Nueva jornada festivalera que vuelve a dejarnos sensaciones agridulces, aunque por suerte la calidad de las proyecciones fue en aumento, empezando desde el abismo del infracine y culminando en una auténtica fiesta del fantástico, un regalo para los amantes del género consistente en la proyección en pantalla grande del clásico "Un hombre lobo americano en Londres" contando con la presencia de su artífice, John Landis, galardonado con el premio honorífico "Maestro del fantástico". A sus 66 años se nota que sigue estando sobrado de tablas, adueñándose rápidamente del escenario y de una platea volcada a sus pies. ¡Enhorabuena, maestro! Por lo demás, vamos a comentar brevemente las otras dos películas que pudimos degustar.
CAMINO
"En la jungla de Colombia, una fotógrafa de guerra capturará la verdad que se esconde tras un grupo de misioneros. El director de la sorprendente Raze vuelve a contar con Zoë Bell (la stunt favorita de Tarantino) como protagonista, enfrentándola a un enajenado Nacho Vigalondo. Una experiencia física e intensa."
No vamos a alargarnos reseñando esta castaña indigna de proyectarse en un festival como este. Subproducto de acción vacío de contenido, calidad y cine para mayor (des)gracia de la habitual doble de acción Zoë Bell. Un survival selvático en el que una fotógrafa se convierte de pronto en Jane Rambo y comienza a acabar con guerrilleros básicamente porque todos y cada uno de ellos sufren un ataque de gilipollismo agudo. Todo ello surtido por unos speeches larguísimos e infumables de Nacho Vigalondo, quien al menos se ha pegado un viaje de puta madre a Miami con todos los gastos pagados. No hay absolutamente nada que destacar, es tan mala que no merece la pena ni perder con ella hora y media en casa mientras se limpia el salón. Dirección de cortarse las venas con unos alicates, fotografía de primero de carrera, guión inexistente e interpretaciones de patio de colegio. Normal cuando sabes que tu única función es cubrir el expediente, poner el cazo y pensar en la piscinita del hotel cuando acabe la jornada. ¡Huid, insensatos!★★★★★ (O sea, cero patatero)
COLD MOON
"En la pequeña Babylon, Florida, una joven es asesinada por un misterioso asaltante y su cuerpo hundido en las aguas negras del río Estigia, el mismo donde sus padres desaparecieron de su barco en la década anterior. La sospecha recae sobre un banquero procedente de una acaudalada familia."
Curiosa propuesta que mezcla con garbo el thriller de tintes absurdos y los elementos de género obteniendo un resultado entretenido y con agradecidos momentos delirantes. No se trata de una película para todos los paladares, ya que su tono tiende de forma consciente hacia lo liviano y lo esperpéntico, con la presencia de un villano de opereta que personifica todos los males del capitalismo extremo y la búsqueda egoísta del dinero y el poder cueste lo que cueste, pisando los cuellos que sea necesario pisar. Al final no se trata de una investigación para resolver un crimen en un pequeño pueblo, ya que conocemos la identidad del asesino casi desde el principio.
Más bien el objetivo es mostrar las tribulaciones de este ser despreciable enfrentado a la bondad predominante en sus convecinos, tan inocentes como ingenuos, además de a los fantasmas de sus víctimas.
Este tono de fábula liviana y de caracteres pasados de rosca se une a la siempre sugerente localización en uno de esos pueblos perdidos en el Sur de Estados Unidos donde el tiempo parece que pasa cuatro veces más despacio y sigue anclado en el siglo pasado. Ahora los coches en vez de caballos tienen 16 cilindros y las mansiones cuentan con piscina y jacuzzi, pero por lo demás todo es exactamente igual. Se juega también con los típicos estereotipos de personajes llevándolos al límite de su esencia: la abuela sureña bonachona que cuida de sus cachorros, el joven trabajador pero que no logra levantar su granja, el banquero despiadado, el negro sobre el que recaen todas las culpas, el sheriff pachorrón... Un juego que resulta divertido cuando ves su trasfondo.
Incluso los espíritus no son entes crueles y despiadados, sino que van haciendo mella poco a poco, poniendo a prueba y erosionando cada vez más la cordura y los nervios del causante de sus muertes. En definitiva, una propuesta curiosa que se disfruta con placidez si entras en el tono del conjunto, aunque se olvide con la misma facilidad con la que se ve. ★★
★★★1/2
Por Antonio Santos
Cinéfago por puro placer y juntaletras ocasional. Defensor de las causas perdidas seriéfilas. Hincado de hinojos ante Hitchcock y Tarantino, entre otros muchos. Amante de la ciencia ficción, la aventura, Rick Remender, Jonathan Hickman, el helado de chocolate, Jessica Chastain y Eva Green (no necesariamente por ese orden).