El título del capítulo está muy bien escogido, ya que podemos contemplar varios retornos. Dos de ellos remataban el episodio anterior: el regreso de Oliver a Lian Yu, su amada-odiada isla (recordemos que tampoco es la primera vez) en el presente, a la vez que en el pasado el mismo Oliver vuelve a Starling City de forma encubierta a las siempre pérfidas órdenes de Amanda Waller. Vayamos desgranando cada uno de ellos.
En primer lugar nos encontramos a Oliver y Thea entrenando en la siempre peligrosa superficie de la isla remota. Para reforzar las capacidades de la chica (aunque no fuera capaz de librarse de
DJ Nanda Parbat en el capítulo anterior) se deja claro que los seis meses de entrenamiento con alguien de la
cabronía docente de Malcolm Merlyn dan mucho de sí. Como los dos hermanos comprobarán en sus propias carnes cuando su
maestro ocasional los sorprende con un aliciente inesperado.
Nada mejor para reforzar el entrenamiento que tener que vérselas con la fauna local... aunque esta fauna tenga nombre, apellidos y alias molón: Slade Wilson, alias Deathstroke. Efectivamente, el bueno de Malcolm ha liberado a Slade para ponerle las cosas más difíciles a sus pupilos y, sobre todo, volver a sacar a la luz la sed de sangre de Oliver como paso fundamental para que pueda enfrentarse a alguien de la talla de Ra's al Ghul sin verse coartado por reglas morales. Lo que viene siendo pelear con el objetivo de matar al adversario, no de vencerlo. De esta forma, nos encontramos con un agradecido retorno sorpresa, el del villano que tuvo en jaque tanto a los héroes como a los espectadores durante la magistral segunda temporada de la serie. La pena es que en este caso Slade no deja de ser una mera comparsa para que los protagonistas se
"entretengan" un rato y tener un par de escenas de acción tan solventes como viene siendo habitual (aunque tras la excelente pelea que sirvió como broche de oro a la segunda temporada lo visto en este capítulo nos sepa a poco).
Sin embargo, Deathstroke supura carisma por los cuatro costados y cada escena en la que aparece es más que bienvenida.
¿Pero cuál es el principal leit-motiv que nos quiere dejar el episodio?
Básicamente, que la estancia en la isla sirva de excusa para que Oliver acabe por confesarle a Thea su participación involuntaria en el asesinato de Sara, noticia que no sentará nada bien a la chica (como es normal). Saberse una marioneta en manos de su padre, la única persona en la que confiaba tras su
"destierro" voluntario de Starling City, hace que vuelva echando pestes de nuevo a la ciudad tras solventar el
"problemilla" con Slade.
Aunque también permite ver que la joven se deja tentar cada vez más por su lado oscuro. Veremos cómo evoluciona la cosa. Otra pareja padre-hija que pasa por una situación poco halagüeña es la formada por Quentin y Laurel. El policía se toma tan a pecho ser el último en enterarse de que su hija Sara está muerta que incluso reniega de Laurel. Por favor, hija mía, no caigas de nuevo en las lágrimas y la autocompasión que sólo nos faltaba eso de nuevo.
La parte de los flashbacks servirá también para tapar huecos en el pasado de Oliver y está muy bien planificada. De nuevo en la ciudad,
su próxima misión consistirá en torpedear la subasta que está montando China White entre lo peor de lo peor de la élite terrorista mundial para hacerse con el Omega, la mitad de la peligrosa arma biológica que aún está en su poder. Aunque dicha misión se verá en peligro al observar cómo su hermana se está perdiendo en un ciclo de alcohol y drogas.
Asistimos también a la falta de escrúpulos de la que poco a poco va haciendo gala cuando asesina sin muchas contemplaciones al "camello oficial" de Thea a ver si es verdad eso de que muerto el perro se acabó la rabia. Sin embargo, un vídeo de despedida de su padre en el que le confiesa que debe ser mejor persona que él le hará volver a la buena senda y ayudar a Maseo a acabar con la reunión de
malosos para alborozo de la Waller. Entonces un nuevo jugador entra en la partida: el general Matthew Shrieve, el mismísimo jefe de Amanda, interpretado por Marc Singer (qué buenos ratos televisivos nos has dado...) y que prometerá a Oliver liberarlo de sus obligaciones (forzosas) para con ARGUS con una sola condición. Un viaje a China, un interrogatorio y su destino volverá a estar en sus propias manos. ¿Qué será lo que se tuerza? ¿Cuáles serán los propósitos del general? ¿Cuándo volveremos a tener una línea argumental estable en la serie? La respuesta a estas preguntas (o no),
my friend, is blowing in the wind...
Por Antonio Santos