UNDER THE KNIFE
Quien me lo iba a decir a estas alturas, no doy crédito... Pues sí, señoras y señores, buen capítulo de esta serie. Al menos, muy superior a los que nos tiene acostumbrados. Ideas bien llevadas, situaciones que dan bastante juego y, por encima de todo, una muy buena dirección. Los aspectos técnicos siempre han estado por encima de los argumentales, pero sobre todo en este episodio son incontestables. Además, una sorpresaca que ni en sueños hubiera creído posible. Y es que por fin las tramas van avanzando y el caso episódico de siempre adquiere mayor protagonismo ya que se va a prolongar un capítulo más. Frotándome los ojos estoy de incredulidad. Otro aspecto que hace que el capítulo mejore sustancialmente: la total ausencia de la horrorosa subtrama de Fish Mooney. Es impresionante lo ponzoñosa que estaba siendo para la serie...
¿Qué tenemos en este capítulo? Pues muchas subtramas que se van moviendo y acelerando un poco de cara al final de temporada, cosa de agradecer. Poca paja y más sustancia, cosa que la serie necesita como el comer. La parte del león se la lleva la trama policial. Una vez que Gordon sabe que se ha metido en el camino del Ogro y las consecuencias que tales acciones pueden tener toca proteger a quien es más probable que acabe en el punto de mira del asesino: Leslie Thompkins. Sin embargo, sabemos que es una chica dura y que no se arrendra ante viles amenazas ni permitiría convertirse en la damisela en peligro. De esta forma, la conciencia de Gordon le impedirá sucumbir a las amenazas del asesino y pondrá más energía que nunca para atrapar al villano antes de que una nueva víctima pueda recaer sobre su conciencia. Sin embargo, no cuenta con que la víctima elegida por el Ogro no es Leslie sino Barbara Kean, la última pareja conocida del detective. Un encuentro nada casual en un bar acabará en la lujosa casa de la chica, quien está a punto de pasar por el cuchillo. Sin embargo, algo detiene la mano del villano. Y no se trata sólo de saber que la chica ya no tiene ninguna relación con Gordon, sino que parece haber visto en ella algo más que le resulta conocido. Una personalidad oculta y dotada de cierta oscuridad que le resulta atractiva.
Mientras la investigación para atrapar al Ogro continua, otras subtramas siguen su curso. En primer lugar, Bruce pide ayuda a Selina para seguir avanzando en la búsqueda del asesino de sus padres. Una interacción en la que queda clara la diferencia moral entre ambos personajes. Mientras Bruce sigue siendo moralmente intachable y le pesa la muerte de Reggie a manos de Selina en el capítulo anterior, la chica deja claro que no tiene ningún problema por el hecho de quitarse de en medio a alguien que puede causarles problemas y que está relacionado con quien intentó acabar con su vida en el pasado. Lo que no quita que se atreva a vestirse de señorita bien para acompañar a Bruce al baile de su empresa con un objetivo: robar a Banderslaw la llave de la caja fuerte de Industrias Wayne, que puede contener importantes documentos que incriminen a los conspiradores. Nunca viene mal tener a una ladrona de tu lado, aunque baile como un pato mareado.
Entretanto el Pingüino sigue maquinando su plan para acabar con Maroni, reclutando a quien se encargará de apretar el gatillo. Sin embargo, también tendrá que soportar cómo el propio Maroni acude a su local para tocarle las narices a su madre. La gota que faltaba para colmar el vaso de la tolerancia de Cobblepott, que lo acabará pagando con el primero que llama a su puerta. No hay nada más puro que el amor de una madre ni cosa que desestrese más que rajarle la yugular a alguien, por lo visto... Por su parte, Nygma también probará la sangre cuando se entera de que el policía que sale con su amada Miss Kingle osa ponerle la mano encima. Algo detestable que sacará sus peores instintos, apuñalando con saña al malnacido cuando se dirigía borracho como una cuba a casa de su chica. Una escena brutal que supone el primer contacto de Nygma con su lado oscuro, como explicita esa mezcla entre la risa y el llanto al ser consciente de sus actos.
En paralelo, la investigación del criminal avanza. Gordon y Bullock consiguen averiguar la identidad del asesino misterioso. Se trata del hijo del mayordomo de una de las más antiguas miembros de la aristocracia de la ciudad, a quien volvió loco haciéndole creer que consideraría su propio hijo para después reírse en su cara. Así ha madurado el muchacho, huérfano de "amor de madre". Un niño con el rostro deformado cuyo interior sigue siendo oscuro aunque haya cambiado su cara gracias a la cirugía. Por fin tenemos un villano con fondo y una historia detrás en la que se nos permite profundizar. Sin embargo, falta lo más importante: averiguar dónde demonios se encuentra. Sobre todo porque ha conseguido llevarse a Bárbara a su casa. El final no deja de ser curioso. Como una versión low-cost de las famosas sombras de Grey, el Ogro enseñará a Bárbara su cuarto de perversiones y a la señorita Kean le salen chiribitas de los ojos al contemplar tal antro de sadismo concentrado. ¿Sacará la sosa de Bárbara todos sus instintos de dominatrix? Veremos cómo acaba esta historia, si en muerte o en perverso placer.
Cinéfago por puro placer y juntaletras ocasional. Defensor de las causas perdidas seriéfilas. Hincado de hinojos ante Hitchcock y Tarantino, entre otros muchos. Amante de la ciencia ficción, la aventura, Rick Remender, Jonathan Hickman, el helado de chocolate, Jessica Chastain y Eva Green (no necesariamente por ese orden).