"VALE. VOLEMOS EN ESA CHATARRA"
¿De qué va?
Luke Skywalker ha desaparecido. Poe Dameron está en una misión en busca de un fragmento de mapa que finalmente parará en el droide BB8, el cual se topa a su vez con Rey, una joven habitante del planeta Jakku. Su encuentro los llevará ante Finn, un soldado que deserta al ver las masacres de La Primera Orden, comandadas por una misteriosa figura con el nombre de Kylo Ren.
Reparto
Daisy Ridley es Rey
John Boyega es Finn
Adam Driver es Kylo Ren
Harrison Ford es Han Solo
Oscar Isaac es Poe Dameron
Domhnall Gleeson es el General Hux
Director
J. J. Abrams (Star Trek: En la oscuridad)
Impresiones
Para muchos ha sido la película más esperada del año. George Lucas vendió su franquicia más preciada a la todopoderosa Disney y ésta se está encargando de exprimirla al máximo. Se preparan más secuelas, spin-off a cascoporro, series y nos inundan de merchandising más que nunca. Son expertos en ello -Véase casi todo aquello del universo Marvel- y ésto suele jugar una mala pasada porque termina por saturar. Sin embargo, hemos tenido la esperanza de volver a disfrutar de la saga nacida en los años 70 y gozar ahora de una secuela directa de El Retorno del Jedi. Aviso que la crítica contiene algunos spoilers, para aquellos que aún no la han visto.
Las críticas, opiniones y votaciones de casi todo el público son más que positivas, escuchando comentarios al nivel de "ya era hora de volver al aroma de trilogía clásica". Y sí, tienen mucha razón. La película dirigida por J. J. Abrams y con guion del propio director y Lawrence Kasdan (El imperio contraataca) supone prácticamente un remake de la trilogía de los 70-80 y ésto no es nada bueno. Tenemos un nuevo intento de estrella de la muerte, más grande, con mayor alcance destructor, pero a fin de cuentas, los mismos errores inútiles donde cuatro o cinco naves rebeldes -sí, me da igual que en ésta nueva trilogía se cambien los nombres como si el imperio es ahora La Primera Orden- se introducen por cualquier recoveco para hacer pedazos el arma enemiga. Y es que desde su comienzo en el planeta Jakku, ese aroma se vuelve un constante flashback del episodio IV con el Tatooine de Luke en busca de Obi Wan, con un droide que tiene una misión importante, igual que BB8.
No obstante, son muchos los detalles que rechinan. Si hablamos del villano, Kylo Ren, obtenemos a un personaje sin personalidad. Adam Driver es un buen actor, pero su papel aquí no nos dice mucho. Su escena con Han Solo en aquella pasarela -homenaje innecesario nuevamente a El imperio contraataca- es intensa pero profundamente previsible, el efecto sorpresa no está por ninguna parte. Lucha contra una chica que solo da mamporros y pierde... Por otra parte, la protagonista, Rey -una muy buena elección la de Daisy Ridley- parece aprender por arte de magia el poder de la fuerza hasta el punto de realizar control mental o atraer su sable sin aprendizaje. Y sí, Luke tuvo que aprender con la ayuda de Yoda y los niños eran enviados a una academia Jedi para aprender, pero Rey lo aprende en cuestión de segundos... Me duele en el alma la pérdida de Han Solo. Su muerte era innecesaria y para terminar con un personaje que da auténtica vidilla y es puro carisma, prefiero que se quiten del medio a una Leia aburrida, sin expresividad ni nada que aportar salvo la misma cara en toda la película. Ésta mujer ha perdido mucho.
