Una cosa nos queda clara así de inicio. El hilo conductor de esta segunda parte de la temporada parece que va a ser de nuevo una confrontación HYDRA-SHIELD, pero a la que de nuevo se dota con una agradecida vuelta de tuerca. Ni SHIELD ni HYDRA son las mismas de antes por varios motivos. La primera pasa a ser una fuerza del orden en la sombra, peleando desde las cloacas del estado y siendo aún oficialmente unos parias. La segunda se ha reconvertido en un vehículo para perseguir los intereses de Malick y ese presuntamente todopoderoso y destructivo ser alienígena conocido como Hive. Consumido hasta las entrañas a fuerza de siglos de soledad y hambre (aparte de esos cobayas humanos enviados como sacrificios a un dios temible e iracundo) es cuestión de tiempo que vuelva a recuperar todo su poder. De tiempo y de fe. Esta puede ser la gran confrontación de temporada, el enfrentamiento final contra una criatura inmortal y su séquito. Un duelo de titanes marcado por el protagonismo de los Inhumanos divididos en dos bandos. Y no olvidemos que Lash sigue suelto y dispuesto a ejercer su función de comodín imprevisible.
Por otra parte, prosigue el otro objetivo de SHIELD aparte de perseguir a un Malick cuyas raíces entre los más poderosos le convierten en intocable de forma pública: el reclutamiento de nuevos inhumanos.
Si el episodio anterior nos dejaba un poco fríos en cuanto a acción se refiere, este pone todas las cartas sobre la mesa para dejar el pabellón de la diversión bien alto y dotar de fuerza y brío a una subtrama más episódica. Un equipo de acción de SHIELD formado por Bobbi, Hunter, Mack, Daisy y el cada vez más entonado Joey Gutierrez se dirige a Bogotá para investigar un robo de armas en el que parece haber participado un metahumano. Una trama en principio episódica pero que da pie para profundizar en otro de los elementos base de esta temporada:
la formación de los Guerreros Secretos, el equipo de SHIELD formado por metahumanos para encarar misiones de alto voltaje. Además de presentar a una nueva inhumana se utiliza este argumento para dar relevancia a la problemática de la lucha armada y la corrupción generalizada en ciertos países de latinoamérica, abocados a conflictos eternos y luchas de poder en las que los únicos perjudicados son los ciudadanos de a pie.
Muy bien hilado y una excelente presentación para Elena Rodríguez (alias Yo-yo), quien de presunta terrorista pasa a revelarse como paladín del pueblo en una guerra perdida de antemano. La forma de tratar un tema tan espinoso y la relación que Elena establece con Mack son de lo mejor del episodio. Dos personas que hablan idiomas distintos pero que aprenderán a entenderse y respetarse.
Además, el derroche de acción se agradece.
Por fin vemos a los Guerreros Secretos aportando todo su potencial y trabajando en equipo de una forma atractiva. Buenas escenas de acción y un ritmo espídico para consolidar la nueva sección del equipo y darle un
status quo singular. No habrá una formación fija ni permanente, sino que cada miembro puede elegir libremente seguir con su vida hasta que se le necesite.
El personaje de Yo-yo también resulta atractivo. Aunque parece inicialmente ser una especie de copia de Flash se le da una simpática vuelta de tuerca. Puede moverse a velocidades sobrehumanas, pero sólo durante el tiempo que dura un latido del corazón, regresando al punto de partida. Un poder muy curioso y bien llevado a la pantalla.
Por su parte, en la sede de SHIELD se sigue consolidando el nuevo estadio de la dupla Fitz-Simmons y la integración de Lincoln dentro del equipo científico de la agencia.
Su ayuda será fundamental para comenzar la búsqueda de Gideon Malick, intentando tirar de un ovillo muy delicado. Su única pista reside en el cerebro de una de las últimas personas que tuvo contacto con él: Werner von Strucker. Lástima que el chico esté bien muerto...
La solución será utilizar la tecnología de TAHITI para que pueda revivir sus últimos momentos, lo que da pie a una escena de lo más escalofriante. Queda cada vez más claro que por el camino se ha ido perdiendo la inocencia primigenia de la serie. Por suerte para nosotros. En definitiva, un retorno que confirma que Coulson y sus chicos han regresado para quedarse. Por cierto, maravilloso ese flashforward espacial que nos anticipa futuros momentos vibrantes.
Por Antonio Santos