"JAMÁS DEBERÍAMOS ESTAR SOLOS"
¿De qué va?
Mowgli es un niño salvado por una pantera y criado por lobos. El tigre Shere Khan, hará todo lo posible por eliminarlo, por eso, Bagheera lo convencerá para que regrese donde pertenece, con los humanos.
Reparto
Neel Sethi es Mowgli
Ben Kingsley es Bagheera
Bill Murray es Baloo
Idris Elba es Shere Khan
Scarlett Johansson es Kaa
Christopher Walken es Rey Louie
Dirección
Jon Favreau (Iron Man)
Impresiones
En un mundo sin ideas donde Disney manda, nos llega una nueva versión de un clásico animado de la compañía. Desde que decidieran sacar cacho del mercado con ésta nueva moda de traer al mundo real sus dibujos animados más punteros han obtenido diversidad de críticas, en su mayoría muy positivos. El lanzamiento de The Jungle Book (El libro de la selva) ha obtenido de forma instantáneas, puntuaciones altísimas, cosa que viene siendo norma desde hace algún tiempo, demostrando que la casa del ratón goza sospechosamente del favor de los medios.
Jon Favreau, director de Iron Man y metido más de lleno que nunca en la casa del tío Walt, se encarga de la realización de ésta versión que no es más que un calco del clásico animado de Disney del año 1967. Casi cincuenta años después, llega la versión real tal y como han seguido cintas como Maléfica, Cenicienta, Alicia, y en breve, Peter y el Dragón o La bella y la bestia. Es posible que la cinta de Favreau sea la más compleja de realización por su excesivo digitalizado, pero es que no podía haber realizado de otra forma. Salvo Mowgli y algún paisaje real, todo lo demás es puro CGI, no hay ni un solo animal de verdad, y a decir verdad, han hecho bien ya que de haberlo añadido se habría notado demasiado el cambio, por lo que todos los animalitos están más logrados así, metidos en ese mundo artificial.
Técnicamente es muy bonita, pero por contra, es profundamente innecesaria. Las voces nos hablan del regreso a la nostalgia, o de incluso de una buena forma de enseñar a los niños los clásicos de toda la vida. Sin embargo, no hay mejor regreso a la nostalgia y de enseñar a los pequeños que visualizando el clásico original animado, el que muchos de nuestros padres vieron en el cine y posteriormente lo hicimos nosotros en la televisión. Esas sensaciones de las que se hablan me resultan irónicas, sobre todo cuando ésta película se molesta bien poco en ofrecer algo que no hayamos visto anteriormente o hubiesen alterado la línea de lo que ocurre en el clásico. Tan solo ha leves giros que no aportan nada. Sí amigos, Disney, como nos tiene acostumbrados, les corta las alas a los directores de su campo para que eviten cualquier alteración, no gozan de libertad para contar o añadir su toque personal a algo que ya está inventado y por tanto, manido.
Con ésto no estoy diciendo que El libro de la selva sea mala. Tiene buena mano, pero su parte negativa se iguala o incluso supera a la positiva. Y es que tengo que decirlo, había momentos en los que me aburría profundamente. Empezando por el único actor real de la película, el novato Neel Sethi, es decir, Mowgli. Se le ve tan justito que la experiencia le supera. No sabe expresarse, mira a los animales como si mirara a un técnico o directamente al croma. Lo curioso es que si os fijáis, lo veréis andar a trompicones, ya que, como va descalzo, se pincha con cualquier piedra del camino. Son detalles que demuestran que hay más preocupación en el efecto especial que en la propia interpretación del único actor real de la cinta.
El intento de respetar al máximo la obra original incluye hacer uso de las canciones. Sin embargo, si pretenden hacer una cinta de acción real, no lo veo necesario. Probablemente con Baloo quede bien (genial Bill Murray) por su tono desenfadado. Pero el momento del Rey Louie resulta bastante patético ya que rompe por completo la armonía del producto. Para colmo, alargan la canción con una nueva letra en su tramo final que desentona y chirría.
Y aquí llego con lo peor... Mowgli se convierte en McGyver. Vale que como humano, puede tener facultades que a los animales les resultaría imposibles, pero ese momento final en el que el niño idea el plan para eliminar a Shere Khan y se inventa una cuerda-liana con un palo para que le haga de taburete al final, es del todo sonrojante. Por otra parte, la banda sonora de John Debney, que es muy bonita y le sienta como un guante, nos recuerda misteriosamente al sonido John Barry ya que su leitmotiv principal comparte sintonía con el mítico Memorias de África. En resumidas, un producto innecesario que no ofrece nada nuevo con respecto al clásico animado. Resulta doloroso comprobar como la propia Disney trata de mancillar nuestros buenos recuerdos de trabajos que son precisamente suyos. Incomprensible. ★★★★★
Por Dante Martín
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.