Tras el pedazo de final del capítulo anterior toca meditar un poco las cosas, ya que la oferta lanzada por Ra's al Ghul no es algo que uno pueda tomarse a la ligera. Así que tenemos capítulo reflexivo aderezado con un villano de tercera. Jornada de reflexión, que se viene llamando. De esta forma, el episodio arranca con fuerza para caer un poco en lo anecdótico. Más que el enemigo de segunda fila que pulula por ahí para que tengamos algo de acción, lo importante se desarrolla en Nanda Parbat y, posteriormente, en la mente de Oliver. No es moco de pavo saberse el elegido para relevar a uno de los mayores megalómanos (zen y profundo, eso sí, que lo cortés no quita lo valiente) del mundo.
La cosa tiene miga. Tras dejar la tentación de la
herencia del Demonio sobre los hombros de Oliver, Ra's le explicará sus razones de una forma tan convincente como elegante. El proceso es inevitable. Uno no puede esquivar a la Parca eternamente y sus siglos de vida en este plano mortal están poco a poco llegando a su fin.
La historia está escrita y acaba de empezar de nuevo: Quien sale con vida de la espada de Ra's al Ghul está destinado a convertirse en Ra's al Ghul. Así ocurrió con quien actualmente ostenta el puesto desde siglos ha, y así ha de volver a suceder. Ra's ve a Oliver como su heredero ideal: duro, frío, con nervios templados en acero bruñido (y abdomen de cemento armado, claro está); y a su vez sediento de justicia y cargando sobre sus hombros con gallardía la salvación de sus congéneres. El yerno ideal, vaya, sólo que en este caso sus ocupaciones deberían ser otras.
Lo mejor del capítulo sin duda es la actitud de Ra's; cordial, elegante, razonable en todo momento. Planteando sus argumentos con claridad y eficacia, convirtiéndose en un caramelito la mar de apetitoso para Oliver. El Diablo habla con palabras de seda, claro está. Por fin podría entregarse a su actividad de justiciero a gran escala, contando con todo un ejército a su mando bien entrenado y dispuesto a dar su vida por él. Si ahora su objetivo es proteger una ciudad, estar al mando de la Liga de asesinos le pondría en disposición de ejercer su labor con un alcance global. Sólo que ya se sabe que estas cosas nunca salen bien, sobre todo cuando tus aliados han sido entrenados para asesinar sin piedad. Ra's deja ir a Oliver junto con sus compañeros, como gesto de buena voluntad, aunque le deja una frase lapidaria: "Ahora eres un héroe, pero antes o después tu ciudad te dará la espalda y morirás tal y como has vivido: sólo y perseguido". Mucho en lo que pensar.
Y por fin se nos presenta el Pozo de Lázaro, vestido como el Manantial de la eterna juventud que Ponce de León buscó infructuosamente. Apuesto a que adquiere una relevancia vital de aquí a final de temporada.
Mientras tanto, sigue el descenso a los infiernos (de la culpa y el remordimiento) de Thea. Su intento de que Nyssa acabe con su vida para redimirse del peso que carga en su conciencia por haber matado a Sara resulta infructuoso. La asesina sólo quiere ver muerto a Malcolm, el verdadero culpable del asesinato de su amada.
La noticia de que Ra's lo ha liberado afectará a Nyssa, que se enfrentará furiosa a su padre por un doble motivo: haber dejado libre al asesino de Sara y arrebatarle su herencia como futura líder de la Liga en favor de Oliver. Aquí es donde se demuestra que Ra's es una roca emocionalmente hablando y sus motivos no atañen a nadie, ni siquiera a su propia sangre. De esta forma, Nyssa acabará abandonando Nanda Parbat ante la permisividad de su padre, que ni siquiera intenta impedirlo ni justificar sus razones. En los flashbacks, entre tanto, asistimos a las vicisitudes de Oliver por proteger a Akio, que llegarán a un callejón sin salida cuando se meten de cabeza en una trampa. ¿Quién está buscando acabar con ellos?
En Starling City las cosas no van mucho mejor. Oliver sigue dando vueltas a la oferta en la cabeza, afianzada cuando el capitán Lance le da la espalda por haberle ocultado la verdad sobre la muerte de su hija. Las palabras de Ra's adquieren significado como si se tratara de una profecía. Pese a ello, el equipo trabajará para detener a un criminal que ha robado un cargamento de diamantes industriales. ¿Cuál es su objetivo? Fabricar balas anti-chalecos para tomar al asalto la comisaría y cobrarse venganza a tiro limpio. Una excusa como cualquier otra para un villano que no pasará a la historia pero al menos nos ofrecerá una buena escena de acción.
Un asalto espectacular al que harán frente nuestros héroes con la inesperada ayuda de Nyssa. Resultado: Arrow vuelve a recuperar la perspectiva. Salvar vidas es suficiente recompensa, no necesita el aplauso ni la adulación de nadie, ni siquiera de un Quentin Lance que sigue de morros con él y con su hija. De forma colateral, Nyssa busca en Laurel a un apoyo, cosa que les vendrá bien a ambas chicas (dadas sus conflictivas relaciones con sus respectivos padres). Por su parte, Thea buscará este apoyo en alguien que siempre le ha ofrecido ayuda incondicional: Roy.
El final del episodio volverá a dejar las espadas en todo lo alto. Oliver da a Maseo la negativa a la oferta de Ra's, aunque como Malcolm también le dejó caer la cosa no quedará ahí. La decisión está tomada por parte del líder de la Liga, y la negativa no hará sino retrasar lo inevitable.
Ra's tiene ya nombrado a su sucesor y no se detendrá ante nada para forzarle a aceptar el puesto... aunque tenga que ponerse la capucha verde de Arrow y empezar a asesinar en su nombre. Las cosas se han puesta difíciles para nuestro arquero...
Por Antonio Santos