Tras varios episodios avanzando el enfrentamiento por fin vamos a tener la puesta de largo de uno de los villanos más peligrosos, feroces e impredecibles del velocista escarlata.
Nada más y nada menos que Gorilla Grodd, como su propio nombre indica un gorila que, fruto de los experimentos de STAR Labs y el ejército con la variable añadida de los efectos del Acelerador de partículas ha potenciado su cerebro de forma extraordinaria.
Hasta el punto de poder comunicarse telepáticamente con otros seres inteligentes e incluso meterse en sus cerebros y poseerlos como si fueran títeres. Un enemigo temible será la cara. La cruz la tendremos en los espacios comunes románticos de siempre. Que cansinos se ponen cuando Iris gana protagonismo. Aunque en esta ocasión estará más integrada en la trama, pero que no se vaya acostumbrando, por Crom...
Mientras Flash trabaja sin descanso para encontrar a Eddie (aunque Iris le reproche lo contrario) y con él al desaparecido Harrison Wells, deberá echar una mano a la policía para detener a un extraño enmascarado que está robando furgones blindados a manos llenas. El primer enfrentamiento tendrá una doble función. En primer lugar, comprobar que algo huele a podrido en
ladronlandia, ya que a la hora de derrotar al misterioso enmascarado Barry se sentirá como si le estallara el cerebro... igual que su rival. En segundo lugar,
la dinámica del equipo ha variado. Ya no cuentan con los valiosos consejos de Wells, así que Cisco y Caitlin habrán de dar lo mejor de sí mismos para ejercer de Pepitos Grillos de Flash. Una tercera pata se unirá por sorpresa. Iris sorprende al trío heroico mientras Barry se lame las heridas, cabreada como un tritón al ser la última en enterarse de la verdadera identidad de Flash. Desde luego, este es sin duda el laboratorio menos seguro del mundo. El segundo enfrentamiento con el ladrón derivará en la victoria de Flash y la sorpresa al desenmascarar al ladrón.
Se trata del general Eiling, aunque se encuentra en un estado casi catatónico. Pronto descubrirán que no se trata sino de una marioneta controlada por Grodd.Como animalico que es, pese a haber desarrollado cierta inteligencia no deja de poseer un concepto moral algo vago. Los que le han hecho daño son malos. Los que le han cuidado con buenos, sobre todo Harrison Wells. Aunque en general tiende a odiar un poco bastante al género humano y poco a poco se irá empeñando en conquistarlos y montar su propio
Planeta de los Simios.
Mal enemigo se han encontrado nuestros héroes.
La portentosa fuerza física de un gorila unida a unos dones mentales de primera división. Como comprobarán en sus propias carnes Cisco y Joe, quien acabará prisionero en la guarida del primate sin que el triste recurso del platanito valga más que para poner a Grodd de los nervios. Flash deberá encargarse de resolver la situación, agobiado por una Iris que no sólo está que se sube por las paredes por que la hayan dejado al margen de todo, sino porque se ha visto privada de novio, padre y Barry que le ladre. Histerismo en estado puro. Menos mal que el héroe cuenta con las neuronas de Cisco, quien le construye un casco para evitar las intrusiones mentales de Grodd.
Aunque aún así no hay que olvidar que un simio gigantesco es un hueso duro de roer, como quedará demostrado cuando el famoso "puñetazo supersónico" de Flash se quede en agua de borrajas. Es que ni se estremece el maldito gorila. Tras una pelea brutal en la que el héroe está a punto de morder el polvo e incluso pierde su protección mental, sólo la fuerza de voluntad y el recuerdo de su amada Iris le harán darle la vuelta a la situación y librarse de Grodd a golpe de tren. Una buena pelea y un gran villano que puede dar bastante guerra en el futuro.
Rocoso, cruel, implacable e irascible, seguro que volvemos a saber de él en la segunda temporada. Además, pese a que estamos hablando de una serie de TV en la que los medios suelen ser bastante limitados, el CGI está bastante bien resuelto (aprovechando también que la acción se sitúa en espacios poco luminosos) y el personaje de Grodd está muy conseguido.
Para finalizar, Eiling por fin se libera del control mental y vuelve a su ser cascarrabias y maquiavélico. Lo primero que deja claro es que hace tiempo que conoce la verdadera identidad de Barry, y que pese a todo su pasado compartido es mejor verlo como aliado que como enemigo.
Más que nada porque comparten un enemigo común mucho más peligroso: Wells. El científico mientras tanto ha aprovechado la distracción de Grodd para continuar con sus enigmáticos planes. En este caso sigue pensando en Eddie como su "seguro" y, en unas conversaciones con mucha miga, hacerle saber que es un
don nadie que no sólo será el más paquete de la familia Thowne en el futuro, sino que incluso pierde a la chica. Aunque el truco final es comprobar que tiene su escondite nada más y nada menos que en el Acelerador de partículas. ¿Está oculto a plena vista o se trata de otro acelerador que está preparando para sus planes de regresar al futuro? Pronto lo sabremos.
Por Antonio Santos