Vaya pedazo de capítulo el que nos han ofrecido esta semana. Todo un derroche de emoción sin tregua, un carrusel de ritmo, diversión e intensidad que no deja ni un segundo de respiro y ofrece giros de guión y sorpresas por doquier, lo que hace que pase en un suspiro y se haga cortísimo. Todo hace prever que nos espera un tramo final antes del parón de mid-season al menos tan impactante y atractivo como la temporada pasada.
El episodio comienza con la fuerza de un huracán cuando una cena de reconciliación entre Rosalind y Coulson (¿cena de lujo con hamburguesas y vino? Estos americanos están locos...) se ve interrumpida de pronto por un disparo que causa la muerte instantánea de la mujer. ¿El artífice? Ward, que ha comenzado su vendetta personal contra su antiguo jefe privándole de su nuevo e incipiente amor. No sólo eso, sino que tras regodearse en su venganza lanza a todo un pelotón contra Coulson, quien deberá demostrar que es un hueso muy duro de roer en una brillante escena de acción.
Si el episodio anterior nos preguntábamos si Coulson habría perdido su humanidad queda más que patente que no es así. Este atentado es la gota que colma el vaso y un importante punto de inflexión en la hasta ahora flemática y profesional actitud del director de SHIELD.
La furia y una sed de sangre que no puede contener durante más tiempo se apodera de él, decidiendo en plena calentura ir a por Ward de una vez por todas y no cejar hasta que esté muerto y enterrado. Una misión en la que lo acompañan Hunter y Bobbi. Un cometido autoimpuesto en el que sabe que deberá cruzar líneas rojas que antes ni se hubiera planteado traspasar. Por eso abandona oficialmente el cargo de director, delegando sus funciones en Mack, el único que no tiene motivos personales para odiar a Ward y por tanto es capaz de mantener la cabeza fría.
Mientras tanto, el equipo científico sigue avanzando en paralelo. Una vez descubierta la implicación de Gideon Malick tanto en HYDRA como en su antecesor centenario dedicado a investigar el extraño monolito toca seguir una pista que les puede acercar hacia el rescate del perdido Will. Fitz se lo sigue tomando como algo personal aunque está claro que le destroza por dentro el hecho de que pueda suponer el adiós definitivo a Simmons, al menos como posible pareja. De esta forma, el dúo de científicos junto con un equipo de asalto liderado por Banks acuden a unas antiguas instalaciones de la NASA pertenecientes al proyecto "
Distant Star Pathfinder" para intentar localizar datos sobre la misión que llevó a Will hasta el planeta Maveth.
Sin embargo, la pista resultará ser una trampa de Malick. Un equipo de HYDRA encabezado por el peligroso y telequinético Mr. Giyera los está esperando. Resultado: todo el comando de SHIELD violentamente asesinado a excepción de Fitz y Simmons.
Malick ha conseguido su objetivo de hacerse con las dos personas que saben cómo salir de Maveth. Evidentemente, les espera una buena sesión de tortura, física en el caso de Simmons y psicológica en el de Fitz. Todo ello amenizado por la charla de Ward, una interacción de la que saltan chispas. El ex-agente se está mostrando como todo un Maquiavelo armado hasta los dientes, complemento perfecto para los planes de Malick. Va a ser un dúo muy duro de roer. Finalmente, Ward conseguirá quebrar al eslabón más débil.
Fitz no puede soportar el sufrimiento de su compañera y acaba cediendo, aceptando acompañar al equipo de extracción de HYDRA en su misión de encontrar y hacer volver a la oscura presencia que habita Maveth. Seguro que se guarda un as en la manga... ¿o no?
En paralelo, Coulson sigue desbocado en su misión de caza implacable. Gracias a una pieza imprevista y a mucha sangre fría consigue descubrir el paradero de Ward (el castillo inglés donde abrieron el portal) y se dirige hacia allí en una misión suicida:
enfrentarse solo si hace falta contra todo el destacamento de HYDRA. Nada es capaz de hacer menguar su sed de venganza. Mack se ve obligado, pues, a tomar una decisión difícil. ¿Cómo enviar ayuda estando en inferioridad numérica? Forzando la entrada en acción de su equipo inhumano.
Tras un speech motivador de los que enardecen a las masas, Daisy, Lincoln y Joey Gutierrez parten hacia el castillo. Los Guerreros secretos van a salir a la luz por fin. Allí Malick consigue convencer a Ward para que encabece la expedición a Maveth. Es un
comeorejas profesional este hombre. Al final, la posibilidad de gobernar el mundo es demasiado golosa, así que
el equipo de HYDRA atraviesa el portal junto con Fitz, aunque en el último segundo y de forma completamente irracional (y espectacular) Coulson conseguirá colarse también sin ser detectado tras una espídica caída libre.