Max Zorín es el dueño de una prestigiosa empresa a la que Bond acude como infiltrado para averiguar su relación con una fabricación de microchips. Allí se verá envuelto en una trama de carreras de caballos y la destrucción de Silicon Valley.
◘ Actores
Roger Moore (El Santo) es James Bond
Christopher Walken (El cazador) es Max Zorín
Grace Jones (Conan el destructor) es May Day
Tanya Roberts (Sheena, Reina de la selva) es Stacey Sutton
Patrick Macnee (Los Vengadores) es Sir Godfrey Tibett
Walter Gotell (La espía que me amó) es el General Gogol
Robert Brown (Octopussy) es M
Desmond Llewelyn es Q
Lois Maxwell es Moneypenny
◘ Impresiones
Sería la tercera entrega dirigida por
John Glen y
la última protagonizada por Roger Moore. Aunque su participación estaba planeada acabar en la anterior,
Octopussy, tras el regreso de
Connery como 007 en
Nunca digas nunca jamás, los productores convencieron a
Moore para protagonizar una entrega más y así tener un rival a batir, aunque
Connery no volvió a retomar el papel. Así llegamos a
A View to a Kill, una película que si bien obtuvo beneficios en taquilla, también es cierto que vendió menos que la anterior entrega.
Panorama para matar es una de las cintas mas aburridas de la saga 007. Se ralentiza demasiado, cuenta poco y recurre nuevamente al humor innecesario en escenas sonrojantes y vergonzosas como la del camión de bomberos en la que el personaje de Moore se sube a la escalera suelta de encima para ir de un lado a otro y crear algo de espectáculo aunque la función tiene poco sentido. De la misma forma, los policías tienen ese tono ochentero del humor de aquellas películas que si bien quedaban de lujo en una comedia, en una película Bond poco aportan. Por otra parte, tenemos a la bellísima Tanya Roberts en el papel de Stacey. Una rubia hiper-potente y de las mas atractivas en el universo Bond a las que tirar los tejos. Una actriz que conocemos por su papel en El Señor de las Bestias o en Sheena, reina de la selva. El desequilibrio cae cuando la preciosa chica se tira la mayor parte del metraje gritando: "¡James, sálvame!" mientras se mete en todos los atolladeros y peligros. Llega a cansar y lo que es peor, hartar.
Pero tras todos esto, vamos a hablar de lo bueno de A View to a kill. Lo bueno es que supone la última entrega de Roger Moore, quien realizó siete películas, y con él se acababa una era irregular de cintas llenas de altibajos y sobretodo en las que el humor siempre estaba presente. Sobra decir que la larga disputa entre qué Bond es mejor (cuando se habla de Connery) queda resuelta fácilmente cuando la presencia, la dureza y la elegancia del primero es abismal. Moore era elegante, pero sus dotes de "ligoteo" eran muy artificiales, sobretodo cuando le ponían a chicas treinta años mas jóvenes que él. De todas formas, es un Bond a respetar, uno de los grandes aunque personalmente no estuvo nunca entre mis predilectos.
Pero volviendo a los puntos positivos, de seguro
el mayor atractivo de ésta película es el tándem villano.
Christopher Walken y
Grace Jones forman una pareja tan terrorífica como estrambótica. Max Zorín (
Walken) es un psicópata que nació como superdotado en probeta con los efectos secundarios de
un asesino despiadado. Cuando le preguntaron por su papel, dijo que quedó maravillado con el papel que realizó
Robert Shaw en
Desde Rusia con Amor. Así, la escena en la que mata él solo con una metralleta a todos su trabajadores es marca de un hombre inestable y salvaje, pero sin duda el mejor momento ocurre al final, en lo alto del puente de San Francisco, cuando segundos antes de morir, y resbalándose, se permite el lujo de una última sonrisa, rodeado de locura como un psicópata que es. Por otra parte, su segunda mitad se compone de May Day, interpretada perfectamente por
Grace Jones a la que vimos un año antes en
Conan el Destructor como mujer letal.
Su estilo, salvajismo y su ruda fuerza hacen de ella una mujer a temer, que siempre lleva las riendas, como en la escena en la que va a la cama con Bond y ésta manda al colocarse encima. Si bien su final es un poco irrisorio, nos hace olvidar por momentos a la llorona de Stacey. Como conjunto,
Jones y
Walken son dos de los villanos mas interesantes de la saga Bond y el único aliciente para ver ésta película.
Una película que para ser la despedida de
Moore no es del todo favorable. Su retiro en
Octopussy habría quedado mejor, pero lo hecho, hecho está. No se me podía olvidar mencionar la escena inicial en la nieve, en la que cuando Bond se queda sin esquíes coge una de las patas de un motociclo y hace snowboard. En ese momento suena una versión acelerada del
California Girls de los
Beach Boys y el film nos avisa de que lo que vamos a ver va a tener mucha guasa.
PD: Como último detalle, es curioso ver en un mini-papel a un jovencísimo
Dolph Lundgren como guardaespaldas del general Gogol. Por aquel entonces, era novio de
Grace Jones y probablemente influyera para su participación.
◘ BSO
John Barry regresa con un buen trabajo basando el tema principal de Duran Duran, A View to a Kill en varios leitmotiv románticos que suenan en los encuentros de Bond con Stacey. Precisamente, el tema del grupo supone un nuevo giro en el estilo al añadir esa fuerza del Rock-Pop que ya anteriormente añadió Paul McCartney en Vive y deja Morir y con el que tantos disgustos dejó a Barry. El tema de Duran Duran llegó al número uno a las listas americanas obteniendo unas cifras de récord, y sin lugar a dudas es un temazo. Barry, en lo demás, sigue estando perfecto y en sus momentos de acción nos recuerda mucho a su gran tema de Al Servicio Secreto de su Majestad aunque con un toque algo diferente para diferenciarla.
A view to a kill
Bond meets Stacey
He´s dangerous
•Lo Mejor: Christopher Walken y Grace Jones. Es la última de Roger Moore
•Lo Peor: Una de las mas aburridas. El personaje de Tanya Roberts
•Calificación: 5/10
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.