Cerca de la base aérea de Idaho, un pelotón de soldados busca a un hombre que ha escapado. Lo encuentran en una casa, agazapado y con su piel llena de sarpullidos. Es el coronel Robert Budahas y su desaparición será la pista que mueva a Mulder para investigar su caso. Mientras está en el bar informando a Scully del asunto, al entrar al baño, un misterioso hombre se le presenta, aconsejándole que abandone la misión. "Es un riesgo innecesario [...] No ponga en peligro el futuro de sus investigaciones". El hombre (interpretado por Jerry Hardin) no le dice su nombre, pero para todos los seguidores, es conocido por el apodo de "Garganta profunda" , tal y como reza el título de éste episodio. Será una mano para Mulder en ciertos momentos de desesperación, que le ayudará a esclarecer lo que la cabeza del FBI oculta. Aun así, Mulder no sigue su consejo y prepara el viaje para el día siguiente.
Fox se da cuenta que su teléfono ha sido intervenido y para colmo, Scully lo llama al ver en los periódicos que la base aérea es la favorita de muchos fans de los ovnis, por lo que deduce que está trabajando en un nuevo caso de los expedientes X. A la mañana siguiente visitan a la mujer del coronel Budahas y ella les cuenta que su marido vivió momentos de locura, le salieron sarpullidos... otra familia muestra a su esposo, que también fue piloto. Aunque tratan de disimular, es indudable que sus actos no son los de un hombre "normal". Mulder intenta hablar con otro alto mando, el coronel Kissell, pero se muestra reacio a hablar, sin embargo se presenta ante ellos Paul Mossinger, quien dice ser periodista del periódico local, pero los agentes no colaboran.
En un bar apodado "el platillo volante", por los sucesos que rozan el lugar, Mulder observa unas fotografías de un extraño ovni con forma triangular. Curiosamente son las mismas formas de otras fotos que el ya había visto anteriormente. Esa noche decide pasarla a la intemperie y mientras Scully echa una cabezada, un estruendo hace estallar las lunas del vehículo. Fuera, dos figuras luminosas hacen unas maniobras rápidas y casi imposibles. En ese mismo momento, dos jóvenes salen de un hueco de la verja y las figuras desaparecen, pero aparece en escena un helicóptero que los busca. Todos huyen y el chico llamado Emil, interpretado por Seth Green, le cuenta lo que sabe sobre las luces y algo sobre una "base amarilla". Tras todos los datos recogidos, Mulder acaba en la conclusión de que están construyendo aviones con tecnología extraterrestre.
Reciben una llamada de la mujer de Budahas. Al parecer, su marido ha aparecido tras cuatro meses pero dice que no es él, aunque su aspecto es idéntico. Mulder le hace unas preguntas, y cuando le habla de los planes de vuelo, el hombre se queda en blanco. Deduce que ha sido "reprogramado", que le han borrado parte de su cerebro para evitar hablar sobre lo que ha visto. Minutos después, él y Scully son asaltados por dos vehículos cargados de hombres fornidos que le quitan los documentos e incluso le pegan a él un puñetazo. Al llegar la calma, Mulder vuelve a pensar, razona, une y piensa que el helicóptero estaba buscándoles a ellos, que Budahas ha sido devuelto a su casa para despistar, que el teléfono intervenido y el consejo del hombre en el bar van unidos en algo que no quieren que vea el agente del FBI.
Mulder decide irse sin avisar por su cuenta y se cuela por la verja. Tras andar muchas horas, llega a la base, y en mitad de la pista, una extraña forma, un ovni, se posa sobre él, tras su marcha, dos vehículos lo atrapan, lo meten en una camilla y le inyectan algo. Mientras tanto, Scully, que no sabe donde está su compañero, aunque lo deduce, recibe otra vez la visita de Paul, aunque rápidamente se da cuenta que éste no es quien dice ser y es uno de los miembros importantes de la base aérea. Logra hacerse con su arma y le obliga a entregar a Mulder. El intercambio se hace efectivo, pero a Mulder le han borrado parte del cerebro al igual que Budahas. No recuerda lo que ha visto y que tanto ansía. De ésta forma, Scully da como cerrado el caso en su informe. Mulder vuelve a su vida normal y mientras corre por unas pistas de atletismo, el hombre del bar, "garganta profunda", aparece y mantiene una interesante conversación con él, le hace ver que solo le interesa "la verdad" y que estará allí cuando realmente lo necesite. Entonces Mulder pregunta: "Están aquí, ¿no es cierto?", a lo que el hombre responde: "Hace mucho que están entre nosotros"
Por Dante Martín
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.