"CARIÑO, NUNCA MÁS NOS VOLVEREMOS A METER EN UN BOSQUE"
¿De qué va?
Seis jóvenes de acampada ven alterada su ruta cuando encuentran un paso cerrado. Ésto los adentra en un inmenso bosque donde acaban perdidos, a merced de unos caníbales hambrientos dispuestos a cazarlos.
Reparto
Eliza Dushku es Jessie
Desmond Harrington es Chris
Jeremy Sisto es Scott
Emmanuel Chriqui es Carly
Kevin Zegers es Evan
Lindy Booth es Francine
Dirección
Rob Schmidt (Asesinato en Suburbia)
Impresiones
Allá por el 2003, siguiendo la corriente marcada por toda una oleada de productos de terror sanguinario, y de la mano del director Rob Schmidt, llegaba a los cines Wrong Turn, un survival rural de aire claramente setentero protagonizado por la siempre apetecible Eliza Dushku y claramente deudor de la popular cinta de Wes Craven, Las colinas tienen ojos. La película se estrenó en España, cómo no, con un título que poco tenía que ver con el original, Km 666: Desvío al infierno. Ni qué decir tiene que en la película no aparece el susodicho kilómetro en ningún instante pero en fin, cosas de los distribuidores, ellos siempre tan avispados. ¿De qué trata Wrong Turn? La película nos narra la historia de seis jóvenes de viaje en coche que, al encontrarse de lleno con el bloqueo de la carretera por parte de las autoridades a causa de un accidente, han de tomar un desvío alternativo. Pero, desgraciadamente, se pierden en la inmensidad de los bosques de West Virginia, lugar en el que serán perseguidos por un clan endogámico de caníbales deformes.
Hay que dejar muy claro en un principio que esta película no es en absoluto original en cuanto a su premisa. La historia de una familia de caníbales que acosan a un grupo desesperado de personas no es algo que pueda catalogarse de novedoso. Sin embargo, el punto fuerte de Km 666 es precisamente su sólido guión, obra de Allan B. McElroy (Halloween 4, Spawn, Tekken) que no da pie a fisura argumental alguna y no se enrolla con explicaciones molestas e incongruentes más allá de unos muy vistosos y eficaces títulos de crédito. Es un guión que va directo al grano. El espectador no necesita saber demasiada información para comprender al completo la cinta, y es que en el fondo no hay mucho en lo que profundizar. Por tanto, el libreto de McElroy es bastante equilibrado, tanto a la hora de introducir los personajes principales y el clan caníbal como a la hora de introducir las secuencias de acción. Esto, señores, es un survival de manual en el que se dan cita todos los convencionalismos y lugares comunes propios del subgénero pero sin llegar a caer en ningún momento en la idiocia que más de una vez hemos podido observar en otros productos similares (¿me callo ahora o le recuerdo a más de uno ese divertido desastre de 1985 que fue Las colinas tienen ojos II, de Wes Craven?). Evidentemente, un guión, por muy bueno que sea, no puede ir a ninguna parte sin un trabajo de dirección competente y, en ese sentido, Rob Schmidt cumple de sobra, pues todas las secuencias de persecución y los brutales crímenes que suceden en pantalla están rodados con pulso y, creo yo, servirán para satisfacer a cualquier aficionado. Por otro lado, los FX de Stan Winston son bastante potentes, dejando al margen alguna secuencia rodada delante de pantalla azul que queda algo más postiza. Con todo, Wrong Turn es una más que efectiva serie B y si además le sumamos el buen trabajo de fotografía de John S. Bartley, comprobaremos que el acabado de la cinta es bastante decente y la eleva por encima de lo que suelen ser este tipo de producciones.
Momentos clave de la película, como el de la torreta o el de la incursión en el campamento de los mutantes, han quedado ya para el recuerdo al hacer gala de una tensión que quita el hipo, elevándola muy por encima de otros trabajos estrenados en la misma época. Y es que Wrong Turn no es una de esas películas para ver y olvidar, es una estupenda cinta de terror que conviene revisar de vez en cuando porque, de todo lo que se estrenó en la primera década del siglo XXI, es de lo más destacable. Es cine de terror hecho para asustar y divertir a partes iguales y, de hecho, llega a resultar verdaderamente asfixiante, aterradora y agobiante en más de una ocasión.
Conviene destacar que esta película ha dado lugar a toda una saga que ya
acumula la friolera de cinco secuelas, unas mejores que otras pero, en todo caso, siempre directas al lucrativo mercado del DVD, y siempre disfrutables si se tiene bien claro lo que son, es decir, productos manufacturados para que el fan de la serie se deleite con la sarta de
salvajadas y desmembramientos que se suceden durante la escasa hora y media que suele durar cada entrega.
★★★★★
Por Pablo Rodríguez
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.