Dirige nuevamente Charles McDougall éste episodio que nos lleva a la inauguración de una biblioteca en honor a Francis Underwood, la cual llevará su nombre. Una biblioteca que está en un campus militar donde el congresista pasó su juventud y es ahí donde aparecen en escena, en mitad de la presentación, sus tres mejores amigos de aquella época con los que compartió muchas vivencias. En mitad de la locura y el alcohol deciden explorar el edificio donde estudiaron, el cual está cerrado y bloqueado pero que no resulta de impedimento para tres borrachos que no paran de cantar y recordar. Pasados de copas, Francis se sincera ante nosotros al hablar con uno de sus amigos, mostrando que tenía con él algo más que una relación de amistad con él. Dato que nos dejará un poco extrañados pero que a ciencia cierta no aclara con exactitud, volviendo así a Underwood en un halo de misterio como viene siendo habitual.
Otra escena a destacar es la de su discurso, el cual decide improvisar, recordando viejos momentos y regalando nuevamente una gran escena para el espectador que disfruta con la serie. Nos vuelve a mostrar que el frío congresista tiene humanidad.
Por otra parte, Peter Russo trata de hacer campaña con los astilleros a los que por su culpa se quedaron sin trabaja en una primera estancia. Su primera reunión oficial con ellos acaba en ruina y se queda completamente solo. Es el apoyo de Christina y la segunda visita a Paul, un personaje que tiene una relación que desconocemos pero parece estrecha, lo que consigue volver a reunir al pueblo, ésta vez en un bar, para aclarar que si él no se ocupa de ellos, finalmente no lo hará nadie. Una realidad que hará coger fuerza a Peter en la campaña y entrar con buen pie a pesar de que pulule por allí el "contrincante" de Underwood, quien le propone una indecencia a Claire simulándola con una copa en su suite.
Russo visita a su madre en dos ocasiones, la cual no se muestra por la labor de enderezar su relación con él, a pesar de que Russo lo intenta incluso presentándole a Christina. Finalmente, nos encontramos con una escena enérgica en la que el electo para gobernador muestra la personalidad que debe tener un hombre en semejante puesto. Brillante
Por Dante Martín
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.