THE ONLY LIGHT IN THE DARKNESS
Comenzamos el capítulo con el agente Ward reencontrándose con su equipo, que aún desconoce su traición. De esta forma, comenzará a intentar cumplir su verdadera misión, conseguir que Skye descifre el disco con los datos recogidos por las investigaciones de Coulson para llevárselo a Garrett. El primer inconveniente será que no puede descifrarse en cualquier sitio, sino tan sólo en unas coordenadas concretas que sólo Skye conoce. El segundo inconveniente viene cuando el agente Koenig, a la sazón responsable de la base de Furia, decide que no está demasiado conforme con la entrada de cada vez más gente a una ubicación donde sólo Coulson fue invitado, así que pone una condición para que el resto se quede: pasar un detector de mentiras. Todos pasan sin problemas la prueba, llegando el turno de Ward. La cosa se pone tensa al llegar a una pregunta: "¿Cuál es la verdadera razón por la que estás aquí?". Tras intentar ganar tiempo dando rodeos y ver que Koenig coge su arma, Ward encuentra una respuesta salvadora: "Por Skye". Lo cual es cierto, está allí por Skye, pero no en el sentido que interpreta su interrogador, lo que le permite pasar la prueba.
Ward tiene otro as en la manga. Tras relatar cómo HYDRA se apoderó de La Nevera y todo su armamento, comprueba cómo la estrategia de Garrett de soltar a los prisioneros tiene el efecto deseado. Inmediatamente, Coulson se siente responsable de los fugados y se autoimpone la misión de volver a capturarlos. Comenzando por Marcus Daniels, alias Apagón, a quien un accidente le dio la capacidad de controlar la Materia oscura, consumiendo toda fuente de energía a su alrededor, pero también provocó que esta sustancia se apoderara de su propio ser. Sólo encuentra la paz con la música, en concreto la de una virtuosa violonchelista; la misma violonchelista de la que Coulson estuvo enamorado antes de su muerte (y ya mencionada en Vengadores e Iron Man). Por tanto, esta misión se convertirá en algo personal para Coulson, quién sigue enamorado de ella, aunque roto por dentro por no poder "salir a la luz" y confesarle que sigue vivo, sobre todo ahora que es un prófugo. De esta forma, parte del equipo sale en busca de Apagón, dejando en la base a Ward, Skye y una May que termina abandonando el bunker tras la enésima muestra de desprecio y desconfianza de Coulson.
Skye entonces tiene una idea: Hackear las imágenes de los satélites para averiguar qué presos escaparon de La Nevera y que les sea más fácil rastrearlos. Sin embargo, esto supondrá un grave inconveniente para Ward, ya que estas imágenes supondrán también la prueba de su participación en el asalto como parte de HYDRA. Para evitarlo, comienza a diseñar un plan B: Primero mata a Koenig a sangre fría para, posteriormente, abrirse a Skye para ganarse su confianza. ¿O sus sentimientos por ella son tan fuertes como aparenta? De cualquier forma, la joven agente acaba descubriendo el cadáver de Koenig, aunque por suerte sin que el traidor se entere. Entonces empezará un juego del gato y el ratón en el que Ward trata de convencer a Skye de que debe descifrar el disco para obtener una información que precisa Fitz en la misión. La chica, que sabe que es una trampa, se ve obligada a acceder, al saber de lo que es capaz su compañero, volando ambos hacia la ubicación que necesitan. ¿O se trata de una maniobra de distracción para ganar tiempo?
Mientras tanto, Coulson y su equipo consiguen atrapar a Apagón, aunque el líder del equipo sigue sin ser capaz de revelarse a su amada, al tiempo que Fitz sigue sufriendo de celos por la cercanía de Simmons con Triplett, pero sin sacar el coraje para confesar sus sentimientos. Al llegar a la base, descubrirán con consternación como ésta está vacía y su avión ha desaparecido. ¿Conseguirá Skye revelarles su posición? Por su parte, May también ha movido ficha. A través de su madre, ex-agente gubernamental, ha conseguido la dirección de alguien con quien quiere tener unas palabras: María Hill. En definitiva, un buen capítulo más centrado en los personajes que ha dado profundidad a Coulson y Ward, sobre todo, además de seguir dejando las cosas muy difíciles para el equipo y haciendo la redención de Ward cada vez más complicada.
Cinéfago por puro placer y juntaletras ocasional. Defensor de las causas perdidas seriéfilas. Hincado de hinojos ante Hitchcock y Tarantino, entre otros muchos. Amante de la ciencia ficción, la aventura, Rick Remender, Jonathan Hickman, el helado de chocolate, Jessica Chastain y Eva Green (no necesariamente por ese orden).