Continua la tendencia ascendente de la serie de forma implacable, y es que hay un hecho irrefutable en esta temporada:
en cada capítulo pasan MUCHAS cosas, lo que hace que se pase volando y afloren las ganas de más. Tremendamente adictivo. Aquí se empezarán a cruzar las distintas facciones que hemos ido viendo a lo largo de este segundo tramo de temporada (SHIELD, la SHIELD auténtica, HYDRA, Ward y la Agente 33, los Inhumanos) haciéndonos disfrutar de un final de infarto.
Comenzamos con la espectacular fuga de Fitz de los agentes que le persiguen. Con la ayuda de
"línea directa Hunter" conseguirá eludirlos y llegar al Quinjet donde le espera el resto de sus compañeros
"fuera de la ley". Sus palabras tendrán una resonancia inesperada.
Tiempos desesperados exigen medidas desesperadas, y conforman extraños compañeros de cama. En este caso, buscar la ayuda de Ward. La mejor forma de localizarlo: gracias a la Agente 33 con quien ha hecho mucho más que buenas migas. Coulson quiere aprovechar la información que Ward conoce de primera mano sobre HYDRA. Sobre todo porque sospecha que la agencia terrorista puede estar experimentando con metahumanos. Lo cual resulta ser totalmente cierto.
Las dos únicas cabezas vivas de HYDRA, el barón Von Strucker y el doctor List está raptando Inhumanos para experimentar con ellos y ser capaces de crear su propio ejército. ¿Será este el vínculo con la cercana "Vengadores: La era de Ultrón"? Más aún, ¿serán los hermanos Maximoff (Mercurio y la Bruja escarlata) Inhumanos, o tal vez el resultado de experimentar en humanos con ADN inhumano? Esto promete...
El plan de Coulson se ve reforzado por el interés de Ward en la misión, por un doble motivo. Por una parte, obtener la total amnistía de SHIELD; por otra, saber que Skye está en el fondo de todo el asunto. Aunque saltan chispas entre la Agente 33 (no la llames 33, llámala Kara) y Ward está claro que la chica aún está en el corazoncito del traidor. ¿Cuál es el plan?
Infiltrar a Bakshi con su cerebro recién lavado y reciclado para la causa en HYDRA, haciendo pasar a Deathlock por su guardaespaldas. Todo parece ir sobre ruedas hasta que hay un repentino cambio de planes. Algo que los conduce a Milwaukee. ¿Pero qué hay en allí, entradas de pista para un partido de los Bucks? Pues no, el rastro de una impronta de energía a la que List quiere echar el guante... la de alguien con capacidad de teletransportarse.
Efectivamente, Gordon ha llevado de vuelta a casa a Calvin Zabo. Skye, cuyo sentido de la responsabilidad sigue estando a tope, se ha ofrecido a ir con él para intentar mitigar los efectos de las malas noticias. Y es que Zabo ignora que nunca más le permitirán volver a Afterlife, lo que aumenta las probabilidades de la líe parda cuando se entere. Esto da para unas buenas escenas de relación paterno-filial y para que
Skye oficialice por fin su nombre autentico: Daisy Johnson. De esta forma, tenemos a Cal y Skye en la antigua consulta del doctor (cuando aún no había empezado a perder la chaveta), a tropas de HYDRA comandadas por Bakshi que van a su encuentro y al equipo de Coulson que corre a rescatar a su compañera de lo que se avecina. Además de tener a Lincoln guardando las espaldas de Skye por si la cosa se pone fea con Zabo.
Un cocktail morrocotudo al que aún le falta un ingrediente. May convence a Simmons para colaborar con la Verdadera SHIELD al menos hasta destapar los secretos de Coulson. Para ello, nada mejor que hackear el hardware de Deathlock que ella misma se ha encargado de mejorar. ¿Y qué es lo primero que ven al acceder al visor ocular del cyborg con misiles en los brazos (perdón, del agente de SHIELD... con misiles en los brazos)?
Pues a Coulson y Ward trabajando codo con codo. Lo mejor para terminar de desconfiar por completo. Así que allá que van Bobbi y Mack para unirse a la fiesta.
Comienza pues un espiral de malentendidos y peleas con Ward y Coulson contra HYDRA, Deathlock contra Lincoln y Skye en medio de todo. Sólo falta la guinda. Bakshi se destapa sometiendo y atrapando a Lincoln y Deathlock por sorpresa. ¿Tal vez había simulado su control mental en espera de una situación propicia como esta? Al menos, Gordon consigue salvar a Skye de la quema, aunque Calvin se las arregla para unirse al viaje.
Bobbi y Mack llegan a toro pasado, con el único testigo de un edificio arrasado... y de Coulson, que los está esperando. ¿Qué demonios ha ocurrido? Sus últimas palabras nos dejan con la miel en los labios:
"Necesito hablar con vuestro jefe. Llevadme con él". La conexión con Vengadores está más cerca que nunca. Espionaje puro y duro lleno de vueltas de tuerca, misiones imposibles, asaltos desesperados, engaños, trampantojos y traiciones. Puro ritmo y diversión sin freno... ¡larga vida a Agentes de SHIELD!
Por Antonio Santos