LEGENDS OF YESTERDAY
Continua el crossover entre los dos grandes héroes de la cadena CW con las mismas premisas que ya pudimos ver en la
primera parte.
La divertida y frenética interacción entre ambos equipos sigue rayando a gran nivel y tras los hechos que ya vimos en Flash toca diseñar un plan que permita vencer al gran villano que está resultando ser Vandal Savage. Además, como las presentaciones y primeras tomas de contacto ya se han realizado en la primera parte del evento queda desarrollar y resolver la situación al más puro estilo Flash (hay que reconocer que
el tono de todo este cruce se acerca mucho más al aire desenfadado y a los conceptos más afines al fantástico de la serie del velocista que al habitualmente más rudo y oscuro del arquero). Como ejemplo, esa referencia
vengativa en palabras de Thea:
"¿Un montón de superhéroes en una granja? Creo que he visto esto en alguna película antes".
Tras un prólogo en el antiguo Egipto en el que se nos presenta el inicio de la confrontación entre los nuevos personajes (el detonante de todo será, como no, el amor y los celos) comenzamos con un encuentro en la cumbre. Merlyn, conocedor del poder destructivo de Savage y de su falta de escrúpulos a la hora de sembrar el caos y la destrucción en busca de sus presas reúne a todas las partes para intentar llegar a una solución amistosa a su conflicto.
Antes de comenzar cónclave vemos como Flash tienen una visión de él mismo corriendo a su lado. Los espectadores de su serie sabemos lo que esto significa: salto en el tiempo, como ya pudimos disfrutar en los grandiosos episodios
1x15 y
1x16 de su serie. Una vez reunidos,
Savage deja bien claras sus condiciones: o se le entrega de forma voluntaria a los dos Halcones o arrasará con Star City y Central City, así para empezar. 24 horas de margen dan para poco, pero suficiente para tratar de trazar un plan fiable: Cisco fabricará unos guantes que permitan a Flash contener el poder del Cetro de Horus y usarlo contra su dueño mientras Hawkman, Hawkgirl y Green Arrow se lo arrebatan a Savage y lo entretienen como pueden hasta que Flash lo empuñe. Para prepararlo serán necesarias dos condiciones: que los científicos trabajen duro en los guantes y que Kendra Saunders entrene para desarrollar sus poderes como Hawkgirl.
Hay que reconocer que la mitología tras el origen relacionado de Savage, Carter y Kendra es muy atractiva tanto por su clasicismo (esos cimientos cincelados sobre el mármol de los amores prohibidos y los espíritus destinados a encontrarse por toda la eternidad) como por su vinculación con el mundo mágico que se está haciendo su hueco en la serie. Desde mi punto de vista, muy acertado escoger este origen en concreto para unos personajes que se han visto reseteados mil veces hasta el punto de hacerlos irreconocibles (incluyendo una vinculación con culturas extraterrestres). En este sentido se nota mucho la mano del gran guionista Geoff Johns ejerciendo como consultor sobre esta parcela de la serie. Menos interesante es el culebrón que se empieza a desarrollar sobre el hijo reencontrado de Oliver y los efectos negativos que este descubrimiento tendrá en su relación con Felicity. A pesar de que el drama es un poco pachanguero no se aleja del fondo temático de la serie, muy vinculado a las conflictivas relaciones paternofiliales (Sara-Quentin, Malcolm-Thea) o entre hermanos (los Diggle, las Lance). Aquí tenemos otra más que no sabemos cómo acabará. De momento, con un gran secreto que hace que apariencia final de felicidad no sea sino un espejismo con posible fecha de caducidad. Ocultar la existencia de un hijo no debe ser precisamente plato de buen gusto para una pareja...
Finalmente el plan se pone en marcha. Flash y Arrow simulan entregar a Hawkman y Hawkgirl a Vandal Savage. En pleno encuentro comienza el enfrentamiento... solo que todo acabará como el rosario de la aurora. Los guantes fabricados por Cisco no funcionan, por lo que Flash no puede controlar el Cetro de Horus; Kendra es incapaz de hacer aflorar sus poderes (hay que reconocer que el gañán de Carter no es precisamente una joyita como entrenador), lo que provoca la muerte de Hawkman y la suya propia; Arrow no está a la altura porque tiene en la cabeza su culebrón particular... Vamos, un desastre que acaba con todos los héroes muertos y la ciudad destruida por el poder del Cetro. Bueno, todos menos Flash, cuya carrera llevando su velocidad al límite le hace viajar 24 horas al pasado... Una nueva oportunidad que compartirá con Oliver y que permitirá afinar todos los detalles de cara a un segundo round donde todo tiene que funcionar como un reloj o las consecuencias, como hemos visto, serán nefastas. No se puede tomar a Savage a la ligera.
De esta forma, los pequeños detalles lo marcarán todo. La aún abrumada Kendra tendrá como maestro Jedi al comprensivo Cisco en lugar de la mala bestia de Carter. La chica será la clave para afinar los guantes gracias a una visión de tiempos de su primera vida en la que las lluvias de meteoritos cobraban gran importancia. Esto da a Cisco la idea de reforzar los guantes especiales con metal Nth proveniente de meteoritos caídos (robo a museo incorporado); además, el problema marital de Oliver no tiene lugar gracias al aviso de Barry. De esta forma, el enfrentamiento con el villano se repite con todo el mundo en plenitud de facultados y la participación del resto del equipo Arrow en la pelea. No es cuestión de volver a subestimar al villano. Una buena pelea que acabará con un eficiente momento de tensión protagonizado por la lucha de voluntades de Arrow y Flash (con la ayuda del Cetro de Horus) contra Vandal Savage. Lucha intensa que acaba con el villano reducido a cenizas y el cetro desaparecido mágicamente. Una victoria sudada y la despedida de los nuevos héroes (no por mucho tiempo) que cierra un buen par de capítulos, superando con mucho en ritmo, emoción y carisma al anterior cruce entre ambas series. Aunque no todo está sellado. Malcolm Merlyn acudirá cuando nadie lo espera para recoger las cenizas de Savage. Sin duda no las quiere para nada bueno lo que augura que no será la última vez que veamos al temible villano, para terror de los héroes y solaz de los espectadores.
Cinéfago por puro placer y juntaletras ocasional. Defensor de las causas perdidas seriéfilas. Hincado de hinojos ante Hitchcock y Tarantino, entre otros muchos. Amante de la ciencia ficción, la aventura, Rick Remender, Jonathan Hickman, el helado de chocolate, Jessica Chastain y Eva Green (no necesariamente por ese orden).