Siempre se ha referido a las disputas entre dos hermanos al bíblico relato de Cain y Abel, en el que el primero asesinaba al segundo por envidia. No sé muy bien la razón de esta comparación, ya que Abel era bueno, justo, amado por Dios y sus padres, y amaba a su hermano. Caín era todo lo contrario. Por eso, no entiendo la semejanza con dos hermanos que se odian con dicho relato... aunque si son pequeños, sabiendo el destino de Caín, los niños acabaran acongojados.
Sí tiene más sentido entonces denominar a una relación como esta, "cainita", referente al odio de un hermano hacia el otro.
La película que paso a presentaros es en efecto, un relato cainita. Aunque popularmente se ha utilizado para denominar la relación de hermanos varones, en este caso se trata de hermanas. Dos hermanas españolas, con su personalidad, su genio, y su propia historia.
La historia arranca en el Madrid de finales de los 50, principios de los 60. Una familia destrozada por la relación que tienen las dos hermanas. Eloísa (
Lina Canalejas), la mayor, está casada con Faustino (
Fernando Fernán-Gómez), una mala bestia que trabaja de camarero y que se gasta lo poco que gana en las quinielas y yendo a ver partidos de fútbol. Eloísa fue de joven Miss Maravillas en su barrio, y todos veían en ella un gran futuro, pero lo tiró todo por la borda al casarse con Faustino y empezar a tener hijos. A pesar de ello, sigue despertando pasiones entre los hombres, lo que molesta a su marido, ya que todos le reprochan que traten de esa manera a una mujer como ella.
La otra hermana, Luisa (
Gemma Cuervo), siempre ha vivido a la sombra de su hermana, y ha dado otro uso a su belleza, engatusar a hombres ricos buscando uno que le ofrezca un buen por venir, sin importar los métodos. Ambas se odia a niveles exagerados, sin importar amenazarse de muerte, recriminarse lo peor de cada una, y hasta de llegar a las manos.
Fernando Fernán-Gómez, que también dirige y adapta a la gran pantalla esta historia,
nos cuenta sin miramientos ni concesiones la injusticia de la sociedad en la que vivimos en la que el que trata de ser justo, pierde, y el que no, recibe su recompensa. Algo así contaba
Woody Allen en una de sus obras maestras, e infravaloradísima,
Crimes and Misdemeanors, por poner uno de tantos ejemplos posible.
El personaje de Eloísa trata de hacer lo correcto, a su manera, pero siempre tratando de cuidar de sus hijos y amar a su marido. Por el contrario, Luisa llega a hacer creer a un hombre que está embarazada para que le pague un aborto imaginario. El desenlace de la historia os hará comprender mejor lo que trato de decir.
Siendo quizás los personajes principales los de Eloísa, Luisa, y Faustino, también contamos con unos grandes secundarios en personajes imprescindibles para la historia, y que
Fernán-Gómez usa en su provecho para dotar de mayor humanidad e identificación social a la narración.
La madre, Eloísa, que quiere a sus dos hijas, y que sufre ante la permanente situación. El padre, Agapito, que se decanta por una hija o por otra, según lo que le convenga, salvaguardando su propio orgullo. El hermano, Rodolfo, antiguo seminarista que estudia y reza todo el día por su familia, pero que detesta a ambas hermanas y no hace otra cosa sino rezar. Y el personaje que más me conmovió, el de Don Andrés, autor de éxito, vecino de la familia, y que siempre estuvo enamorado de Eloísa.
Estamos ante una obra maestra del cine clásico español, desconocida por el público en general debido a los problemas de censura que tuvo durante el franquismo. Es considerada como la "película maldita" de
Fernán-Gómez, debido a las presiones que pasó durante el rodaje, la exhibición y distribución. Su estreno en televisión llevaría muchos más años.
Calificación:
10/10
Por José Mayo
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.