Tras un par de episodios que prometían dar una mayor uniformidad a las tramas y acelerar de cara a la recta final, éste vuelve a dar un paso atrás regresando al carácter episódico que ha venido manteniendo en su primera mitad. Una pena, porque parecía que iba cogiendo fuerza y apostando por unas tramas más a largo plazo que aquí se abandonan completamente. El tema de la misteriosa y peligrosa familia de Zed queda en stand by, y la famosa Oscuridad Creciente continúa siendo una mera excusa para que los fenómenos paranormales sigan aflorando en nuestro plano. Sin embargo, no todo es negativo. En este episodio se profundiza en el pasado de Chas, el origen de su capacidad "resucitatoria" y su relación con Constantine. Además, se presenta otro ilustre antagonista del mundo mágico del Universo DC, el viejo hechicero Felix Faust. Como curiosidad, tras la cámara se encuentra Mary Harron, la poco prolífica directora de "American Psycho". Otra curiosidad: Faust está interpretado por Mark Margolis, más conocido como el Hector "Tío" Salamanca de Breaking Bad.
Sobre Chas, descubrimos que tiene una relación bastante tirante con su ex-mujer, aunque intenta como puede aprovechar los fines de semana de custodia de su querida hija. ¿Y quién es el culpable de la ruptura de la relación entre el matrimonio? Efectivamente, parte de la culpa recae en nuestro amigo Constantine, aunque en este caso de forma tangencial. Una noche de borrachera compartida entre John y Chas acabó con el primero viento en popa a toda vela a compartir catre con uno de sus ligues mientras Chas se quedaba apurando la penúltima. Pero como buen mago y buen amigo le lanza un hechizo protector para que no tenga problemas al volver a casa en estado de embriaguez. Lástima que el local terminado incendiado de manera fortuita con 47 personas dentro. Aquí es cuando hará efecto el hechizo de Constantine.
No sólo permite a Chas resucitar, sino que además le hace absorber las otras 46 almas que murieron junto a él. Resultado: no es inmortal pero supera a los gatos en cuanto a número de vidas que puede gastar. Sin embargo, desde ese momento se siente moralmente obligado a hacer algo de provecho con su vida para honrar a las 47 víctimas gracias a las que puede permanecer en el mundo de los vivos. De ahí su dedicación a ayudar a Constantine a luchar contra el mal que le llevará a dejar de lado a su familia, con el consiguiente hartazgo y pérdida. Además de bucear en su pasado, será también el protagonista del "caso del día" cuando
un Felix Faust que ha visto incrementado su poder por el efecto de la Oscuridad Creciente comience a robar almas como un loco, entre ellas la de la hija de Chas.
De esta forma, nuestro equipo paranormal deberá dejarse la piel para rescatar el alma de la pequeña de las sucias manos de Faust, para lo que tienen un margen muy estrecho antes de que el cuerpo de la niña muera y no haya posibilidad de recuperarla.
Aquí comenzará una serie de sucios pactos en pos de ganar tiempo y conseguir el objetivo. Ya que Constantine no puede enfrentarse a Faust directamente debido al aumento de poder de su antagonista no le quedará otro remedio que un intercambio de favores. El alma de la chica a cambio de devolver al infierno a un voraz demonio que está robando las almas que a su vez roba Faust. Una escena un poco absurda resuelta de forma irrisoriamente inesperada, supongo que conscientemente, aunque no deja de ser un tanto cutre. Todo para nada, ya que evidentemente Felix hará uso de la
"letra pequeña" del trato para no cumplir su parte.
El engaño y los trucos rastreros son moneda de cambio habitual en el mundillo sobrenatural, lo que no es tan usual es que Constantine salga perdiendo en su propio juego. Por suerte, la desesperación de Chas por salvar la vida de su hija le dará las agallas suficientes como para jugarle a Faust en su propio terreno, haciéndole babear con la posibilidad de ganar 30 almas (las vidas que le restan) de una tacada. Sin embargo, se guarda un importante as en la manga, arreglándoselas para inmolarse junto con el viejo mago. Como en la Cúpula del trueno, dos hombre entran (a las puertas de la muerte) y uno sale; aquél a quien aún le restan 30 vidas.
Buen final para un episodio entretenido pero que no pasará a la historia. Esperemos que la recta final de temporada nos ofrezca algo más que no sólo sea capaz de salvar a la serie de la cancelación, sino que además ilusione a los espectadores de cara a una segunda temporada.
Por Antonio Santos