MANY HEADS, ONE TAIL
Nuevo episodio en el que esta serie se sigue consolidando como una de las apuestas más decididas por el entretenimiento de calidad de toda la parrilla televisiva. ¿A qué me refiero? A algo tan sencillo y a su vez tan complejo de plantear y ejecutar como sacar partido a los pocos medios de que se dispone centrando el grueso de la propuesta en unos guiones siempre sorprendentes y que van un paso por delante del espectador. Esto es, estamos hablando de una serie de espías en la expresión más amplia de la palabra. El Universo Marvel no deja de ser un mcguffin donde ambientar un curso de acción que se desarrolla en las cloacas de la sociedad, es decir, aquellos lugares donde en verdad se están manejando los hilos de la seguridad (inter)nacional sin que los ciudadanos de a pie se enteren. Todo ello imbuido por la pátina de humor desprejuiciado (en este caso más cínico) marca de la casa Marvel y que apuesta siempre por tramas donde las revelaciones, sorpresas, puñaladas traperas, dobles juegos y traiciones inesperadas son la tónica. Como a una buena trama de espionaje corresponde (en su sentido más lúdico, que esto no es Graham Greene ni lo pretende). En esta temporada, estos elementos han alcanzado su sublimación y perfecto equilibrio sin perder de vista los riesgos narrativos (ese fabuloso quinto episodio) ni la creación de la atmósfera general que explotará en sus hermanas mayores cinematográficas.
Este prólogo está aquí por algo, no es sólo palabrería baladí. Y es que las diferentes tramas aparentemente aisladas que hemos tenido en lo que va de temporada (los inhumanos, la ATCU, el planeta misterioso y su aún más misterioso y siniestro habitante, el monolito, la logia que pretendía desentrañar sus misterios,...) encuentran de forma ejemplar su máximo común denominador. Diversas cabezas, una sola historia. El particular cuentacuentos de esta función no es otro que Gideon Malick, que por fin deja su lugar en las sombras y comienza a mostrar sus cartas. La primera de ellas, intentar cargarse a Ward tras intentar convencerle en vano de que sus caminos se dirigen al mismo sitio y sólo necesita un poco de paciencia. Una encerrona en la que el nuevo autoproclamado líder de HYDRA demuestra que es un hueso duro de roer, dándole la vuelta a la situación y cogiendo el todo por los cuernos. Su próximo objetivo: ir a por Malick y a por el misterioso contenido secreto del panteón de los Von Strucker que obra en su poder, para lo cual no escatimará en sangre y métodos más que cuestionables (la escena del avión es impagable, no se puede ser más chulo), demostrando ser ladino y calculador además de mortífero.
En paralelo tiene lugar un juego de poder entre Coulson y Rosalind Price. La visita de ésta a las instalaciones de SHIELD no será sino una excusa para que Coulson envíe un equipo encubierto a investigar a fondo las instalaciones de la ATCU. Los guionistas aprovechan para darnos un ¡zas! en toda la boca dándole la vuelta a lo que hasta ahora creíamos. Coulson se muestra muy lejano a esa víctima embaucada por los encantos de la taimada Rosalind y los papeles se voltean completamente.
La líder la ATCU pasa a convertirse en la engañada. Coulson le ha tendido una trampa para llevarla a su terreno y hacerle confesar las verdaderas intenciones de su agencia. Aquí se muestra al jefe de SHIELD como un bastardo frío y calculador que ha utilizado a Price para llegar a las tripas de su agencia; que la ha prejuzgado desde un inicio. ¿Ha habido verdadero sentimiento en esa incipiente relación o de verdad se ha convertido en esa máquina de corazón frío incapaz de sentir tras los sucesos de TAHITI?
Mientras Coulson acorrala a Rosalind su equipo penetra en la sede de la ATCU por la puerta grande... y con homenaje a Mr. Robot incorporado. Hunter y Bobbi se hacen pasar respectivamente por un reputado hacker ético y su valedora en el FBI que han detectado una brecha de seguridad. Su objetivo real es abrir un canal para que Daisy intente recabar cuanta más información mejor de los sistemas de la agencia mientras Bobbi accede a la zona donde almacenan a los inhumanos en estado de estasis. Por su parte, May y Lincoln se encargarán de la extracción y acabarán compartiendo un inesperado y bonito momento de sinceridad y acercamiento mutuo. Una misión tan dinámica como divertida que nos deja revelaciones a porrillo.
El almacén se encuentra vacío, y en su lugar se encuentran multitud de pruebas que demuestran que lo que la ATCU está realmente haciendo es recabar todo el aceite de pescado afectado por los Cristales Terrígenas para producir a su propio ejército de inhumanos, encabezados por el fichaje estrella de Mark Dacascos, tan ducho en la lucha cuerpo a cuerpo como en el uso de su adquirida telequinesia. Gran pelea entre Bobbi y el nuevo villano y carrusel de sorpresas enlazadas: Rosalind no sabe nada de esto, sino que lleva años engañada por su jefe en el gobierno, que no es otro que Gideon Malick. Por su parte, Fitz y Simmons, tras compartir un momento de intimidad tan bonito como triste consiguen hilar la relación entre los símbolos vinculados al monolito.
Desde el encontrado en el castillo hasta el presente en el uniforme de Will, finalizando en el símbolo de HYDRA, no se trata sino de la evolución de un mismo icono. Una misma logia que ha ido perpetuándose en el tiempo.
Pero no se vayan todavía, aún hay más. El encuentro final entre Malick y Ward nos deja más información para hacernos la boca agua. El
tesoro de la bóveda de Von Strucker no es otro que un fragmento del monolito. Todo encaja con los descubrimientos de Fitz, aunque ahora pasamos a conocer también las motivaciones.
Hace miles de años un inhumano inmensamente poderoso e inmortal fue desterrado de la tierra mediante el portal a un planeta llamado Maveth (ya conocemos su nombre). La versión primigenia de HYDRA se constituyó para aprender a reproducir los efectos del portal y hacer volver a tan poderoso inmortal para dominar juntos toda la realidad conocida. Desde entonces, no han cejado en su empeño sin tener éxito. Sin embargo, ahora alguien sí lo ha conseguido. SHIELD ha sido capaz de manejar el portal el tiempo suficiente como para traer a alguien de vuelta.
De esta forma, Malick necesita con vida a Coulson... el tiempo necesario para obtener sus secretos. Después se lo ofrecerá a Ward en bandeja de plata. Para rematar, el contenedor que retiene a Andrew viaja directamente a manos de Malick, que no dudará en sacar a la bestia que tiene dentro para su propio beneficio.
En definitiva, uno de los mejores capítulos de la temporada que es capaz de unir todas las subtramas abiertas de una forma no sólo consistente, sino de lo más atractiva. Muchos secretos por descubrir aún y un villano (Malick) que se alza por derecho propio como el gran e inesperado bastardo manipulador de la temporada. Nos esperan emociones fuertes.
Por Antonio Santos
Cinéfago por puro placer y juntaletras ocasional. Defensor de las causas perdidas seriéfilas. Hincado de hinojos ante Hitchcock y Tarantino, entre otros muchos. Amante de la ciencia ficción, la aventura, Rick Remender, Jonathan Hickman, el helado de chocolate, Jessica Chastain y Eva Green (no necesariamente por ese orden).