno de Buridán. Y de nuevo con un prólogo formidable. Los peces vuelven a adueñarse de las imágenes, como otras veces hemos visto (el salvapantallas del secuestrado, el cartel del "sótano de los horrores" de Lester, ...). En esta ocasión son devorados en un banquete por la plana mayor del Sindicato de Fargo, que sigue clamando venganza por la muerte de Hess. Está claro que no van a cejar en su empeño de encontrar al culpable cueste lo que cueste, lo que pone las cosas difíciles para Lorne.
Hablando del demonio, nuestro asesino favorito se dispone a recoger el rescate de Stavros, aunque antes, como se veía venir, pone en marcha su plan para librarse de su incómodo "socio". Una nueva demostración de los niveles de bastardismo que alcanza este personaje. Con un par de armas de fuego, hilo de pescar y cinta de embalar monta un escenario perfecto para matar (nunca mejor dicho) dos pájaros de un tiro: Deshacerse del chantajista accidental y tener entretenida a la policía por si Stavros no se lo pone fácil.
Sin embargo, no cuenta con que su plan de atemorizar al griego ha sido demasiado efectivo. De esta forma, mientras el pobre hombre rico acude a llevar el dinero tiene una revelación: Es el mismísimo Dios quien le pide cuentas por no haber cumplido su promesa. Creyendo que su chantajista no es humano, sino divino, abandona la ciudad en mitad de la mayor tormenta de nieve sufrida en décadas (otra señal de los cielos) para llevar el dinero al sitio en el que lo encontró años atrás. Aunque el destino es cruel y, cuando más confiado está creyendo haberse reconciliado con su creador, le golpea donde más le duele de forma mortal. La crueldad de esta serie para con sus personajes es tremenda, aunque la historia está tan trufada de humor negro y detalles absurdos que la apartan absolutamente del dramón al uso.
Por su parte, Lorne también sufrirá complicaciones para recoger su bien ganado dinero. Al acudir al punto de encuentro sufrirá la inesperada encerrona de Mr. Wrench y Mr. Numbers, los matones de Fargo, que armados hasta los dientes están dispuesto a acabar con su presa por la vía rápida. Evidentemente, Lorne no se lo pondrá nada fácil y, ayudado por la furia de una tormenta en la que no se puede ver a dos palmos y por su sangre fría, consigue dar la vuelta a la tortilla y huir, no sin antes sonsacar a Mr. Numbers quiénes les envían y hacerle una garganta nueva. ¿Estará a partir de ahora el Sindicato de Fargo en su punto de mira? Pero esta batalla campal tendrá otra víctima inesperada. Atraídos por los disparos, Molly y Gus acabarán metidos en el fregado. Sin embargo, las pocas tablas de Gus salen a la luz cuando, agobiado por el peligro y la ceguera de la tormenta, acaba disparando por error a su compañera.
¿Y mientras qué hace Lester? La presencia de un policía en la puerta de la habitación del hospital donde se recupera de su infección hace que salten sus alarmas. La cárcel está cada vez más cerca. Una visita de su hermano en la que le muestra a las claras su total falta de confianza será el detonante para que el desalmado tanto tiempo oculto salga a la luz. Aprovechando su
"invisibilidad" (no deja de ser una ventaja el que hayas sido insignificante toda tu vida) se escapa del hospital y esconde el martillo con el que mató a su mujer y alguna ropa interior de ésta en el armario de las armas de su hermano, preparando además una espoleta en forma de pistola en la mochila de su sobrino. El control de armas en la escuela pública estadounidense jugará a su favor en su maquiavélico plan para librarse de la culpa.
La sonrisa final en el hospital tras haber sembrado las semillas de su salvación nos retrotraen al Walter White de las primeras temporadas de Breaking Bad. Un nuevo don nadie ha descubierto la liberación y extrema satisfacción de hacer el mal. Un final magnífico para un episodio de quitarse el sombrero.
Por Antonio Santos
Cinéfago por puro placer y juntaletras ocasional. Defensor de las causas perdidas seriéfilas. Hincado de hinojos ante Hitchcock y Tarantino, entre otros muchos. Amante de la ciencia ficción, la aventura, Rick Remender, Jonathan Hickman, el helado de chocolate, Jessica Chastain y Eva Green (no necesariamente por ese orden).