De esta forma, estos rudos hermanos Ranskahov serán unos de los grandes protagonistas del episodio, ya que conformarán el hilo conductor tanto de las actividades del justiciero de negro como de la entrada en el juego por la puerta grande del enorme (en muchos sentidos) Wilson Fisk. Todo comienza con los problemas surgidos a raíz del acoso indiscriminado a que el alter ego de Matt está sometiendo a las bandas rusas que operan en la Cocina del Infierno.
Un goteo en sus actividades criminales que está comenzando a molestar a las otras bandas hasta el punto de comenzar a rondar la cabeza del Kingpin como una mosca cojonera. Su fiel mano derecha Wesley (por fin sabemos su nombre) les hará una oferta difícil de rechazar: aceptar su ayuda para acabar con el
"hombre de negro" (lo que supondría perder el control absoluto que tienen sobre su parcela criminal) o seguir como están y arreglar el problema ellos mismos, a riesgo de colmar la paciencia del jefazo. La opción elegida será la segunda, ya que no han llegado de la mismísima estepa rusa para fracasar miserablemente,
así que buscarán la forma de localizar al misterioso justiciero. Primera parada: el hospital donde permanece en coma el sicario que fue apaleado por Matt en el segundo capítulo. Tras una sesión de reanimación forzosa, una pista les llevará hasta la casa de Claire. Pese a que ya no está allí,
una paliza al chaval que la ayudó a subir a Matt a su casa les encaminará a su nueva localización, donde acudirán para raptarla sin muchas contemplaciones. Sin embargo, la chica conseguirá avisar a Matt antes de que se la lleven a la fuerza.
De esta forma, la venganza de Matt será terrible,
emprendiendo una búsqueda feroz de su enfermera particular mientras la pobre se ve sometida a un cruel interrogatorio mediante el que intentan sonsacarle la identidad del enmascarado. Por suerte, el justiciero llegará a tiempo de salvarle la vida haciendo uso tanto de sus habilidades en el combate como del mejor recurso de un ciego: la oscuridad. Una brutal pelea que acabará con los rusos sangrando y con Matt ejerciendo esta vez de enfermero de Claire, quien le hará ver que todo pequeño gesto para hacer de la ciudad un entorno mejor nunca cae en saco roto. Tras la nueva cura de humildad por parte del enmascarado uno de los Ranskahov se decide por fin a coger el camino seguro: postrarse ante Fisk. Por otra parte,
sigue afianzándose la relación "laboral" entre Ben Urich y Karen. La chica sigue empeñada en destapar la verdad sobre los trapos sucios de su antigua empresa por más que el periodista intenta apartarla de tan peligrosa tarea. Finalmente, la experiencia es un grado y Ben le acabará enseñando que no puede meterse en un mundo tan sucio cargada de inocencia. El plan satisfará a ambos:
ella cobrará su cheque y aparentará quitarse de en medio mientras él ejerce de azote visible de la corrupción desde su tribuna en la prensa.
De forma tangencial a todo este, la sombra de Wilson Fisk se deja notar creando un clima de tensión sobre todos a los que roza. Aunque
en esta ocasión conoceremos su cara más vulnerable y humana.
Una cita con la galerista Vanessa dará pie a una cena tan cordial como sorprendente. La afinidad y atracción mutua se palpa en cada gesto, aunque a Fisk se le vea tan lejos de su zona de confort enfrentado a una situación romántica que resulta hasta deliciosamente tímido e inseguro.
Hasta que algo rompe la magia del momento. Ranskahov irrumpe en el restaurante para pedirle el favor en persona a Fisk, lo que creará una situación de confusión entre los guardaespaldas del jefe mafioso que dejará claro que algo raro se cuece en la situación, cosa que acabará con Vanessa mosqueada y tal vez con las potenciales opciones románticas convertidas en polvo. Pecado mortal.
Nadie le toca las narices a Wilson Fisk, como comprobará en sus propias carnes el ruso sometido a la furia imparable de Kingpin. Una lección en la que no escatimará en violencia y sangre, sin más arma que sus propias manos. Una escena tremenda que nos pone en situación de la dimensión real del villano de la función. Genial la presentación de este personaje rico en matices que sin lugar a dudas va a dar mucha guerra para nuestra satisfacción.
Por Antonio Santos