THE LORD'S PRAYER
Tras la dolorosa derrota sufrida en el capítulo anterior, aunque lograran salir bastante bien parados en el fondo, los líderes de las tres grandes facciones vikingas que participaron en la expedición se reúnen para dirimir cuáles han de ser sus siguientes movimientos. Podemos ver cómo el consenso brilla por su ausencia, cada uno de ellos tienen sus propias motivaciones tras el trato conseguido. De esta forma, Ragnar está contento con lo que en el fondo deseaba: Tierras fértiles que cultivar y que aseguren el sostén de su pueblo, y trabajo como mercenarios para aquellos aficionados a sacar a relucir la espada. Lagertha, pese a ser condesa, demuestra una vez más su sangre caliente al estar dispuesta a mantener la paz con el rey Ecbert, pero saquear otras tierras más allá de Wessex. El rey Horik, sin embargo, sigue mostrándose contrariado, ya que su único afán sigue siendo la venganza contra quien le ha vencido en dos ocasiones. Pero tiene que dar su brazo a torcer al no disponer de la ayuda de sus aliados.
Sin embargo, en las posteriores celebraciones en Kattegat por el regreso de sus héroes Horik parece haber echado pelillos a la mar, deshaciéndose en alabanzas hacia Ragnar e incluso proponiendo perpetuar su alianza con un matrimonio de conveniencia entre su progenie. Sólo lo parece, claro está, ya que no tarda en seguir con su estrategia de acoso y derribo a la fidelidad de Floki, a quien recalca que para entrar en su círculo de confianza ha de matar a alguien importante para Ragnar. De esta forma, Floki comienza a rumiar su plan para segar una vida. Tras un paseo para recoger hierbas y hongos, se las arregla para quedarse a solas con Rollo y obligarle a comer algunas. Posteriormente, en una gran cena, engaña a uno de los hijos pequeños de Ragnar para que le dé algo a Torsten, que éste acaba comiendo. El resultado será que poco después aparece muerto por envenenamiento.
Tras haber hecho a Floki mover pieza a su favor, le hace un nuevo encargo: Matar a Bjorn, quien aparentemente tiene el favor de los dioses y no puede morir en batalla. Así que se dispone a aprovechar que el hijo mayor de Ragnar está desprotegido dando rienda suelta a sus andrógenos en compañía de su amada para pasarlo por la espada. Pero el plan de Horik es más ambicioso: Matar a toda la familia y aliados de Ragnar. Para tal fin, sigue desplegando sus fichas por el tablero. Le promete a Siggy que la hará su esposa y, por tanto, reina si mata a los hijos pequeños de Ragnar, y aprovecha la noche para hacer desembarcar a un nutrido grupo de guerreros con el fin de tomar Kattegat.
Mientras se ultiman los preparativos para la matanza, Ragnar comparte con Athelstan un momento de recogimiento en el que le pide que le enseñe a rezar a su dios. Algo le dice que va a necesitar tanta ayuda celestial como le sea posible. A la vuelta les espera la batalla. Los hombres de Horik ya se han desplegado y Athelstan vuelve a empuñar la espada para defender a su amigo. En medio de la lucha, Horik llega a las dependencias de Ragnar dispuesto para acabar él, pero a quien encuentra es a Torsten, quien está vivo y a quien se unen Floki y el propio Ragnar. En realidad, Floki siempre le fue fiel a Ragnar, así que éste aprovechó los traicioneros planes del rey para contraatacar preparándole una encerrona. En una nueva demostración de la rápida justicia vikinga, amigos y familiares de Ragnar abaten al rey, siendo éste quien asesta la última puñalada, acabando con Horik violentamente. El conde Ragnar Lothbrok pasa, de esta forma, a ser el nuevo rey.
Y así termina la segunda temporada de esta serie, que ha ido de menos a más. Sin ser una serie excelente, sí que cumple su propósito de ser entretenida a la par que didáctica, y hay que reconocerle el mérito de haber apostado en esta temporada por una mayor profundidad dramática, riesgo formal y unas tramas marcadas por las intrigas y los tejemanejes del poder. Evidentemente, no juega en la liga de Juego de tronos ni lo pretende, sacando bastante partido de un presupuesto limitado y proporcionándonos un entretenimiento más que digno.
Cinéfago por puro placer y juntaletras ocasional. Defensor de las causas perdidas seriéfilas. Hincado de hinojos ante Hitchcock y Tarantino, entre otros muchos. Amante de la ciencia ficción, la aventura, Rick Remender, Jonathan Hickman, el helado de chocolate, Jessica Chastain y Eva Green (no necesariamente por ese orden).