La mezcla de artesanía y digital no funciona, porque lo segundo se incrementa para mal. El ejemplo lo tenemos en ese líder supremo Snoke, interpretado por
Andy Serkis, más cercano al dibujo animado que a la presencia digital que
George Lucas ofrecía con Yoda mismamente. Sin duda alguna,
Abrams ha tropezado con una piedra, Disney. Lo mejor que puede hacer es volver a
Star Trek, o eso o lo hemos pillado en horas bajas, porque como he dicho, el guion no resulta nada original. Hay
muchísimas incógnitas que quedan en el aire. ¿Qué hace el sable de Luke en aquella tasca de mala muerte? ¿Por qué tiene Kylo Ren el casco de su abuelo Vader? ¿Para qué se aísla Luke en una isla y sin embargo deja sus coordenadas en un mapa? Mapa que por cierto, es la clave de tanta búsqueda y por arte de magia, R2D2 resuelve encendiéndose al final por su cuenta cuando podía haberlo hecho mucho antes, ya que BB8 tenía la otra parte del mapa. Son muchas las cosas que personalmente me han dolido, pero sí queréis escuchar y ver esto con spoilers sangrantes, os recomiendo
éste vídeo de youtube de mi canal para que le echéis un vistazo si os apetece, ya que hablo algo más largo y tendido del tema.
Llegamos a la parte musical. Regresa John Williams -nunca se fue- y en ésta ocasión, en sus horas más bajas, más que nunca. Nos tiene acostumbrados a crear leitmotivs para sus personajes o ciertas ocasiones, pero en éste caso, salvo el tema de Rey, poco hay que destacar de éste score. Habría sido un buen momento para el cambio y escuchar a Giacchino por ejemplo. En resumidas, Star Wars El Despertar de la Fuerza supone una profunda decepción, que aun resultado entretenida no aporta nada nuevo. Es mejor que el episodio I La Amenaza Fantasma. Sí, eso lo tenía muy fácil. Pero quien diga que ésta película es mejor que el Episodio III, es por simple odio a Lucas y se niega a reconocer que estamos ante un refrito de la trilogía clásica. ★★★★★1/2
Por Dante Martín
@Obidantenobi
"LA FUERZA TE ESTA LLAMANDO. DEJA QUE ENTRE"
Hace mucho tiempo, en una galaxia muy muy lejana, se estrenó una película que cambió para siempre la Ciencia Ficción cinematográfica e hizo vibrar y maravillarse ante la pantalla grande a una nueva generación... o así nos puede parecer, ya que el paso del tiempo es inexorable y ha causado que ese niño que un día fuimos, inocente, desprejuiciado y en constante búsqueda de nuevas emociones y aventuras quedara atrás perdido entre los pliegues del pasado de forma que ahora nos parece apenas un recuerdo agradable pero fugaz. Y sin embargo, por fortuna, parte de ese niño consigue sobrevivir a las marejadas de madurez y los enfrentamientos con la crudeza de la realidad para que nunca nos abandone el gusanillo de esperar con fruición y, a la poste, disfrutar de grandes acontecimientos como este Episodio VII que actualmente se nos presenta.
Por fortuna, las expectativas puestas en esta película tras la amarga decepción que para muchos supuso (sobre todo) el Episodio I no se ven truncadas. Estamos ante una propuesta que acepta sin miedo las raíces y las características diferenciales de una saga mítica: la apuesta absoluta por la diversión, el entretenimiento como virtud cinematográfica inexcusable y la Aventura (así con mayúsculas) como forma de expresión. Encontramos aquí de nuevo la lucha del Bien contra el Mal, con malos malísimos y buenos heroicos, las batallas espectaculares, los trances imposibles, la emoción por bandera, los momentos de descubrimiento del héroe, el culebrón familiar, el viaje a diferentes planetas con sus mil razas y características diferenciadas, el humor como recurso de escape para no caer en el melodrama... todo ello potenciado por el uso de efectos mecánicos tradicionales que le dan tanto a los escenarios como a la acción una pátina de realidad y cercanía en unos tiempos en los que el uso abusivo de lo digital termina por crear un vacío de personalidad contraproducente (aunque eso sí, la encarnación del mal resulta demasiado digital). Por todo esto, desde mi punto de vista la magia de la trilogía original permanece intacta
¿Se podía hacer optado por un argumento más original? Es muy posible, pero es algo que no me importa en tanto en cuanto la trama sirve a dos propósitos fundamentales que cumple con creces. El primero, presentar y desarrollar a unos nuevos personajes que son los verdaderos protagonistas no sólo de esta entrega, sino de lo que está por venir. Darles un punto de partida, ponerlos en situación y, a lo largo de la trama, evolucionarlos y darles razones para decantarse por uno u otro plato de la balanza en la confrontación que se plantea. El segundo, servir como nexo con la anterior trilogía de forma que el espectador veterano mantenga sus anclas emocionales a partir de las cuales abordar el nuevo marco que se empieza a desarrollar. Todo ello conservando atractivas incógnitas sobre lo ocurrido en estos más de 30 años que espero que se vayan sacando a la luz en los episodios posteriores. De esta forma, en este Episodio VII se funde lo viejo y lo nuevo, y los personajes clásicos (y con ellos nosotros) pasan el testigo a quienes han de ser los nuevos protagonistas de esta ¿última? parte de la saga y vivir su propia vida y sus propias aventuras. Pero lo que considero más importante, la película toma una decisión desde mi punto de vista totalmente acertada: barrer debajo de la alfombra los primeros tres episodios y buscar ser coherente con los que la preceden directamente, no sólo por ser los clásicos (que también) sino por ser su punto de referencia inmediata a la hora de definir tanto las tramas como las acciones de los personajes.
