Sin ser propiamente una película,
Genocyber se divide en cincos capitulos, denominadas comunmente Ovas, en el mundo del Anime. La historia está dirigida por
Koichi Ohata y volvemos al caso de que una muestra como ésta es razón de sobra para entender que el anime en muchas ocasiones es exclusivamente para adultos. Año 1993
¿De que va?Unos experimentos que crean una especie de estructura entre humano y materia viva y robótica buscan a una niña escapada con un poder inmenso en ella capaz de controlarlo todo con su telequinesis y su fuerza destructora. Es un arma totalmente devastadora, y la búsqueda de ella provocará una ira tal que la destrucción del mundo será inminente. Una destrucción que durará años...
Impresiones.Caos, destrucción masiva y desintegración. Son pocas las definiciones del estilo que se le pueden añadir a éste film, sin embargo, sí que podemos decir que la película está totalmente repleta de gore.
El gore en ésta cinta no es una excusa ni vamos a decir que sea excesivo. Tampoco necesario pero sí eficaz.
Genocyber nos cuenta una historia de ira y destrucción sin igual. Probablemente sea dificil de entender, pero para los fans del anime tendrá su sentido ya que muchas de éstas cintas son del estilo catastrofista y guardan su hilo de entedimiento.
Sí, si no sois ávidos visualizadores del género, probablemente Genocyber os resulte dañina para los ojos.
Pero hablando del film, la cinta de Ohata que está basada en un cómic de
Tony Takezaki se divide en cinco capitulos que a su vez podrían ser estructurados en tres partes.
La primera de ellas es el primer capitulo donde se nos habla de la creación del Genocyber y la desaparación de Hong Kong.
La segunda parte ocurre años mas tarde y se resume en los capitulos dos y tres. Ocurre en un barco y probablemente sea la parte mas floja de las tres, pero no por eso es mala. En éste capitulo vemos una crueldad masiva en su inicio cuando unos niños son totalmente masacrados a tiros por una flota de helicopteros a los ojos de la protagonista.
Y finalmente la tercera parte, basada en los capitulos cuatro y cinco, nos habla de la desaparición del Genocyber tras años de destrucción y de como ha cambiado el mundo, siendo la población existente alojada en una parte del planeta como nucleo cerrado. Allí un imperialista que trata a la gente como hormigas se encarga de pisotear al pobre y es ahí cuando entra en juego una pareja de videntes, donde la joven es una chica ciega y el un artista circense. Cuando se ve envuelto en una trama que es una trampa para achacarle ciertas muertes tratan de emprender la huída y llegan al subterraneo donde una especie de religión adoradora del ser perdido Genocyber encuentra a la joven como salvadora.
Seguramente a ésta trama, probablemente no se le encuentre mucho sentido si no eres amante de éste tipo de historias. Pero si buscamos una historia hasta cierto punto profunda y sobretodo devastadora y solitaria,
Genocyber es una buena excusa para disfrutar de casi tres horas de acción, gore y sobretodo Ciberpunk, un éstilo que está implícito en muchas de éstas historias siguiendo la linea de Akira por mencionar una conocida. Evidentemente hay muchas otras menores que no tienen desperdicio alguno y ésta es una de ellas. Así que si sois fans del anime y el ciberpunk, Genocyber es mi recomendación. A mi me encantó y me lo pasé pipa. Y por supuesto ví los cinco capitulos del tirón.
Música.Hidesuike Nagato realiza una partitura electrica que mezcla temas cantados, algunos de una belleza tal que suele ser norma en éste tipo de historias. Es un score muy variado por momentos, y como suele ser costumbre en los animes, la música es pieza protagonista. Muy recomendable.
Lo Mejor del Film: Su historia y su destrucción. Mucha destrucción!!
Lo Peor del Film: Dificil de entender para los que no son muy amantes del anime.
Calificación :
8/10
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.