THE SOUND AND THE FURY
El sonido y la furia. Buen título que nos pone en antecedentes de lo que nos espera en este capítulo: la entrada en escena del Flautista (Pied Piper), un nuevo villano clásico de Flash que además lo hace por la puerta grande. En este caso no nos encontramos ante un meta-humano como tal, ya que no ha adquirido poderes a través del acelerador de partículas sino todo lo contrario. Los efectos han sido un permanente pitido en los oídos capaz de enloquecer al más pintado. Suerte para él que sea un genio de la tecnología (entre otras cosas), lo que le ha permitido construir una prótesis para apaciguar el sonido maldito y, además, construir un arma con la que origina potentes vibraciones aprovechando las frecuencias del sonido. En este caso no es una flauta, sino unos guantes reguladores. Una muy buena actualización y un personaje excelente que supone un giro en el rumbo de la serie, ya que nos permitirá profundizar no sobre Barry, sino en el pasado y motivaciones de Harrison Wells. Aunque no por ello nuestra curiosidad se va a ver colmada, ya que este es un personaje del que cada respuesta da pie al doble de preguntas. Así se hace.
En este capítulo comienzan a desvelarse verdades sobre el accidente del acelerador de partículas. Un "accidente" que arroja cada vez más sombras hace más necesarias las comillas alrededor de su nombre. El Flautista se revelará como Hartley Rathaway, el repudiado heredero del matrimonio de millonarios que conocimos en el capítulo anterior. Aunque no se nos explicitan las razones de esta ruptura paterno-filial, sí las podemos intuir. Básicamente, el chico es tan inteligente como prepotente y narcisista, lo que le lleva a torpedear toda relación humana a su alrededor. Ojito derecho de Wells en la Star Labs previa al accidente, ambos sostienen una relación maestro-alumno marcada por el deseo continuo de protagonismo y reconocimiento por parte de Hartley. La relación entre ambos se muestra de forma genial en dos trazos: las partidas de ajedrez en las que el joven intenta infructuosamente vencer a su maestro y la sed de venganza al verse expulsado del laboratorio. La razón: ha descubierto una inestabilidad en el acelerador que Wells se niega a considerar al no estar dispuesto a renunciar a su gran invento. ¿Puede ser otro indicio de que el accidente posterior estaba buscado por parte del científico?
En definitiva, Hartley pone en marcha un plan rigurosamente trazado en el que Flash no será sino un peón más en la partida de ajedrez que juega para derrotar de una vez a su "maestro". En este caso, al saber que es el nuevo "favorito" de su antiguo jefe hará lo posible y lo imposible para acabar con su vida. Lo que supondrá ejercer de caballo de Troya y dejarse capturar para lograr su verdadero objetivo, que no es otro que hacerse con la frecuencia de vibración de Flash. Sacrificar un peón para capturar una pieza más valiosa. No sólo eso, sino que también obligará a Wells a confesar que pudo haber parado el experimento, lo que le granjeará la desconfianza de sus pupilos. Su verdadero plan sale a la luz, y se muestra su personalidad trastornada cuando es capaz de sacrificar docenas de vidas para cobrarse su particular venganza. De esta forma, sus guantes serán una nueva trampa para, a partir de la información obtenida, interferir la frecuencia de Flash hasta acabar con su vida. Aunque finalmente, en un acto de redención, será Wells el que logre librarse del jaque y, usando la técnica de su adversario, destruir la trampa liberando a Flash, lo que acabará con el Flautista como nuevo integrante de la prisión de supervillanos de Star Labs.
En definitiva, un episodio con mucha más chicha de la que parecía a simple vista. Sobre todo en lo concerniente a Wells, ya que cada vez se abren más incógnitas acerca de su identidad. Porque aquí contemplamos con la boca abierta cómo consigue librarse del primer ataque mortal del Flautista gracias a una velocidad deudora de los poderes de Flash, y cómo esa velocidad parece ser sólo un parche, ya que se "gasta" con el uso. Además, el final es tremendo. Por una parte, parece que Wells usa el arnés de taquiones para intentar replicar en sí mismo los poderes de Flash, de forma poco satisfactoria. ¿Quíén demonios es? ¿Cuáles son sus objetivos reales? Por otra parte, Hartley vuelve a tener un as escondido bajo la manga para librarse de su cautiverio: sabe dónde está Robbie y cómo se transformó en Firestorm. La cosa promete.
Cinéfago por puro placer y juntaletras ocasional. Defensor de las causas perdidas seriéfilas. Hincado de hinojos ante Hitchcock y Tarantino, entre otros muchos. Amante de la ciencia ficción, la aventura, Rick Remender, Jonathan Hickman, el helado de chocolate, Jessica Chastain y Eva Green (no necesariamente por ese orden).