"-¿NO SE TRATA DE UNA CASA EMBRUJADA?
-LA MÁS EMBRUJADA DE TODAS LAS CASAS"
¿De qué va?
Un millonario pide a un físico por una suculenta suma de dinero que investigue una mansión en la que varias personas han fallecido anteriormente. Será acompañado por su mujer, una joven médium y un superviviente de la casa.
Reparto
Clive Revill es Barret
Roddy McDowall es Benjamin Franklin Fischer
Pamela Franklin es Florence Tanner
Gayle Hunnicutt es Ann Barret
Dirección
John Hough (La isla del tesoro)
Impresiones
El género de terror sobre casas embrujadas ha sido maltratado en éstos últimos años con ligeras excepciones. No hay más que echar un vistazo a remakes como The Haunting -que no hace más que encumbrar a la original- y derivados. La leyenda de la casa del infierno es una de esas cintas que pueden crear división, probablemente porque aburra a más de un espectador por su ritmo pausado, o bien puede maravillar al resto por su tremenda originalidad. El escritor de obras como Soy Leyenda, Richard Matheson, escribe el guion basándose en su propia novela, La casa infernal, y no cabe duda que maneja ingredientes de sus anteriores trabajos pero con un nivel de sorpresa que difiere del resto. Si bien es cierto que la cinta contiene aspectos tan diversos como el espiritismo, la posesión e historias de fantasmas, todo conjuga a la perfección.
La cinta no necesita una historia enrevesada, es muy simple. Un grupo de personas acude a una mansión para descubrir qué ha matado a los anteriores residentes. Con sus diversos medios darán su punto de vista, y por ello es muy interesante encontrar esa mezcla espiritual y científica donde el personaje de Clive Revill, no sucumbirá ante las fuerzas, arraigado a la ciencia y creyendo que con la mecánica y los electrodos es capaz de eliminar la supuesta maldad de la casa. Sin embargo, es ahí cuando entrará en juego la joven Pamela Franklin en su papel de Florence, siendo la más conectada a la casa, encontrando en ella la influencia perfecta para debilitarla y poseerla, incluyendo una escena de sexo con el espíritu que pone los vellos de punta, siendo una de las primeras películas en mostrar algo así, a pesar de que en España tuvo censura en varios fragmentos de la obra de Hough.
Barret llegará a creer que tanto Florence como Fischer están confabulados para mostrar que la ciencia no tiene cabida como solución, pero la cosa irá a más cuando los principales ataques del espíritu apunten hacia él. De aplauso es la labor de Roddy McDowall, el auténtico protagonista de la obra, un médium superviviente por inhibirse de todo para evitar el contacto directo. Sin embargo, la solución estará en su mano y es aquí donde la originalidad del relato termina por deslumbrar junto a los magníficos planos y juegos de cámara de la dirección, llegando incluso a parecer poseída la imagen por momentos.
Volviendo al final, no cabe duda que la cinta sobresale sobre el resto por tener coherencia. No se limita a matar a un espíritu con un simple maleficio, aquí gana la ciencia, pero no es por su uso, sino por la investigación de Fischer, quien anteriormente logra plantarle cara a través de sus defectos, los temores de Belasco. A raíz de esto, nos encontramos con la sorpresa, lo que hace encumbrar la obra. Hallamos un cadáver en perfecto estado de conservación gracias a una cámara de plomo que evitaba cualquier contacto con el aire exterior. Con ésto, acabamos como empezamos, con la partitura y el tema que dio paso a los créditos de inicio, justo cuando vemos por primera vez la casa. Un tema compuesto por Brian Hodgson y Delia Derbyshire repleto de suspense, con unos ritmos incesantes que ayudan a ese "malrollismo" inherente de la mansión y que le vienen como un guante al film de Hough.
Sí, probablemente no sea la mejor de todas, incluso le sobren algunas escenas, puede que necesite un ritmo menos pausado, pero no cabe duda que gana en originalidad, buenas actuaciones, y lo mejor de todo, un final con lógica aplastante que la engrandece soberanamente. Una muy buena película y seguramente la más interesante de toda la filmografía de John Hough que se vería completamente reducida casi al olvido por el estreno de todo un éxito del género ese mismo año, El exorcista. ★★★★★
Por Dante Martín
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.