Excelente episodio que vuelve a esos capítulos en los que el equipo debía llevar a cabo una misión de forma más o menos procedimental... sólo que esta vez podemos constatar que definitivamente se ha aprendido de los errores pasados. Por una parte, se sigue desarrollando la trama troncal acerca del nuevo "Eje del Mal" que está conformando Gideon Malick utilizando al peligroso Hive para sus fines... o no. Por otra parte, se desarrolla una de esas misiones llenas de acción y giros sorprendentes que toca tangencialmente a la trama central a la par que cimenta el nuevo status quo de SHIELD y la ATCU. Un encuentro diplomático donde todo se acabará saliendo de madre y en cada esquina espera una vuelta de tuerca, un movimiento imprevisible. ¿Quién es ese "infiltrado" del que nos habla el título?
Este episodio va a servir para consolidar la relación entre Coulson y su nuevo
contacto/subordinado gubernamental, nada menos que el General Glenn Talbot. Una pareja que ya ha tenido sus más y sus menos en el pasado a pesar de trabajar en el mismo lado de la Ley. Ambos se verán obligados a colaborar encabezando un simposio entre los principales líderes mundiales para tratar un tema escabroso:
la creciente salida del armario de nuevos inhumanos. Un tema candente de difícil solución en el que por primera vez queda constatado que lejos de un problema local es una situación de alcance global. Cada vez más inhumanos van saliendo a la luz y la controversia está servida. ¿Amigos o enemigos? ¿Humanos o invasores?
¿Cómo controlar a estos seres ultrapoderosos? La reunión pretende establecer un marco de actuación común a nivel mundial. Talbot ejercerá de anfitrión mientras que Coulson se hará pasar por una eminencia científica experta en temas inhumanos para intentar llegar a un consenso amistoso y afín a las políticas integracionistas de SHIELD. Sólo que no todo va como estaba previsto.
En primer lugar, el guardaespaldas de Talbot resulta ser un viejo conocido:
Carl Creel, el Hombre absorbente. Un metahumano que ahora parece haberse pasado al lado
bueno de la ley y puede ser un comodín crucial para tratar con posible presencia inhumana inesperada en una cumbre donde estos seres están vetados. No sólo eso, sino que
su carácter ambiguo y su antigua afiliación con HYDRA hacen que la sombra de la duda planee sobre toda la trama. ¿De verdad se ha cambiado de bando, o son otras sus motivaciones? Por no hablar de su fricción con Hunter. No en vano se cargó a la mitad de su antiguo equipo de mercenarios. En segundo lugar, el general suelta otra bomba: sus fuentes le confirman que hay un infiltrado de HYDRA en la cumbre con la intención de llevar las negociaciones a su terreno. De esta forma,
el comienzo cargado de humor va dando paso a una de esas espídicas misiones donde los giros de guión son constantes y las sorpresas sobre la posible identidad e intenciones del infiltrado se van sucediendo dotando al capítulo de unas dosis de diversión y un ritmo brutal. Así se hace.
El conflicto inhumano también se desarrolla desde otro punto de vista. Creel ha sido la única persona que conocen capaz de resultar ileso tras exponerse a uno de los totem terrígenas. A pesar de no ser inhumano ha sobrevivido a su contacto. ¿Por qué?
Las características genéticas "camaleónicas" de Creel le permiten adaptarse al virus terrígena anulando sus efectos. De esta forma, de manera circunstancial el equipo científico de SHIELD ha conseguido obtener una vacuna contra los efectos inhumanos. Un arma poderosa a la hora de luchar contra sus enemigos que también sirve en bandeja un conflicto moral. ¿Se puede tratar al gen inhumano como una enfermedad, y aplicar por tanto la
cura?
¿Se puede poner en juego algo tan peligroso como el derecho a evaluar quién puede conservar sus dones inhumanos y quién no? Un concepto muy potente que Joss Whedon desarrolló de forma impecable en su muy recomendable etapa al frente de los comics de
X-men y que dota a la serie de una agradecida profundidad.
En paralelo vamos conociendo más cosas de Hive, ese inhumano primigenio y ultrapoderoso que comienza a desencadenar también su gran potencial. Mientras se sigue recuperando de su exilio planetario forzado en Maveth (sobre todo a nivel enciclopédico, devorando centenares de libros y noticiarios para ponerse al día de la historia pasada durante sus siglos de ausencia) no deja de planear una pregunta sobre esta subtrama:
¿Es Malick quien utiliza a Hive, o al contrario? De momento parece ejercer cierto control sobre los inhumanos que tiene en su bando, además de asistir boquiabiertos a un régimen alimenticio bastante peculiar. Donde se pongan 5 humanos relucientes que se quiten las caseinmunitas y los oligoelementos para recuperar el tono muscular y el buen color de piel.
Un final brutal que pone con fuerza sobre la mesa un hecho indiscutible: este individuo tiene tan pocos escrúpulos como ganas de descubrir (y abusar de) este nuevo mundo que se extiende a sus pies. Aunque aún quedan más sorpresas: un nuevo
santuario inhumano en proyecto de construcción en el corazón de Rusia a mayor gloria de Gideon Malick... si los infiltrados Hunter y Bobbi no lo impiden. ¡Pura diversión al más puro
Marvel style!
Por Antonio Santos