THE CASTLE
Penúltimo capítulo donde se desarrolla por fin la famosa "Masacre de Sioux Falls". Todo apunta a un intercambio de plomo entre los Gerhardt y la banda de Milligan que provocará ríos de sangre, ¿verdad? Pero esto es Fargo en estado puro para lo bueno y para lo mejor, señoras y caballeros. Y lo inesperado hará, como siempre, acto de presencia. El compuesto decisivo que cataliza las reacciones de todos los elementos involucrados será Hanzee, tal vez el más sorprendente y por las razones más crípticas. El título del episodio hace referencia a la novela homónima de Franz Kafka, de la que recoge una de las ideas principales (el hombre enfrentado a un sistema que, de forma frustrante, no le permite formar parte de él) aplicada al personaje del hastiado Hanzee, los elementos surreales e irracionales que formarán parte sustancial de la trama y la ruptura con el punto de vista habitual de la serie. En este episodio la trama se nos va a contar mediante la voz en off de un narrador (cameo vocal de Martin Freeman, protagonista de la primera temporada) que nos relata los hechos como si de un cuento se tratase, incluyendo los vacíos que existen en cualquier "hecho real" y que sólo pueden rellenarse mediante la suposición y la conjetura. Absolutamente brillante.
La escalada de violencia se ha liado de tal forma que ya involucra a las fuerzas de la ley de tres estados. Sin embargo, la mala suerte hará que a quien le toca llevar la manija es al jefe de la policía del Dakota del Sur, donde reside la cabaña en la que han sido localizados los Blumquist.
El muy bastardo deja bien claro que quien manda allí es él y se hará lo que estime más adecuado, aunque sea meter a todo su personal en la boca del lobo, incluyendo a Ed Blumquist como conejillo de indias. Dado que el intercambio con Milligan está en marcha, irán todos al motel de Siox Falls donde estaba previsto y enviarán a Ed con un micrófono oculto con el fin de reunir pruebas que metan al sicario entre rejas. Lou se opone a dejar a su vecino expuesto a una muerte casi segura, lo que le costará la expulsión. Al menos su suegro se quedará para intentar calmar un poco las aguas.
Mientras tanto, Hanzee entra en acción. A lo largo del episodio se van lanzando teorías y supuestos sobre su comportamiento, pero el hecho es que tras matar a Dodd decide terminar el
"trabajo" y acabar con toda la familia Gerhardt. Para ello les prepara una encerrona. La famosa llamada del episodio 7 en la que comunica a la familia que Dodd está vivo y lo tienen retenido en Sioux Falls.
Resultado: El núcleo duro de la familia con Floyd a la cabeza acude armado hasta los dientes para rescatar al hermano mayor sin saber que realmente les espera un destacamento de policía y no encontrarán ni rastro de Dodd. Al mismo tiempo, Milligan se dirige también al lugar con su fiel Kitchen en busca del comodín que le permitirá reconciliarse con sus jefes de Kansas.
Se masca la tragedia a nivel épico.
Por fortuna, y gracias a su profesionalidad (que le hace perderse el desmayo y ¿posible fallecimiento? de su esposa en una de las escenas mejor montadas y más tristes del episodio) Lou acude a un aviso que le devuelve a Sioux Falls para investigar la muerte de Constance. Parece que el indio finalmente acabó estrangulándola. Al salir se encuentra con la comitiva mortal de los Gerhardt, aunque no puede avisar a la policía que aguarda en el motel por la necedad de su jefe.
De esta forma, tiene lugar un impresionante tiroteo donde la muerte, la sangre y el plomo van mermando ambos bandos hasta que pronto pocos quedan en pie. Floyd muere a manos de Hanzee en un sangriento abrazo final, Bear carga como un auténtico oso herido contra Lou y Hanzee pasa como si fuera uno de los jinetes del apocalipsis sembrando la muerte a su paso sin distinguir bandos. Sin duda, la referencia que une esta temporada con la primera, ese "
vi algo que nunca antes había visto. Lo llamaría animal, pero los animales matan para comer" que el avejentado Lou Solverson relata a Lorne Malvo. Hanzee completamente desatado acabando con todo lo que se interpone a su paso en pos de su objetivo, los Blumquist,
tal vez porque son los únicos que han visto su verdadero rostro, la vulnerabilidad bajo la piel de la bestia asesina sin sentimientos.
Hasta que de pronto todo se para porque entra en escena... ¡un OVNI! No podemos negar que todas las pistas que se habían ido dejando por el camino nos llevaban a este desenlace, muy afín también al carácter de
"historia real" setentera basada en el boca a boca en la que la obsesión por los avistamientos hacían que los visitantes de otros mundos estuvieran presentes hasta en la sopa. Y mediante el cual se cierra el círculo que comenzó a trazarse en el primer episodio.
Un platillo volante fue el causante indirecto de que la guerra se pusiera en marcha, y el mismo ha de jugar un papel fundamental en su final. Básicamente, proporcionando unos segundos de confusión que permiten a Lou volarle la tapa de los sesos a Bear mientras los Blumquist huyen de Hanzee. Brillante la frase de Peggy, tan afín a su estilo peculiar y su forma de ser:
"¡Vamos, es sólo un OVNI!".
Un elemento que sin duda provocará disparidad de opiniones pero que no deja de ser coherente con el carácter rupturista de la serie y su intención de reírse de las supuestas "historias basadas en hechos reales". Quien sale ganando es Mike Milligan, quien consigue su venganza y sus objetivos sin mover un sólo dedo. Vaya crack... Nos queda el epílogo en el que conoceremos el destino final de Hanzee, los Blumquist y Betsy Solverson. Un final que se presume agridulce y que no me cabe duda de que nos va a sorprender de nuevo.
Por Antonio Santos
Cinéfago por puro placer y juntaletras ocasional. Defensor de las causas perdidas seriéfilas. Hincado de hinojos ante Hitchcock y Tarantino, entre otros muchos. Amante de la ciencia ficción, la aventura, Rick Remender, Jonathan Hickman, el helado de chocolate, Jessica Chastain y Eva Green (no necesariamente por ese orden).