El director indio
Tarsem Singh que acababa de dirigir la excéntrica
La Celda, se adentra en un viaje que durará nada menos que cuatro años. Hablamos de
The Fall: El sueño de Alexandria. Un film que se hizo con el premio en 2007 al mejor film en Sitges. Una película que a pesar de su belleza nos habla de un homenaje especial al séptimo arte. Año 2006.
¿De que va?
Alexandria es una niña que tiene el brazo roto y que está en un hospital en los años veinte. Allí entabla amistad con un doble de cine que ha sufrido un accidente y que le cuenta un cuento mágico a la niña con tal de que ésta le traiga morfina para así terminar con su dolor.
Actores.
Lee Pace es el actor que le narra el cuento a la pequeña Alexandria. Es a su vez el protagonista enmascarado de la mágica historia, y es quien tiene la carga mayor para hacer mención al espectador de la principal base del film.
Catinca Untaru es la pequeña Alexandria. Ésta niña, rumana en la vida real y que en ocasiones se nota que tiene problemas con el idioma, es la elegida por el director para hacernos enternecer sobremanera. Fuera de éste film, la pequeña no ha hecho ninguna película más.
Impresiones.
The Fall es una cinta que tiene muchos detalles, pero lo mas curioso resulta ver el tiempo empleado por el director y la ardua colaboración de los actores para concluir el film durante cuatro años de rodaje. Así pues podemos comprobar como en las escena en las que la pequeña
Untaru sale dentro del imaginario cuento, está mas grande e incluso tiene dientes, cosa que en los momentos del hospital no.
Curioso y a la vez impresionante resulta ese cuento que tras recorrer medio mundo apenas hace uso de efectos especiales. Éste detalle sí resulta interesante sobretodo al ver la amplia gama de colores tan cuidada y esas mezclas surrealistas que invaden el cuento por momentos. Es sin duda para encomiar por ello al director.
En sus otros film, éste hecho es muy notable. En
Immortals hace uso en demasía del ocre, pero con
Mirror Mirror hay de nuevo un despliegue de colores y de trajes pomposos que vuelven a denotar la calidad del director y la importancia por crear un sello especial que lo identifique facilmente, y lo ha conseguido.
Sin embargo, no todo es color de rosa en la película, al menos para mí.
Me habían recomendado la cinta encarecidamente, y efectivamente, me gustó mucho. Pero el mensaje principal de la misma lo tenemos en el inicio, cuando vemos en los títulos de crédito unas escenas en blanco y negro en la que se nos muestra un un rodaje, adornado con música clásica. En la finalización, nos acompañarán escenas cumbres de películas de
Chaplin y
Buster Keaton, y todo para crear lo que se llama con letras grandes, un Homenaje al séptimo arte. No obstante, homenajes al cine hay a patadas ¿o no?.
Por supuesto no digo que esté mal, pero a fin de cuentas, el mensaje del film no me llega, y seguro que muchos me verán por esto un insensible, (cuando soy el mas llorón del mundo en cintas que lo merecen) pero sin parecerme sobrevalorada, es cierto que no me parece una obra maestra como muchos la tienden a tratar.
Pero sí, es una muy buena cinta y puede que de las mejores, si no la mejor del director. Es muy recomendable, aunque a mi no me haya llenado como para darle mas nota. Merece la pena como mínimo por su calidad visual, la cual es majestuosa.
PD con SPOILER: Citaré como fallo o chorrada, el momento en el que el protagonista se toma la morfina, que acaba siendo pastillas de azúcar, y de como a pesar de todo, cae como muerto ya que la niña le hace de todo mientras éste duerme y no se inmuta. Me parece una tontería y a la vez un error, para engañar al público inútilmente.
Y como dato que le quita parte de originalidad a la historia pero no a la visual, diremos que el film es en realidad un remake de la cinta búlgara
Yo Ho Ho de
Zako Heskija.
Música.
Krishna Levy hace una composición enorme repleta de mezcla y con influencia hacia su tierra. Es muy recomendable sobretodo por lo variada que resulta y hermosa en ocasiones.
Lo Mejor: Su visual
Lo Peor: Su manído homenaje
Calificación:
7/10
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.