Continúan las andanzas del velocista escarlata, y en este caso toca darle un poco más de fondo a uno de los metahumanos que lleva unos capítulos rondando por ahí con un comportamiento un tanto errático. Los espectadores familiarizados con el Universo DC pronto relacionarán ese
"Hombre nuclear" del que habla el título con el héroe
Firestorm.
Así que es el momento de explorar a este ente extraordinario que, como nos reveló el capítulo anterior, alberga en un mismo cuerpo las consciencias de Ronnie Raymond y el Dr. Martin Stein. Es momento de obtener respuestas sobre Firestorm. No esperemos que sea un capítulo lleno de acción, que la hay. En esta ocasión toca una trama más centrada en los personajes, más intimista y reflexiva, cosa que también esta serie suele hacer bastante bien, y además sacando partido al humor y luminosidad que lleva en su ADN (o en sus fotogramas), en esta ocasión con los divertidos percances amorosos de Barry. Le falta rodaje a este muchacho en asuntos del corazón... y más abajo.
El equipo de Star Labs está dispuesto a hacer lo necesario para recuperar a Ronnie y separar las dos entidades que habitan en su cuerpo. La noticia de un nuevo ataque de Firestorm los lleva a acelerar en lo posible la búsqueda de soluciones. Una teoría prevalece sobre las demás: por pura selección natural, el cuerpo que comparten ha elegido como consciencia primaria la Stein, quedando Robbie relegado a un segundo plano. Evidentemente, la misma selección natural ha hecho que el cuerpo que prevalezca sea el que tiene unas abdominales de cemento armado. Esto se hará patente en la visita a la esposa del científico para encontrar respuestas. Un desconocido entró en su casa unos días después del accidente diciendo ser su marido. Blanco y en botella. La misión será localizar y hacer entrar en razón al desorientado doctor para poder ayudarle. De esta forma, el concepto de este capítulo será el de "hogar", no como casa, sino como lugar en el que uno se encuentra a salvo. Normalmente como metáfora de los seres queridos. En esta ocasión, el hogar lo conforman la señora Stein y Caitlin para sus respectivas parejas, pero también Barry encuentra las motivaciones suficientes para mandar al cuerno a la sosa de Iris (con su habitual diplomacia, eso sí) y apostar por la aventura que supone en su vida la aparición de Linda Park, amante del picante en toda la extensión de la palabra.
De esta forma, Caitlin y Wells establecerán un puesto de vigilancia en las proximidades de la casa de Stein, ya que es un lugar al que seguro que antes o después regresa Firestorm. Misión que tiene éxito, aunque tenga el efecto secundario de torpedear una cita de Barry cuando la cosa estaba más interesante. En e
se momento se produce una espectacular confrontación entre Flash y Firestorm que se salda con el primero revolcado por los suelos tras una brillante batalla aérea. Sólo Caitlin logrará apaciguar a Firestorm y convencerlo de que vaya con ellos al laboratorio. Aunque las noticias no son buenas. No sólo parece no haber forma de separar a los integrantes de Firestorm, sino que sus células se desestabilizan cada vez más, hasta el punto de poder convertirse en una bomba nuclear viviente. Stein no dudará en escaparse a una zona desértica para morir sin causar daño a nadie. Sin embargo, Caitlin apela a los remordimientos de Wells para buscar una solución de última hora, para lo que tendrá que sacrificar su arnés de taquiones y convertirlo en un arnés de contención.
Aunque finalmente no tiene el efecto deseado y Ronnie/Stein explota de forma espectacular como una bomba atómica. Los lectores sabemos que volveremos a verlo como Firestorm, el hombre nuclear, pero esta subtrama puede dar bastante juego en el futuro, sobre todo porque el ejército personificado en el rocoso general Eiling va a entrar en el terreno de juego.
Mientras tanto, Cisco ofrece ayuda técnica al detective West para descubrir nuevas pistas del asesinato de la madre de Barry. Investigación que les llevará de nuevo a la antigua casa de los Allen donde tendrán que sortear a una propietaria con ganas de marcha para hacer un descubrimiento sorprendente: unas manchas de sangre que pueden llevarles al ADN de quien cometió el crimen. Solo que no hay una muestra sino dos, un rastro de los dos velocistas. En este punto, West revela a Cisco que su principal sospechoso es Wells, cosa que al joven no le sienta nada bien. Pero su curiosidad científica le lleva a comparar los rastros de ADN con un resultado sorprendente.
Una de las muestras no consigue identificarla, pero la otra pertenece al mismísimo Barry Allen. Todo indica que éste estuvo involucrado en el asesinato la noche fatídica. ¿Pero de dónde/cuándo llegó y cuál fue su rol en la confrontación? Como se atrevan a convertirlo en el asesino me caigo de culo y empiezo a recoger firmas para montarle un altar a los responsables de la serie. Las espadas están en todo lo alto y las revelaciones prometen ser de órdago en este último tramo de temporada.
Por Antonio Santos