El episodio que se estrenó en Estados Unidos tras el tercero fue éste, el llamado
Coquilles, ya que el cuarto lo censuraron y como resultado se obtuvo una historia que perdía la linea obtenida entre esa relación del doctor Lecter y la pequeña Abigail.
El siguiente caso nos abre dos vertientes. Por un lado la relación de Jack Crawford con su esposa, quien conoce por primera vez al doctor Lecter y que se convierte en asidua a sus terapias donde descubrimos lo que le pasa realmente. A raíz de esto nos encontramos con un curioso caso, digno de una buena película de asesinos en serie donde el principal artífice de los asesinatos, le arranca a las víctimas la piel para convertirlos en ángeles (o demonios según se mire) formando con la piel cortada, alas. El caso se vuelve aun mas macabro y retorcido cuando el asesino se incluye dentro de esas torturas y trata de convertirse en uno de ellos, aunque eso incluya arrancarse los genitales.
La razón principal de ésta masacre se debe al trastorno producido por el agresor, quien sufre un cáncer En una conversación con la esposa, Jack Crawford se da cuenta de que su esposa comparte ciertos efectos secundarios con respecto al cáncer del asesino.
Mi impresión es que éste episodio, a pesar de tratar un caso curioso, nos vuelve a alejar de lo importante, Hannibal Lecter, pasando aquí a ser un mero espectador secundario. Vuelve a flojear en gran medida y por ello trata de buscar el interés con lo menos interesante para la historia, nuevos casos de investigación al estilo
CSI.
Por Dante Martín
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.