"LOS DEMONIOS NO ACOSAN CASAS, SOLO A PERSONAS. SI SE VAN, LOS SEGUIRÁN"
¿De qué va?
Una familia se muda a una nueva casa. Allí encontrarán unos vídeos de los anteriores inquilinos. En ellos encontrarán imágenes extrañas de dos niñas, Kristi y Katie...
Reparto
Chris J. Murray es Ryan
Brit Shaw es Emily
Ivy George es Leila
Dan Gill es Mike
Dirección
Gregory Plotkin
Impresiones
En una época en la que los remakes, reboots, refritos revertidos de soplos de aire fresco y secuelas varias inundan el séptimo arte, ver una saga que se reinventa a sí misma y avanza con cada nueva entrega es todo un milagro a celebrar. No es que la franquicia iniciada por Oren Peli sea precisamente un paradigma de la originalidad, pero sí que al menos se ha preocupado de hacer evolucionar su propio universo hacia las sectas, los niños especiales y malditos y los aquelarres de brujas. Y todo ello sin dejar de ser más de lo mismo, sin abandonar su colección de tópicos y lugares comunes.
Tras la divertidísima quinta parte,
Los señalados, parecía que la saga seguía un rumbo de lo más sugerente, atreviéndose incluso a coquetear con los saltos temporales. Sin embargo, todo eso se hace añicos con
Dimensión fantasma, el último intento de sus productores de sacar cuartos al personal.
No hay coherencia argumental, ni un intento por cerrar las tramas abiertas por sus predecesoras, tan sólo la misma historia de siempre, en la que uno de sus pocos grandes aciertos consiste en fundir dos líneas temporales a través de una vieja grabación VHS.
Lo demás, a excepción de alguna escena de tensión bastante conseguida –ese Santa Claus en medio del pasillo- y un tramo final bastante divertido, no es más que una suma de sustos de manual, efectos digitales que buscan explotar un 3D utilizado como único reclamo posible con el que arrastrar al público a las salas, malos actores y personajes estúpidos que actúan en contra de lo que dictan las leyes de la lógica en esos casos, de los que entran en un cuarto en lugar de salir corriendo por la puerta principal. Y un recurso, el found footage, cuyo uso se torna injustificado en buena parte del metraje, con una cámara que pretende hacer las veces de los ojos de sus protagonistas, como si estos la necesitasen para avanzar por la escena.
Pero sobre todo,
molesta la sensación de que no es la última entrega de la saga, tal y como se había prometido en un principio. No sólo porque los números manden, sino porque la historia no muestra síntomas de cerrarse en ningún momento, a la vez que abre otros nuevos. Podrían vendernos cinco películas más, y seguiríamos con las mismas dudas y enigmas abiertos. El cambio de guionistas -¿de verdad eran necesarios cuatro cerebros para escribir esto?- no le ha sentado nada bien a una franquicia que en su capítulo “final” termina convirtiéndose en un remake nada disimulado de
Poltergeist, y que no satisfará ni siquiera a aquellos que disfrutan completando sagas. Mejor que dejen al fantasma, demonio o lo que sea esa cosa llamada Toby descansar en paz.
★★★★★1/2
Por Gerardo Medina
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.