Como viene siendo costumbre, la serie nos ofrece de nuevo un clímax final en forma de doble capítulo para echar el cierre por todo lo alto a la temporada. En esta ocasión, como marcan los cánones, el ritmo no para, las sorpresas y giros de guión marca de la casa vuelven a trufar la trama de pura diversión e imprevisibilidad y todo se resuelve de forma coherente y satisfactoria, sin deux ex machina ni imposturas de guión que valgan.
Como hemos comentado, la trama avanza como una bala y las continuas revelaciones nos mantienen sujetos al sofá como clavados con una chincheta, lo que no es óbice para los personajes no se desarrollen de forma ejemplar.
Sobre todo la "Mary Sue" de Zack Whedon, su ojito derecho Skye, que se está consolidando cada vez más como el eje central sobre el que van girando el resto de protagonistas. Además, la estructura de
season finale dividida en dos episodios cada vez está más establecida y, por tanto, los guionistas le sacan cada vez más jugo jugando con la simetría conceptual y formal.
Tanto es así que todo el capítulo (doble) es un "más difícil todavía" en el que las diferentes subtramas que había sueltas hasta el momento convergen y se alcanza la resolución final al conflicto del todopoderoso Hive además de seguir haciendo encaje de bolillos con el mcguffin del crucifijo que ha de marcar la muerte anunciada de uno de los protagonistas, cuya identidad va fluctuando hasta el final. No pasa de ser algo anecdótico ya que sabemos que no se van a cargar a ningún peso pesado, pero aún así le añade un convincente punto de interés. Lo mejor es que toda resolución, conflicto y, sobre todo, la presumible derrota del villano se alcanza mediante elementos que involucran a todo el equipo (cada uno tiene su parte de protagonismo) y se han presentado a lo largo de la temporada y se utilizan de forma brillante en algunos casos, como la
"máquina de recuperar recuerdos" que provoca la captura del gran villano al
gripar su mente haciendo aflorar los miles de recuerdos diferentes asimilados por el poder del inhumano primigenio.
Pero evidentemente no todo queda aquí, sino que la segunda parte del vibrante final nos presenta el rescate del villano (demostrando que también tiene sus planes a largo plazo y no hay que subestimar su inteligencia) y, por consiguiente, cómo el equipo debe afrontar tanto su propia supervivencia contra la venganza del Hive como la salvación de toda la humanidad deteniendo el cada vez más cercano genocidio en ciernes.
Una misión suicida que desemboca en un final vibrante impregnado de fatalismo en el que destacan dos momentos de una intensidad y profundidad conceptual dignas de alabar. Por un parte, contemplar a Daisy postrada de rodillas ante Hive presa del síndrome de abstinencia de los efectos de su control suplicando que vuelve a poseerla. Una escena impactante con múltiples lecturas que da una nueva vuelta de tuerca a la siempre mutante relación entre Ward/Hive y Skye/Daisy, además de ahondar en las causas y efectos del síndrome de Estocolmo y el poder desolador y alienante de las drogas. Por otra parte, tenemos un final sencillamente perfecto.
La última escena mostrando a Hive y Lincoln rendidos ante la inevitabilidad de su muerte compartiendo un último momento de comprensión y paz, de comunión silenciosa en un momento tan irrepetible, desprende un aliento poético y crepuscular tan inusual como brillante. Si a estos dos momentazos añadimos las múltiples referencias a la cultura pop y los geniales toques de humor como ese
"momento Leia" de Coulson nos queda un cocktail tan efervescente como disfrutable.
Un season finale para enmarcar.
Para rematar, un epílogo en forma de preludio a lo que nos espera la siguiente temporada.
Un salto en el tiempo de varios meses en el que comprobamos como las cosas han cambiado considerablemente para nuestros protagonistas. Daisy se ha convertido en una fugitiva, una justiciera que obra al margen de SHIELD y ha aprendido a utilizar sus poderes de formas realmente impactantes. Coulson ya no es director de SHIELD y opera como agente de campo junto a Mack persiguiendo a Daisy (sin mucho éxito). Holden Radcliffe parece haber limpiado su nombre y, junto a Fitz, parece haber llevado a cabo un proyecto de Inteligencia Artificial (en cuerpo y mente) llamada A.I.D.A. (Artificial Intelligence Data Analyser).
¿Dará lugar a una versión "marca blanca" de Ultrón o se optará por opciones más imprevisibles? Al aficionado marvelita le puede recordar a Yocasta, otra androide fruto de la pasión creacionista de Ultrón. Veremos qué nos depara la nueva temporada. De momento las intrigas (y la anunciada presencia del Motorista fantasma) dejan suficientes alicientes como para esperarla con ganas. Mientras siga conservado este nivel, que cuenten conmigo. Shut up and take my money!