En cuanto a los nuevos personajes destacar por encima de todos a Rey, una chica de armas tomar, hecha a sí misma y dura como una roca pero en el fondo con un agujero emocional que la lleva a perseguir con cada vez más vana esperanza el sueño de un núcleo familiar negado desde su infancia. Daisy Ridley está francamente maravillosa, aportando muchos matices a su personaje, capaz de que veamos a la chica independiente que no se achanta ante nada y a la joven cargada de melancolía con una pesada mochila emocional a sus espaldas. Una gran incorporación a la saga. Por otra parte está el villano de la función, Kylo Ren, bien presentado como un ser en constante lucha interior por saber quién es y en permanente sufrimiento porque, en el fondo, se obliga a sí mismo a negar y enterrar su verdadera esencia. Pero ante todo un villano en proceso germinal, falible, que duda y se equivoca y que aún dista mucho de ser el poderoso e inflexible líder que su maestro en el Lado Oscuro quiere que sea. Sin duda, será uno de los personajes que más desarrollo tenga en entregas posteriores.
No todo son virtudes, sin embargo. Algunos puntos de la trama se resuelven de aquélla manera... (véase el momento R2-D2). Hay tal vez una sobredosis de "nombres" que a la postre tienen papeles sin desarrollo, como Gwendoline Christie o el dúo Iko Uwais/Yayan Ruhian (protagonistas de The raid) cuya incidencia en la trama es poco menos que anecdótica. John Boyega tampoco destaca como Finn, aunque veremos si va creciendo a lo largo de la saga. Y, aunque cueste decirlo, la partitura de John Williams no pasa de funcional, haciendo buen uso de los temas clásicos cuando toca pero poco lucido a la hora de desarrollar un temario nuevo y que marque la guía musical para el futuro de la saga. Tal vez una mano del habitual Giacchino no le hubiera venido mal. Sin embargo, pese a no ser perfecta, no hay duda de que J.J. Abrams lo ha vuelto a hacer. Su dirección virtuosa y su exquisito sentido del ritmo es capaz de hacernos partícipes directos de estas nuevas aventuras y, por un momento, sacar a primer plano a ese niño interior para que vuelva a aplaudir, emocionarse y asombrarse por el espectáculo sin freno que se despliega ante sus ojos. Este Despertar de la fuerza es una matinal ávida de aventura, risas y espectáculo; es el Robin Hood de Errol Flynn propinándole una patada en las posaderas al fraile Tuck para a continuación asaltar un carruaje espada en mano; es Burt Lancaster abordando un barco pirata balanceándose en una cuerda; es el pirata Roberts batiéndose con Íñigo Montoya con la mano izquierda. En definitiva, parte de nosotros tuvimos nuestra iniciación a la magia del cine con un episodio de Star Wars. Este nuevo episodio podría significar lo mismo para una nueva generación. Y hacerlo con la cabeza bien alta. ★★★★★
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.