"EL DEMONIO VENDRÁ BAJO LA FORMA DE UNA CABRA"
¿De qué va?
En Nueva Inglaterra, una familia vive en una granja cerca de un bosque tras ser expulsados del pueblo. Los cultivos no crecen y un bebé desaparece de las manos de la hija mayor. Como devotos cristianos, no saben que un mal se ha apoderado de ellos...
Reparto
Anya Taylor-Joy es Thomasin
Ralph Ineson es William
Kate Dickie es Katherine
Harvey Scrimshaw es Caleb
Dirección
Robert Eggers
Impresiones
El debut de Robert Eggers, afincado en el terror tras realizar algunos cortos basados en relatos de Edgar Allan Poe, supone un soplo de aire fresco dentro de un género que de vez en cuando nos sorprende con alguna pieza que sobresale, como es el caso de The Witch (La bruja). No obstante, ésto del terror siempre hay que cogerlo con pinzas ya que como en la mayoría de los casos, es un género bastante amplio que abarca diversas líneas. Es por ello que quienes busquen un terror convencional, se darán de narices. No hay más que recordar el caso de El Bosque (The Village), de M. Night Shyamalan, una cinta que decepcionó a muchos al esperar ese terror del que hablaba anteriormente. Si bien, la cinta del director de El Sexto Sentido ahondaba mucho más en otras vertientes, su fondo sí que podía producir miedo, sobre todo si nos metíamos de lleno en la piel de la joven ciega.
En el caso de La Bruja, encontraremos una cinta donde el terror está presente y se acentúa por varios factores: La ambientación, la música, el magnífico trabajo de actores y un clímax brillante. Si hablamos del primer punto, no sería posible lograr esa ambientación de no ser por la magnífica fotografía de Jarin Blaschke, afincado mayormente en productos de corte independiente y que gracias a su buena mano, gozamos de una estética que nos imbuye en aquella época, año 1630. La atmósfera del tenebroso bosque junto a la solitaria granja, son más que suficientes para hacernos dudar si pisar ese suelo o huir despavoridos. La música, realizada por Mark Korven (Cube), nos evoca a las composiciones de György Ligeti, tan presente en una de las grandes escenas de 2001: Una odisea en el espacio, donde los coros se convierten en una amalgama de voces que provocan ansiedad y malestar. No cabe duda que le sienta como un guante a ésta historia de brujas, acentuando la presencia de un ser que aparentemente no ven pero que podría parecer toda una legión de demonios a punto de entrar en escena.
Los actores están impecables, remarcando mayormente a los niños, quienes se llevan la historia a su terreno y nos harán agarrarnos a la butaca en más de una ocasión, haciéndonos ver que la mala leche no sale solo de un adulto con malas ideas. La legítima protagonista, Thomasin, es con quien nos identificaremos al ser una sufridora en silencio que parece pagar las penas de los demás, aunque hay mucho más en el fondo como veremos en el film. Sin embargo, el joven Caleb (Scrimshaw), nos regalará una escena donde se hará el silencio en la sala -o en tu casa- una vez que regrese del bosque. Y no puedo olvidarme de los dos gemelos, quienes tienen una labor inmensa de actuación y sobrecogerán por razones que me veo obligado a omitir para que disfrutéis de ella en su totalidad. Finalmente, el matrimonio, devoto cristiano, nos hará dudar en más de una ocasión sobre su pureza a la hora de aunar todo lo que hacen con su fe. Impecables ambos.
Obtendremos algunas imágenes de auténtico pavor que, sin duda, y gracias a la simetría de la cámara, parecerán cuadros enmarcados. No podemos olvidarnos de los animales, y sobre todo del "negro Phillip", una cabra desatada y calmada a partes iguales que nos hará tragar saliva. No cabe duda que hay buena mano y el director, Robert Eggers, ha dejado huella en nosotros con éste primer trabajo, por lo que lo tiene difícil para superarse aunque le seguiremos muy de cerca. No obstante, siempre habrá quien se aburra con ésta cinta o quien diga que ésto no es terror. Ese tipo de espectador, por regla general, busca un terror convencional, algo manido y es lógico que éste no sea su tipo de película. Estamos ante una cinta de brujas que eleva el género unos puntos más allá de lo que estamos acostumbrados, su clímax final nos desencajará aunque pueda resultar previsible, pero se solventa por el excelente conjunto de recursos que nos acabarán dejando un regusto amargo y mal cuerpo en nuestro interior, por lo que el resultado nos dejará marcado a fuego éste título como uno de los referentes en el futuro en lo que fácilmente es una de las mejores cintas sobre brujas. ★★★★★
Por Dante Martín
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.